Acción de Gracias, sinónimo de Famlily, Food & Football. El equivalente a lo que para nosotros vendría a ser la cena de Nochebuena, es para los ciudadanos de aquel país el día más familiar de su calendario. Un día en el que las familias se reúnen en la mesa frente al tradicional pavo, y en el que los más aventurados se animan con el Turducken, una suerte de Frankensetin de pavo, pato y pollo ideado por el inimitable John Madden en una de sus genialidades que más han perdurado a lo largo de los años ¿Sería entendible el football como hoy lo conocemos sin la tremenda aportación del bueno de John? No lo sabemos, pero lo que si tenemos claro es que su impacto mediático no tuvo parangón, especialmente en Acción de Gracias. Para honrar su legado, la NFL lleva desde 2022 incluyendo varias particularidades exclusivas de esta jornada. Desde el Turducken que se entrega al equipo ganador, pasando por los parches en los uniformes, el nombre de Madden pintado en las end zones de los estadios, el Turkey Leg Award (sustituido por un trofeo) o las monedas especiales con las que se realiza el sorteo inicial.
Otra de las cosas que caracterizan este partido tan especial es el lugar en la historia ocupado por los equipos participantes. A parte de los anfitriones, Lions (85) y Cowboys (58), los equipos con más participaciones en este día tan señalado son Bears (38), Packers (38), Cardinals (23) y Giants (17). O lo que es lo mismo, más de 600 años de historia y 41 títulos acumulados entre todos ellos. Para honrar este legado es habitual que algunos equipos luzcan sus uniformes Throwback. En el caso que nos ocupa, los Lions lucieron un precioso uniforme protagonizado por el Honolulu Blue original y que se basa en el mismo traje que lucieron los Lions de 1935, cuando conquistaron su primer entorchado nacional. Unos Lions herederos de unos Portsmouth Spartans muy dominantes a principios de la década de los 30 que impidieron a los Packers alcanzar el póker de títulos tras una encarnizada, y en ocasiones polémica, rivalidad.
De vuelta al siglo XXI, ambos equipos se encontraban en una posición muy similar antes del partido. Los Lions, incapaces de encadenar dos victorias seguidas desde primeros de Octubre, se medían en casa a los Packers por el dominio de la división, con permiso de unos inesperados Bears. Ambos equipos llegaban con bajas al encuentro, siendo Joseph la más sensible por el bando local y Kraft por el bando visitante, pero iban a poner toda la carne en el asador. En este punto de la temporada es cuando la competición comienza a separar el grano de la paja y los buenos equipos se alzan victoriosos.
Con todo dispuesto para una noche especial, los Lions ganarían el sorteo inicial y, lejos de experimentos, preferían disfrutar de la primera posesión de la segunda parte en lugar de en la primera, por lo que conducir el primer ataque y llevar el ritmo inicial del partido sería cosa de Green Bay. Fiel al estilo LaFleur de esta temporada, el equipo buscaría imponer un ritmo lento mediante el juego de carrera. Jacobs percutía con todo por el centro, y entre jacobinas divinas y vías de carrera bien abiertas por la línea ofensiva, el equipo lograba avanzar por el campo. Entre medías, algún destello de Love conectando buenos pases con Watson y Wicks dejaban muy buenas sensaciones para el aficionado. Sin embargo, en la última serie de jugadas, la línea ofensiva no es capaz de contener la presión rival forzando a Love a lanzar en condiciones poco favorables que derivan en un tiro a palos de McManus desde 45 yardas.
Si algo tiene la defensa de este año es que es capaz de secar a sus rivales en el primer cuarto. De doce partidos disputados, solo un equipo, Giants, ha conseguido un touchdown y otros tres, Cardinals, Steelers y Vikings han logrado un field goal, el resto de equipos se han ido de vacío. Dos posesiones, dos despejes forzados y un sack, en 8 ocho jugadas en las que la defensa ha permitido la friolera de 5 yardas netas. Al igual que en el partido de ida, los Lions eran incapaces de sumar puntos en este primer cuarto.
