En el mundo del fútbol (europeo) se suele decir que la afición es el jugador número 12. Esta frase proviene de una larga tradición a la hora de la asignación de los once primeros dorsales entre los jugadores titulares de un equipo en función de su rol desempeñado sobre el terreno de juego. Con ligeras diferencias entre Europa y Sudamérica, el 1 suele ser el portero, el 2 el lateral derecho, … el 9 el delantero centro, el 10 el mediapunta y el 11 el extremo izquierdo. Los once mejores, los once primeros, y después la afición. En el mundo del football (americano) las cosas son muy diferentes. Los dorsales se reparten del 0 al 99 dependiendo de la demarcación del jugador, sin tener en cuenta si es titular o no. Esto se debe a la alta rotación de las plantillas y al alto número (53 en la mayoría de los casos) de jugadores que conforman la plantilla. De este modo, los quarterbacks lucen el rango del 1 al 19, los defensores de la secundaria el rango del 0 al 49 o los lineas ofensivos del 50 al 79. Aunque desde el cambio en la numeración de 2023 el tema se ha flexibilizado bastante, los números que luce un jugador le indican al espectador, y sobre todo a los árbitros, en que posición juega dicho jugador.
Por este motivo, cuando el 15 de Diciembre de 1984, la joven franquicia de Seattle decide retirar el dorsal número 12 en honor a sus aficionados, unos aficionados que no se caracterizaban precisamente por su apoyo al equipo o por llenar el estadio, la sensación fue rara. A la afición local pareció hacerle gracia verse con su dorsal retirado en lo alto del Kingdome, y trasladaron ese entusiasmo a hacer ruido en el estadio. Tan es así que el ruido, y el número 12, se han convertido en las señas de identidad de la hinchada de Seattle. Si en 1989, con un nivel de asistencia precario, la NFL tuvo que acotar los niveles de ruido debido a la imposibilidad de escuchar a los compañeros de equipo sobre el terreno de juego, en 2003, con un cada vez mayor creciente número de espectadores, los ingenieros diseñaron el nuevo Seahawks Stadium (Lumen Field hoy en día) para que el ruido de la grada se proyectase directamente sobre el terreno de juego para intimidar al rival. En 2013 la marea azul y verde consiguió el Récord Guinness por partida doble, al alcanzar los 136,6db en Septiembre y los 137,6db en Diciembre, pero el punto álgido de esta seña de identidad se logró dos años antes, en 2011, cuando Marshawn Beast Mode Lynch superó 9 placajes para anotar un touchdown de 67 yardas que aseguraba la victoria del los Seahawks sobre los Saints en la primera ronda de aquellos playoffs. El griterío y el estruendo fueron tales que se registró un terremoto de magnitud 2.0 durante la celebración naciendo el conocido como Beast Quake. La franquicia no llegó mucho más lejos, cayendo con los Bears el año en que los Packers se coronaban con su cuarta Super Bowl, pero su afición había conseguido un hito histórico.
El domingo pasado, sin embargo, el número 12 no vistió de azul, vistió de verde y oro. Tanto la afición como el equipo se vieron superados por una imparable marea de queso que silenció al estadio más ruidoso de la liga y que complicó sus posibilidades de alcanzar los playoffs en Enero. Victoria muy importante en un partido trampa ante un equipo que venía en trayectoria ascendente, que jugaba en casa y con unos guarismos similares a los nuestros. Victoria que nos coloca por encima de las 10 victorias por primera vez desde 2021, y a falta de 3 partidos por disputar. Victoria que puede parecer sencilla, pero que es una victoria de mucho mérito, metiendo nada menos que 30 puntos a una defensa que había encajado menos de 20 en tres de sus últimos cinco encuentros y dejando su marcador en tan solo 13 puntos, en lo que es su segunda peor anotación de la temporada. Pero ¿Cómo se construyo esta victoria?
La táctica elegida fue repetir la fórmula empleada ante Dolphins y 49ers de apabullar al rival marcando el ritmo del partido desde el inicio. Para ello, tras ganar el lanzamiento de la moneda se volvió a elegir recibir el balón (5ª de la temporada) y disfrutar de la primera posesión. Una decisión arriesgada porque se corre el riesgo de encadenar dos posesiones rivales consecutivas sin posibilidad de respuesta entre el final de la primera parte y el comienzo de la segunda. Sin embargo, el equipo estaba enchufado y LaFleur quería valerse de ello para anular al rival desde el principio.