Ambos equipos estaban inmersos en un duelo de despejes y cuando parecía que el primer cuarto finalizaría con pena que gloría, llegaba una impresionante carrera de 29 yardas de Josh Jacobs para lograr superar un primer 3er down corto. A pesar de semejante despliegue físico, LaFleur lejos del esquema de jugadas exhibido frente a Vikings, empleaba un juego coral alternando varias jugadas de carrera con otras de pase. A 25 segundos del final, una falta de DJ Reader regalaba el segundo 3er down, y ya no habría tiempo para más. Final del primer cuarto con 3 a 0 de ventaja para los visitantes y una sensación de superioridad mayor de la prevista.
El cambio de campo trajo consigo una situación complicada para Green Bay. Partiendo desde la yarda 31 de Detroit, el equipo afrontaba un complicado 2º y 12. Jacobs lo intentaba por tierra, pero a pesar de que su carrera era de 9 yardas, se quedaba a solo 3 de poder extender la posesión. Lejos de buscar las 3 yardas, Love lo intentaba por la vía directa buscando a un Watson, bien defendido por Brian Branch. Su pase hacía la zona derecha de la end zone no podía ser atrapado por el receptor, forzando el 4º down. Eran solo 3 yardas, pero el equipo se encontraba en la 22 de Detroit. Lo más sensato sería coger los 3 puntos, ampliar la diferencia con el rival y seguir jugando, pero LaFleur sentía un picorcito en su interior. Lejos de optar por un planteamiento conservador, se la juega sacando a McManus del campo. En la jugada, Love busca a un Dontayvion Wicks que incursionaba en la zona de anotación desmarcado al superar por velocidad a Branch. El Wicks atrapa el balón en el preciso momento en el que Thomas Harper lo arrolla como un tren de mercancías. En el lance, Wicks planta el pie, se tuerce el tobillo y sale rodando por la banda. ¿Touchdown? La jugada no está nada clara y los árbitros discuten si Wicks tenía la posesión del balón en el primer apoyo o de si el tobillo torcido contabilizaba como un segundo apoyo ¿Existe una Ankle Rule? Unos segundos después, toman una decisión en firme. ¡Touchdown! Primeros puntos en el marcador y primera batalla psicológica ganada por LaFleur. Estos Packers no se iban a amilanar ante el riesgo.
Los Packers se comenzaban a distanciar a más de una anotación de diferencia, si los Lions querían seguir vivos en la conquista del pavo estaban obligados a anotar en su siguiente posesión. Con Mamón-Ra fuera de juego, Goff tenía que encomendarse a Jameson Williams para el juego de pase. Williams comienza a destapar el tarro de las esencias firmando una jugada de pase de 14 yardas que consigue extender hasta las 22 corriendo con el balón por el centro del campo. La defensa quesera estaba preparada para contener al dúo dinámico de Detroit pintando de rojo los números de Jahmyr Gibbs. Justo cuando parecía que llegaría el tercer despeje consecutivo de Lions, Gibbs se desquitaba y lograba extender la posesión con una preciosa carrera por el lado izquierdo de 18 yardas. Vuelta a empezar, un par de carreras a ninguna parte y tercer down muy peligroso de 13 yardas en la 32 de Green Bay. Campbell diseña un esquema de rutas que permite a su tight end atacar la zona muerta entre McKinney y la espalda de Williams, Gosling analiza la ventaja lograda por su compañero y entre los dos firman un pase de 22 yardas que relaja la presión sobre el equipo. Tres carreras consecutivas por el lado derecho de Montgomery después, los Lions daba la respuesta adecuada para mantenerse en el partido.
Restaban poco menos de 8 minutos para la finalización de la primera parte, demasiado tiempo como para evitar una última posesión de los Lions a tenor del ritmo que mantenían ambos equipos. El ataque tenía que conseguir sumar 7 puntos para forzar al rival a jugar a la desesperada y forzar un turnover que decida el partido. LaFleur abandona la carrera y le deja las llaves del ataque a su joven quarterback, que protagonizaría una posesión en la que el juego de pase sería el gran protagonista. Jugada a jugada, Love buscaría a todos sus receptores por todo el campo exhibiendo un temple sensacional, en parte gracias a la gran labor de la línea ofensiva. Love completa tanto pases cortos a los laterales, como pases a la zona media y se atreve incluso con lanzamientos más profundos. Todo sale a pedir de boca, si omitimos ese intento de play action que a puntito estuvo de acabar en fumble, hasta que el equipo se planta en la yarda 8 de Detroit. En 2º y 7, una primera bombita hacía FitzPatrick que termina en el suelo da paso a una de esas faltas que tan buenos resultados nos ha dado durante la etapa Rodgers. La distraída defensa rival inicia la jugada con 12 jugadores sobre el emparrillado regalando 4 yardas al ataque, todo un clásico con patente en Wisconsin. El 3º y 3 parece más asequible, pero el scramble de Love se queda corto por 1 yarda debido al oportuno placaje de Hutchinson. ¡Cuarto down! Misma situación que en el primer cuarto y misma decisión. LaFleur coloca al ataque en el campo. Aquí se ha venido a jugar. Con todo dispuesto para anotar se produciría otro de los clásicos de los últimos tiempos, las faltas a destiempo. Anthony Belton se adelanta a la jugada e incurre en una penalización que convertía el sencillo 4º y 1 en la yarda 2 de Detroit en un complicado 4º y 6 en la 7. Pero, peero, ¡peeero! Matt LaFleur en un momento de genialidad solicita tiempo muerto un momento después de que Belton se moviese, pero antes de que los cebras lanzasen sus pañuelos amarillos. Los árbitros llegan a la conclusión de que la acción de LaFleur fue anterior a la de Belton y, afortunadamente para nosotros, otorgan el tiempo muerto a Green Bay para desesperación del público local. Con la jugada bien planificada, Wicks consigue la separación necesaria por concepto de rutas, Watson arrastra al defensor asignado, y logra el necesario y polémico touchdown.
Los ataques están desatados. Continúa el intercambio de golpes en Detroit. Quedan poco más de dos minutos para la finalización del primer cuarto y Detroit está dispuesta a todo. Una inoportuna penalización cometida por Rashan Gary pone un poquito más fáciles las cosas para los Lions, pero las verdaderas estocadas en el corazón quesero llegarían, una vez más, mediante la conexión Goff to Williams. La primera incisión sería un pase de 25 yardas que pilla fuera de juego a Valentine, teniendo que ser McKinney el que zancadillee al rival, mientras que la segunda sería un pase lateral convertido en oro por tierra debido a un mal placaje del propio Valentine al inicio de la jugada. Muy bien el ataque de los Lions que había logrado un touchdown en las postrimerías del segundo cuarto, pero muy mal la secundaria, personificada en Carrigton Valentine, que había permitido dos jugadas de alto octanaje de más de 22 yardas cada una.
Restando 25 segundos para la finalización de la primera parte, LaFleur ha tenido bastante y renuncia a intentar lograr la distancia necesaria para tratar anotar un tiro de campo que rompa las dos posesiones consecutivas anotadoras de los Lions, encomendándose a una poderosa defensa que suele lucirse en los primeros y terceros cuartos.
Tras el descanso y el Seven Nation Army interpretado por Jack White durante el show del intermedio, llegaba el momento ideal para que los Lions diesen un zarpazo al partido. Lo iban a intentar en una serie ofensiva dominada por el juego de carrera con la que los locales lograban avanzar con muchas dificultades. Después de superar un primer 3er down, los Lions se iban a enfrentar a un 4º y 3 en la yarda 47 de Green Bay gracias al buen hacer de la línea defensiva. Campbell no podía permitir que LaFleur le robase su seña de identidad y ordena a su equipo intentar avanzar las tres yardas restantes. La enésima carrera de Gibbs finaliza dos yardas antes de la línea azul cuando una pila de jugadores rivales cae sobre él. Los Lions perdían el balón y comenzaban a perder la batalla de los cuartos downs. Primera bofetada para Lions. En la siguiente jugada Jordan Love retrocede en el pocket, arma el brazo y suelta una bomba buscando a un Christian Watson que estaba superando por puro físico a su defensor, Amik Robertson, en su ruta Go por el lado derecho. Watson baja del cielo tremenda espiral y anota un touchdown de 51 yardas en la que fue, sin lugar a dudas, la jugada de la noche. Segunda bofetada para Lions en cuestión de 30 segundos. De poder ponerse por delante en el marcador a verse 10 puntos por debajo. Los Packers dominaban el encuentro.