Esta primera posesión estaría protagonizada, casi exclusivamente, por nuestro corredor de moda, Josh JotaJota Jacobs, que participaría en 9 de las 10 jugadas de las que consto. Tras un primer pase corto para una ganancia de 4 yardas y una penalización de 15 yardas por Dureza innecesaria de Woolen llegaría el festival por tierra. Percutiendo como un martillo neumático, Jacobs iba avanzando yarda a yarda sin que la defensa rival pudiese ofrecer soluciones para frenar su avance. Aprovechando, mayoritariamente, los huecos por el medio que le abría la línea, Jacobs conseguía llevar el football a la yarda 5 de Seattle. Una jugada rota que Jordan Love consigue solventar por tierra, colocaba al equipo en la yarda 1 rival en el 2º intento. Y quién sino que Jacobs para romper por dentro, en una carrera de potencia típica de las que le gustan para anotar el primer touchdown de la noche para Green Bay. Imparable. Ya no anotaría más, pero con este touchdown, Jacobs sigue escribiendo su nombre en los libros de historia de la franquicia, unos libros muy gordos con muchos nombres en su interior. Este touchdown supone el 9º touchdown de carrera de sus últimos 5 partidos, colocándose segundo de toda la historia de los Packers, tan solo por detrás de Jim Taylor, quien logró 11 touchdowns en 4 partidos en 1962. Además, con éste lleva 13 touchdowns en su primera temporada con el equipo, igualando a leyendas como el receptor Billy Howton (1952) y el corredor Ahman Green (2000), a los que superaría si anotase 1 touchdown más en los tres partidos que le quedan. Y hablando de Green, Jacobs acumula más de 81 yardas de carrera ¡Por partido!, siendo el propio Green el último en lograr algo semejante, vistiendo de verde y oro, en los años 2001 (87 ypp), 2002 (89 ypp) y 2003 (118 ypp). No cabe duda de que Jacobs vive un momento dulce en esta fase de la temporada, esperemos su buen rendimiento continúe en las eliminatorias y que esta sea la primera de muchas campañas exitosas pensando en queso.
Si el ataque estuvo excelso en esta primera posesión, la defensa no le fue a la zaga. Aunque el mejor receptor de la temporada estaba siendo Jaxon Smith-Njigba, era DK Metcalf el que se llevaba las dobles coberturas. Al contrario que los Packers, Seahawks buscaba hacer daño atacando la zona izquierda del campo rival, aunque sin demasiado éxito. En la yarda 46 y en tercer intento Geno Smith iba a sufrir en sus carnes el primero de los 3 placajes (sacks) que sufriría esta noche. Un placaje duro, sin contemplaciones, en lo que sería el inicio de la mejor actuación a nivel profesional del joven Edgerrin «King Koopa« Cooper. Igual que el malvado King Koopa, fue toda una fuerza de la naturaleza que supuso una amenaza continua desde la secundaria, mostrándose imparable para la ofensiva rival. Finalizó el partido líder del equipo en placajes (Walker salió lesionado en el segundo cuarto) con 7, provocando pérdida de yardas en 2 ocasiones, golpeando al quarterback rival en 2 ocasiones, el mencionado sack, 2 pases defendidos y una preciosa interceptación en el segundo tiempo. Un rendimiento espectacular que le ha valido para ser nombrado como jugador defensivo de la semana. Tras el sack (placaje al QB), llegó el punt (despeje) y el balón volvía en menos de cinco jugadas a las manos de la ofensiva quesera.
Tras fundir a la defensa con el juego de carrera en la primera posesión, y haber establecido el miedo, la duda, en la defensa rival, llegaba el momento de ampliar el libro de jugadas e involucrar al resto del equipo. Jayden Reed, Emanuel Wilson, Carl Brooks, y un omnipresente Josh Jacobs alternaban jugadas de pase, con otras de bloqueo, reed sweets y espectaculares carreras. Daba igual el tipo de jugada que la defensa rival era incapaz de frenarla. Hasta que en plena zona de peligro, tras volver de la pausa obligada de los dos minutos (2-minute warning), Love conecta un pase por el centro con nuestro favorito niño burbuja de la noche, Romeo Doubs, que volvía de una baja de dos semanas tras superar el protocolo de conmociones cerebrales. El pase lo recoge cerca de la yarda 7, y va a conseguir anotar el touchdown desde ahí, abriéndose paso a empujones y arrastrando a dos rivales en un ejercicio de fuerza y obstinación. No está confirmado pero hay quién dice que hasta sonrió al lograrlo. Rumores. 14 a 0 en un marcador que ya no se movería en lo que restaba de un primer cuarto perfecto para los intereses de Green Bay.
Con cierta urgencia en el marcador, los Seahawks buscaban atacar nuestra zona media a base de pases de Geno Smith y aprovechando los espacios generados por Metcalf siendo Smith-Njigba el mayor beneficiado. Sin embargo, la defensa Packer fue capaz de mejorar en una de las facetas que peor se le han dado esta temporada y consiguieron capitalizar la presión al backfield rival en forma de placajes para pérdida de yardas primero (Enagbare) y otro sack después (Gary), para matar las aspiraciones de los Seahawks de contrarrestar el vendaval ofensivo al que estaban sometidos. Agotados los intentos, no les quedó más remedio que ejecutar un tiro a palos a una distancia media/larga de 48 yardas que fue convertido por Myers para colocar los primeros puntos en el marcador.
La respuesta de Green Bay llegó en una posesión de poco más de 3 minutos y medio en la que la defensa de Seattle supo frenar a Josh Jacobs en el momento decisivo para detener al equipo justo tras la frontera de la zona de peligro. La incapacidad de Josh Jacobs para avanzar más de dos yardas ante una defensa que cerraba muy bien los minúsculos huecos que podía abrir la línea ofensiva condenaban la posesión a un tiro de campo cercano que un más que fiable McMannus se encargaría de convertir. Que sencilla es la vida cuando tienes a un tirador fiable.
Lo mejor de esta posesión fue, sin lugar a dudas, la maravilla de espiral lanzada por Jordan Love en primero y diez cuando quedaban 11 minutos por jugar de esta primera parte. La línea ofensiva contiene la presión de la defensa rival, comprando todo el tiempo del mundo para que un velocísimo Christian Watson saque de punto a su defensor y gane la separación justa para poder bajar del cielo el preciso pase lanzado por Love. La recepción incluye un control del cuerpo y una fortaleza de manos total, teniendo Watson que rotar sobre si mismo en el aire dejando las puntas de los pies atrás para aterrizar con ambas dentro del terreno de juego asegurando el pase de 36 yardas.
Turno para el ataque de Seattle. Turno para tratar de motivar a un publico que había sido silenciado por lo que estaba sucediendo en el terreno de juego, y que estaba viendo como no solo su equipo perdía, sino que su propia seña de identidad languidecía ante los cánticos de la numerosa afición quesera que poblaba el estadio. En lugar de jugar a la desesperada, los Seahawks fueron alternando pases con carreras para ir sacando adelante la posesión a trompicones. Hasta cuatro ocasiones tuvieron de 3er down y consiguieron avanzar en tres de ellas gracias a dos agarrones (holdings) cobrados por los árbitros a Keisean Nixon, nuestro retornador estrella reconvertido a slotback, reconvertido a cornerback.
En uno de estos terceros downs es cuando llegó la lesión de nuestro Quay Perro de Presa Walker. Con cuatro minutos para la finalización y un 3º y 3, la zona de protección de Seattle colapsa ante la presión de la línea defensiva obligando a Geno Smith a salir en scramble para tratar de mover las cadenas una vez más. Consigue zafarse y avanza lo suficiente para lograr su objetivo, sin embargo, al finalizar la jugada echándose al suelo se produce un involuntario choque entre Walker, Cox jr y el propio Smith que deja a Walker maltrecho en el suelo. Consigue recuperarse, pero en la siguiente jugada se resiente y tiene que abandonar el campo con una lesión en el tobillo que pone en duda su participación para el partido contra los Saints. Toque de atención para el equipo que en el segundo tiempo buscará administrar la ventaja que puedan sacar en el primero tratando de no perder a más jugadores para la fase final de la temporada.