Sin embargo, la presa, herida, aún tenía fuerzas para seguir revolviéndose. Tras el bochorno del drive anterior, los Lions iban a protagonizar su mejor posesión de la tarde. Tan solo bastaron 4 jugadas para que el ataque de los Lions recorriese 54 yardas. Montgomery daba descanso a Gibbs, y protagonizaba una serie de jugadas explosivas por tierra ante la que nada pudo hacer la defensa quesera. Incluso Gosling, con su escasa movilidad y la velocidad de una tortuga se apuntaba a la fiesta con un scramble de nada menos que 24 yardas. La faena la remataría el propio Ryan con un espléndido pase directo a la zona de anotación capturado por un desaparecido TeSlaa con un bonito rectificado. El touchdown de 17 yardas volvía a apretar el marcador. 24 a 21 para los visitantes.
Quedaban menos de siete minutos y medio para el final de cuarto, y los Packers necesitaban volver a distanciarse de unos Lions que se encontraban cómodos haciendo la goma. Melton, ese receptor convertido en defensor convertido en corredor ejecutaba a la perfección una sweep por el lado izquierdo para sumar 14 yardas. En la siguiente jugada, Love, plantado en el logo, se apoya en su línea defensiva para dar tiempo a que Dontayvion Wicks atacase el espacio vacío dejado por la defensa en zona propuesta por Kelvin Sheppard. Wicks atrapa el balón y corre para sumar yardas llevando al equipo en volandas hasta la yarda 25 de Detroit. LaFleur utiliza su formación jumbo metiendo a Kinnard de falso tight end, y al igual que lo sucedido la semana pasada en Minnesota, la carrera se beneficia de esos kilos extra. Jacobs primero, siendo frenado con un feo placaje a la rodilla de Branch y Wilson después logran, en dos carreras, colocarse en 1º y 10 en la 15 de Detroit. En la serie crítica de la posesión, un milagroso fumble recuperado por Walker primero y un pase incompleto después colocaban a Green Bay en situación de cuarto down. Afortunadamente, D.J. Reed había agarrado de la rejilla del casco a Whyle delante del back judge, que lanzaba un pañuelo salvador para nuestros intereses. Dos jugadas después, Wicks calca la jugada de su primer touchdown y los consiguen su objetivo. 31 a 21 y partido controlado. El pavo estaba cada vez más cerca.
Inmersos en el intercambio de touchdowns, los Lions necesitaban mantener el ritmo anotador y sumar, de nuevo, otros 7 puntos que sirviesen para equilibrar el encuentro. Se les acababa el tiempo. Un enrabietado Gibbs por tierra, acompañado por unos eficientes Goff y Williams por aire lograban recorrer medio campo en apenas 3 jugadas consecutivas. La defensa nada podía hacer ante tal despliegue ofensivo, aunque bien pudo haber recuperado el balón en una jugada de engaño ideada por Dan Campbell. Tras las dos carreras explosivas de Gibbs se llegaba al final del tercer cuarto. Un cuarto en el que el intercambio de golpes había sido constante, pero favorable para nuestros intereses y que finalizaba en el momento justo en el que Detroit había encontrado la manera de hacer daño a nuestra defensa.
En el último campo, el partido entraba en una fase de football control a pesar de los intentos de los Lions de rentabilizar la extensa posesión que arrastraban del cuarto anterior. A cada carrera inerte de Gibbs le seguía un buen pase de Goff que mantenía a los suyos con la posesión del balón hasta que se posicionan en la yarda 21 visitante y en situación de cuarto intento. Marchando 31 a 21, a Campbell se le antoja que los 3 puntos de un field goal bastante plausible son poco botín y ordena, como no podía ser de otra manera, jugarse su segundo y último cuarto down. AL igual que la vez anterior, la defensa se impone, Goff sale del pocket fallando un pase sencillo. Balón para Green Bay. Los Lions habían perdido la batalla de los 4º downs por 3 a 0, dato importante en un partido decidido por detalles como este.