En otro de estos terceros downs es cuando se produjo la interceptación marca de la casa esta temporada. Con lo Seahawks en plena zona de peligro quesera, Geno Smith trata de conectar con sus receptores para lograr no el primer down, sino el touchdown directamente. En un primer intento ganan una solitaria yarda. En el segundo intento les llega el primer aviso cuando Corey Rodolfo Valentine se queda a un manotazo del contrario de interceptar el pase que buscaba a Smith-Njigba. Y como dicen que a la tercera va la vencida, la profecía autocumplida se hace realidad. Un snap muy alto hacer perder medio segundo a Smith que lanza desesperado a una de las esquinas de nuestra zona de anotación buscando a Noah Fant. Valentine estaba en el mismo sitio que en la jugada anterior, pero le había ganado la anticipación al tight end rival atrapando con facilidad el regalo de Smith. La jugada no acaba aquí y, para desesperación del aficionado quesero, Valentine no pone rodilla a tierra para ganar 20 yardas gratis, sino que en lugar de eso sale corriendo regateando a cuanto jugador se le pone por delante para acabar siendo derribado en la yarda 14. 6 yardas no ganadas por el jugador y unos cuantos meses de vida menos para los sufridos espectadores.
Con tres minutos por delante, dos tiempos muertos y la parada obligatoria de los dos minutos, parece que el plan es claro. Consumir reloj y anotar en la última jugada del primer tiempo, preferiblemente un touchdown, pero si es un field goal tampoco pasa nada, el caso es anotar. Y no podría empezar la posesión con más emoción. Un agarrón de Josh Myers, no está siendo su temporada, provoca un retroceso de 10 yardas hasta la propia 7, complicando el avance del equipo. Afortunadamente, Jordan Love no solo aprendió de las posibles bondades de la ayahuasca de Rodgers, y consigue una jugada gratis gracias a que Leonard Williams se adelanta al snap (fuera de juego). No la desaprovecha y conecta un pase de 26 yardas con un magnífico Tucker Kraft que andaba de palomero por el centro del campo. Justo a tiempo para que el 2 minute warning detenga el reloj gratis también.
Y tras una magnífica primera mitad, es cuando se manifiesta uno de nuestros defectos de los últimos tiempos. La dudosa gestión del reloj y la toma de decisiones conservadora en los finales de las partes. En lugar de parar el reloj buscando jugadas que acabasen por fuera para tratar de avanzar por el campo y buscar los 6 puntos, se producen jugadas de carrera por el centro, que si bien consiguen su objetivo de mover cadenas, lo hacen a costa de consumir un precioso tiempo de juego. Si a esto le sumamos que no se emplearon los tiempos muertos para detener el reloj y que se empleaba demasiado en los huddles (reuniones antes del snap), tenemos como resultado que se consumieron 1:50 en apenas 5 jugadas para avanzar 25 yardas. LaFleur se había conformado con el field goal y solo buscaba una distancia segura para convertirlo. A falta de 10 segundos Green Bay se encontraba en la yarda 37 rival para un field goal lejano de 54 yardas siendo la máxima distancia de McMannus esta temporada ha sido de 51 yardas. Había que ser valientes, ahora si, y acercar un poco la posición del football ¡Y vaya si se acercó! Misma jugada que la ejecutada por Watson en la primera parte pero por la otra banda. La línea ofensiva bloquea el blitz a la perfección para que tanto Love como Doubs tengan tiempo de conectar un pase de 34 yardas. Woolen interfiere en la recepción dejando a Green Bay en la yarda 3 con cuatro intentos, 1 tiempo muerto, pero cuatro segundos en el marcador. Sin tiempo para más, McMannus ejecuta a la perfección un sencillo tiro de campo de 21 yardas para colocar el 20 a 3 en el marcador.
Y al igual que contra los Dolphins, o un poco los 49ers, en la segunda mitad el equipo se dedicó a administrar la ventaja obtenida tratando de responder a las anotaciones rivales con anotaciones propias. Estamos en una fase final de temporada donde el equipo no se puede permitir el lujo de sufrir más bajas de jugadores sensibles y el partido está lo suficientemente encarrilado como para no arriesgar en exceso. Los Packers han dominado a placer a unos inesperados Seahawks que habían rendido muy por debajo de lo mostrado en las semanas anteriores. Nada que reprochar en este sentido.
Esta segunda parte se convirtió en un concurso de a ver quien la tenía más larga. La distancia de despeje ¡Malpensados! de las 16 posesiones de las que disfrutaron los equipos, 9 de ellas acabaron en despejes. Lo que ejemplifica una bajada de tensión del ataque visitante y una imposición de las defensas sobre los ataques.
De los momentos más destacables de esta segunda mitad tenemos un precioso sack de Devonte Wyatt en situación de primero y diez para Seattle en la yarda 36 de Green Bay. Wyatt apunta al hombro interior del protector derecho (right guard), Sataoa Laumea al que consigue superar realizando una preciosa Jacobina Divina en una baldosa construyéndose a sí mismo una autopista libre de obstáculos para placar sin piedad a Geno Smith. Todo se pega menos la hermosura afirman algunos que le gritaba Jacobs a su compañero. Con este sack, Wyatt suma 4 en lo que llevamos de una temporada de transición al esquema 4-3.
Esta faceta del juego, la producción de sacks, es uno de los que más tenía que mejorar de cara al final de la temporada, y parece que se encuentra en el buen camino. Al contrario de lo sucedido contra los Bears, la línea defensiva si ha sabido dominar a una línea ofensiva muy pobre en este sentido. La defensa ha logrado la friolera de 7 sacks, 10 placajes para pérdida de yardas y 12 golpes al QB en lo que supone el segundo mejor partido de la temporada en esta faceta tan solo por detrás del de los Titans. No en vano, los Seahawks se colocan tras este partido con 47 sacks encajados para 317 yardas de pérdida, empatando con los Raiders (47) en el tercer peor puesto, solo por detrás de Browns (58) y los Bears (58). Por contra, nuestra línea ofensiva es una de las mejores de la liga a pesar de que se enfrenta a la tasa más alta de blitz (jugadas relámpago que buscan presionar al QB con más de cuatro jugadores) de la liga (37% de los snaps). Los Packers han permitido 16 sacks esta temporada para una pérdida de 93 yardas, siendo el segundo mejor equipo de la liga solo por detrás de unos imponentes Bills (13). Leonard Williams y compañía se han ido de vacío en esta ocasión llegando a contactar con Jordan Love tan solo seis veces sin llegar a derribarle y dos placajes para pérdida de yardas.
También podemos destacar que por una vez, Daniel Whelan ha hecho un mal despeje. En la primera posesión de la segunda mitad, Leonard Williams lograba uno de los dos placajes para pérdida de yardas (el segundo y último lo conseguiría Dre’Mont Jones más adelante) derribando a Josh Jacobs en la yarda 13 de Green Bay. Estando tan cerca de la zona de anotación propia, y con tanta diferencia en el marcado, no tenía sentido jugarse un 4º intento de cuatro yardas así que era el turno para el primer despeje del día a cargo de Daniel Whelan. Igual estaba frío, o igual estaba distraído, el caso es que ese despeje no llego siquiera a campo contrario, algo impropio de él, logrando alejar el ovoide nada más que 33 yardas. Lejos de amilanarse, Whelan decidió «pasarse el juego» probando un nuevo tipo de despeje. Hablamos claro del despeje helicóptero o choppunt en inglés. Este despeje consiste no ya en alejar el balón lo máximo posible tratando, a la vez, de que esté el mayor tiempo flotando por el aire. No. Eso es sencillo, para punters normales. Lo que Whelan busca es darle un efecto lateral en el momento del golpeo para que cuando el football está iniciando su fase de caída este oscile como si de las aspas de un helicóptero se tratase para ponerle las cosas aún más difíciles al retornador rival. Buena cuenta de ello puede dar Jaelon Darden que sufrió un choppunt en sus carnes y a punto estuvo de perder el balón al final del partido.