A estas alturas, el ataque quesero solo tenía una única misión, defender con el balón en sus manos, pero sus esfuerzos caen en saco roto ante una defensa muy agresiva. Primer 3 y fuera después de cuatro posesiones anotadoras. Con unos 9 minutos en el reloj y todavía 10 puntos abajo, el ataque de los Lions se lanza a la remontada a la desesperada cargando todo su juego sobre los hombros de Jared Goff. Todavía pensando en su fallo anterior, Goff inicia la posesión con otro pase corto incompleto para inmediatamente resarcirse y entregar una espiral de 18 yardas a un desaparecido TeSlaa. Parsons ponía las cosas en su sitio con un hermoso sack marca de la casa, y cuando la posesión se encaminaba hacía un nuevo cuarto down tras otro sack de Enagbare, Nixon, algo pasado de vueltas todo el partido, comente la clásica penalización en un momento importante transformando lo que hubiese sido un devastador 4º y 23 para Detroit en un sencillo 1º y 10 que permitía a los gatitos luchar por la remontada. Williams firmaba una jugada de 44 yardas, 29 de ellas tras atrapar el balón, que subía la moral del equipo ya situado en plena red zone. La defensa achica espacios, no cae en los subterfugios de Campbell y fuerza dos pases incompletos. Parsons remataría la faena cazando a Goff en una desafortunada jugada en la que Wyatt cae de mala manera teniendo que retirarse del campo en el cochecito de las lesiones importantes. Campbell, escarmentado por el nulo éxito del equipo en cuartos intentos, prefiere, ahora sí, el tiro a palos. Bates convierte y partido casi sentenciando a favor de los visitantes.
Y decimos casi sentenciado porque con tres minutos por delante y tres (cuatro incluyendo el two-minute warning) tiempos muertos rivales, aún había opciones para que Detroit gozase de una última posesión. El nivel de juego del ataque había caído en picado en este último cuarto y se encontraba fuera de ritmo debido a las extensas posesiones de Detroit. El ataque no necesitaba anotar, necesitaba, simplemente, «quemar» todo el reloj posible y alcanzar la barrera del primer down dos veces para ganar el partido desde este lado del balón. Como era previsible, Green Bay percutiría por tierra para obligar a Detroit a emplear todos sus tiempos muertos, lo que no estaba contemplado es que Watson se saliese del campo, deteniendo el reloj, tras recibir el pase de 8 yardas que suponía otra nueva serie de jugadas. Este error de Watson obligaba a los Packers a correr dos veces, en lugar de una, antes del tiempo muerto obligado de los dos minutos. Sea como fuere, el equipo afrontaba un 3º y 3 crítico con dos minutos para la finalización del encuentro. Love se mantiene con el balón en el pocket y trata de entregar un balón a su receptor de la noche, sin embargo, Branch se adelanta a Watson impidiendo la consecución del pase y deteniendo, nuevamente, el reloj. Con un minuto y cincuenta y cinco segundos por delante, LaFleur tiene ante sí una importante decisión. Que Whelan despeje el balón y la defensa cierre el partido o ir a por el cuarto down con todo. En una decisión kamikaze ante el padre de los kamikazes modernos, LaFleur ordena ir a por la posesión desde la yarda 45 rival. Si la jugada sale bien, se termina el partido, pero si la jugada sale mal, los Lions tendrán que recorrer 50 yardas menos en el mismo tiempo que si hubiese ordenado despejar. Snap limpio. La presión empieza a derribar la protección de la línea. El pocket se colapsa. Love levanta la mirada y otea en el horizonte la ruta de Watson. Lanza el brazo. El balón vuela por el aire de Detroit. Branch y Watson disputan la posición y… ¡Watson atrapa el balón!¡Victoria para Packers por 31 a 24!