También tenemos una jugada que podría ser polémica si nuestro equipo arrastrase un historial de juego sucio como el que pueden arrastrar, por ejemplo y por citar alguno al azar, los Detroit Lions. A falta de 7 minutos para finalizar el tercer cuarto, Geno Smith recibe en shotgun (alejado del center en un snap largo) con la intención de lanzar un pase profundo. Sin embargo, su línea ofensiva no le hace ningún favor colapsando antes de tiempo sin dejarle tiempo a apenas reaccionar lanzando el balón hacia la banda ante la inminente llegada como un relámpago de un Edgerrin Cooper que penetrado en la zona de protección sin oposición. Un poco pasado de frenada, Cooper se trastabilla y en su desequilibrio busca los tobillos del quarterback legalmente, pero con tan mala suerte (haya contacto o no) que Geno Smith debe salir lesionado del campo para no volver a entrar. Este podría ser el único lunar en la actuación estelar de Cooper, pero sabiendo que se ha tratado de un hecho fortuito sin ningún tipo de intencionalidad ni malicia por parte de nuestro joven jugador, no debería quedar en más que una mera anécdota. A Geno Smith le sustituye Sam Howell, quien firmaría un partido para olvidar con un 5 de 14 en pases para 24 yardas, 1 interceptación y un rating de 14,6. Este no es Buenik.
Para ver en bucle la recepción que levanta Romeo Doubs del inframundo para segurar la victoria quesera a cinco minutos del final en una complicada situación de 3º y 5. Love ejecuta un pase de 22 yardas por el centro algo desprendido, corto digamos, pero Romeo no tiene dudas y se lanza a por el balón con la agilidad y las manos que nos ofrece Domingo a Domingo. Cuando parece que el balón va a tocar el suelo, que el touchdown no subiría la marcador, que volveríamos a lanzar a palos dando alas a Seattle, Romeo hace posible lo imposible y levanta las manos mientras cae asegurando el pase, el touchdown y el partido. Para ver en bucle a cámara lenta.
En la parte negativa tenemos el tercer fumble de la temporada para Jacobs, los dos primeros fueron en los dos primeros partidos del año contra Eagles y Colts, en una jugada sin mucho peligro por el centro del campo ya entrado el reloj en el último cuarto. Jacobs pierde el equilibrio y Ernest Jones IV aprovecha para meterle un puñetazo al balón que es demasiado fuerte para que Jacobs pueda, en esa delicada situación, retenerlo. Otro Love, Julian en este caso, recoge el ovoide del suelo asegurando la posesión para su equipo en la yarda 45 de Green Bay. Esta pérdida motivó al equipo rival, en ese momento 17 puntos por detrás, para en 5 jugadas reducir la ventaja a solo 10 con más de 11 minutos por jugar. Jayden Reed también nos dio un susto cuando se le escapó el balón de las manos al recibir un despeje rival. Afortunadamente, Reed fue lo suficientemente rápido para recuperar su propio fumble y no hubo consecuencias para el equipo.
Otro de los aspectos en los que seguimos atascados es la efectividad en la zona de peligro rival. En este partido conseguimos llegar, si tomamos como zona de peligro desde la yarda 20 en adelante, en cinco ocasiones. De esas cinco ocasiones, solo conseguimos la máxima puntuación, touchdowns, 2 veces, o lo que es lo mismo, un 40%. Si tenemos en cuenta los tiros de campo, el número de puntos obtenidos se queda en el 70%, dado que conseguimos 3 field goals desde esa zona del campo. El campo se estrecha, las defensas aprietan, y la dificultad para sumar puntos al marcador aumenta. Si nos volvemos previsibles, por ejemplo, usando al mismo jugador o tratando de buscar jugadas gratis, los equipos rivales ajustan y a nosotros se nos hace muy cuesta arriba. Ante un rival inoperante como el de este semana podemos permitirnos estos lujos, pero debemos mejorar en esta faceta del juego de cara a próximos compromisos.
Sea como fuere, los Packers consiguieron sacar adelante un partido muy complicado ante un equipo con récord ganador (2-4 contra equipos por encima del 50% de victorias), dominaron a placer durante la primera mitad y gestionaron con solvencia durante la segunda parte. Consiguieron además silenciar a una de las aficiones más ruidosas de la liga en su estadio logrando que los cánticos de Go Pack Go se escuchasen alto y claro incluso por televisión.
Lo sentimos Seattle, en esta ocasión el jugador #12 llevaba una cuña de queso en la cabeza.
Germán de la Puente