Ha sido un partido muy igualado con ambos equipos produciendo números totales muy similares. En la primera parte, eran los Packers los que dominaban el reloj, acumulaban yardas y subían puntos al marcador, mientras que los Lions iban a remolque manteniéndose siempre en el partido. Por contra, en la segunda parte eran los Lions los que dominaban el partido gestionando los Packers la diferencia en el marcador. Es por esto que el partido ha sido un encuentro muy igualado que se ha decidido por detalles. Uno de esos detalles han sido la tasa de conversión de cuartos intentos y la efectividad en la red zone. LaFleur se ha mostrado muy valiente, jugándose varios cuartos downs cruciales para el devenir del encuentro frente a un auténtico kamikaze como es Dan Campbell. Al buen hacer del ataque le ha acompañado el buen oficio de la defensa, que ha sabido frenar los intentos de Detroit.
Paradojas de la liga, parece que la baja de Jenkins ha dotado a la línea ofensiva de la estabilidad que necesita para hacer bien su trabajo. La protección contra la presión rival ha sido excelente durante toda la noche, algo que ha sufrido, y de qué manera, un Hutchinson totalmente anulado que ha encajada un triple cero (0 golpes, 0 sacks y 0 placajes para pérdida de yardas). Este buen hacer de la línea a permitido a Jordan Love disponer del tiempo necesario para poder ejecutar los pases que el equipo necesitaba. 234 yardas, un rating de 124,2 y lo que es más importante, 4 touchdowns, dos de ellos en situaciones críticas del partido. Con estos 4 TD en Acción de Gracias, Love iguala, por segunda vez esta temporada, un récord de Brett Favre.
La línea defensiva se ha mostrado muy firme rayando a gran nivel durante buena parte del encuentro. Parsons y compañía se han empleado a fondo toda la tarde para no dejar a Ryan Gosling pensar con claridad, anulando una de las virtudes de este equipo. Además, cuando los Lions intentaban ir por tierra con uno de los mejores combos de la liga, la defensa quesera, se encargaba de anularlos. Si Gibbs es Sonic y Montgomery es Knuckles, entonces Parsons y McDuffie son Shadow y Silver respectivamente. Hasta 7 placajes por detrás de la línea de scrimmage que contribuyeron a dejar a la veloz pareja en unas escasas 3,6 yardas por carrera a pesar de la sensible baja de Wyatt, nuestro Dr. Robotnik particular. Por poner un lunar al desempeño defensivo, la secundaria se ha visto algo expuesta, y eso que St. Brown ha tenido que abandonar el partido a las primeras de cambio. No hemos sido capaces de anular a Jameson Williams, que ha firmado una de las mejores noches gracias a sus 20,6 yardas por pase para un total de 144 y 1 TD.
Los equipos especiales siguen muy en la línea de la temporada. Acumulamos 3 faltas en el saque inicial del partido para un total de 7 en lo que a saques se refiere. Si a esto le sumamos que McManus tiene querencia por enviar el balón a la end zone rival, tenemos como resultado que los rivales comienzan sus drives en posiciones ventajosas más veces de las deseadas. Además, seguimos forzando a Romeo Doubs, que no luce el Guardian Cap por gusto, en uno de los lances más peligrosos de este deporte. Al hacerlo, estamos renunciando, prácticamente, a los retornos provenientes de despejes rivales. 2 miserables yardas en este partido. Al menos hemos vuelto a la senda de la tranquilidad en los lanzamientos a portería y contamos con una máquina de despejar como es Daniel Whelan. 72 yardas el animalito en el último despeje del partido.
Siguiente parada, Bears en casa. Una rivalidad histórica frente a un rival que vive un momento dulce nada habitual en los últimos años. Puede que, al igual que los Vikings de 2022, sus victorias se estén decantando de su lado en partidos muy ajustadas, pero acumulan una racha de 5 victorias consecutivas y son líderes de la NFC. Será vital detener su juego de carrera, sin Wyatt, y forzar a Williams a tomar malas decisiones si queremos conseguir la victoria.
GPG!
Germán de la Puente