Llega el momento de la verdad, el momento de decidir quién va a colocarse la corona de la NFC Norte esta temporada, un hito que el equipo no logra desde 2021 pero que tiene al alcance de la mano si consigue salir victorioso de este complicado envite. Durante el último mes de competición la enfermería se ha ido llenando de jugadores muy importantes en todas las líneas del equipo. Kraft, Parsons, Jenkins, Tom, Wyatt. defensa, ataque… Mucho con lo que lidiar justo en el preciso momento en el que los rivales tienen su juego más consolidado después de meses de competición. La labor de los entrenadores pasa a ser más importante si cabe, teniendo que adaptar sus ideas a la plantilla de la que disponen.
En frente están nada menos que nuestros odiados Bears jugando en casa. Un equipo que ha sufrido las bajas de dos de sus mejores receptores, Odunze y Burden III, pero que cuenta con uno de los juegos de carrera más potentes de la competición. Su plan para lograr la victoria y asegurar el liderato es el mismo que en el partido en Lambeau. Minimizar las malas decisiones de su impetuoso quarterback, Caleb Williams percutiendo eficientemente por tierra para controlar el ritmo del partido y lograr mantenerse a menos de una anotación en el tramo final del encuentro. Es a lo que han estado jugando esta temporada y es un estilo que les ha reportado pingües beneficios en forma de victorias de última hora.
Si en el anterior partido la defensa fue incapaz de cazar a todo un Houdini reencarnado contando con esa fuerza de la naturaleza que es Micah Parsons, en este va a ser necesario cuidar mucho la secundaria ante el previsible aumento de tiempo para lanzar del que dispondrá Caleb Williams. Aprovechar las penalizaciones rivales, adaptarse al viento de Chicago y reducir el número de entregas son los conceptos básicos para afrontar este encuentro. Si el equipo consigue marcar el ritmo del partido y se distancia a más de 7 puntos en el último cuarto, las posibilidades de cerrar el partido serán enormes.
El sorteo inicial daba la posibilidad al ataque de los Packers de empezar a colocar puntos en el marcador. Este partido es una rivalidad histórica y eso es algo que en los últimos tiempos se había perdido. La llegada de Ben Johnson a Chicago parece haber revitalizado esta rivalidad y eso es algo que se pudo comprobar en la primerísima jugada del partido. En un simple retorno del saque inicial, Chicago metía a una pila de jugadores sobre Bo Melton con un D’Marco Jackson encima de todos ellos al más puro estilo años 90. Este exceso de agresividad permitía a los Packers comenzar el partido desde una posición adelantada, nada habitual para nosotros. Un par de jugadas después, este exceso de motivación se tradujo en una nueva penalización de Chicago, cosa que no debe extrañarnos pues se trata del equipo con el peor balance neto de penalizaciones de la liga. Love encaja un primer golpe propinado por Austin Booker y el equipo deja atrás un peligroso 3º y 1 gracias a las 15 yardas obtenidas a cambio. A continuación, Love lanzaba el primer pase al hombro exterior de Romeo Doubs para calentar motores colocando al ataque en la primera visita a la red zone rival del partido. No obstante, dos carreras frenadas y una recepción al límite en el que la defensa impidió a Doubs caer hacia su lado natural propiciaban el primer cuarto intento del ataque. LaFleur considera que 3 puntos son poca renta y decide jugarse el down. Lamentablemente, la jugada no se desarrolla como debería y el pase de Love no coge la dirección adecuada para que Watson pueda atraparlo. El equipo se marcha de vacío en su primera intentona.
Había mucha incertidumbre por ver cómo iba a responder la defensa sin un Micah Parsons diferencial. La debacle del final de partido contra Broncos no invitaba al optimismo y las sensaciones que se transmitieron durante esta primera posesión tampoco fueron buenas. Los Bears enlazaban carreras explosivas una y otra vez. D’Andre Swift, Kyle Monangai y DJ Moore se erigen como protagonistas, mientras que Caleb Williams volvía a demostrar su alta capacidad de elusividad saliendo del pocket para correr o conectar un pase profundo que mostraba las grietas de la defensa contra el pase rival. Si el ataque de Green Bay necesitó 9 jugadas para recorrer 46 yardas, al de los Bears rentabilizó las mismas 9 jugadas para avanzar 70. Al final de la posesión, la insistencia por atravesar la línea por tierra desde la red zone obligaba a Ben Johnson a tomar la misma decisión que tuvo que tomar Matt LaFleur en el drive anterior. Johnson decide y a por todas y ordena a sus pupilos poner el balón en juego mediante una jugada de engaño. Sin embargo, por muchas victorias que figuren en su casillero, estos Bears siguen siendo todavía los Bears de siempre. Drew Dalman realiza un snap imposible que vuela por encima de un sorprendido Monangai que tiene que correr, pero en dirección contraria para recuperar el fumble provocado por su compañero. Ninguno de los dos equipos parecía dispuesto a anotar.
Green Bay recuperaba la posesión en la yarda 22 después de este inusual intercambio de cuartas oportunidades. El ataque parece dispuesto a remendar el error de la posesión anterior y se lanza hacia el campo contrario. Las carreras de Jacobs resultan poco productivas por lo que el Jordan Love tiene que asumir en primera persona la responsabilidad de mover las cadenas ya sea pasando o corriendo el mismo. En la última jugada de este primer cuarto, Love volvía a buscar a su mejor receptor de la noche con un pase de 13 yardas que el propio Doubs se encargaba de transformar en una jugada de 20 a base de lucha y mucho tesón. Por octava vez esta temporada el ataque era incapaz de sumar ningún punto. Afortunadamente, la defensa, pese a todo, había salido viva de este primer envite denegando también al rival cualquier tipo de anotación sumando una muesca más, 11 en total, al impresionante registro de 1,1 puntos permitidos en los primeros cuartos.
El cambio de campo daba un respiro al ataque que empezaba a acumular muchos minutos sobre el emparrillado. Jacobs seguía ejerciendo de solista tanto en jugadas de carrera como en jugadas en las que se posicionaba como la válvula de seguridad en secundarias colapsadas por la defensa rival. Sus 6 yardas por jugada permitían al ataque invadir por segunda vez consecutiva la red zone de los Bears. Un balón perdido por Wilson, más pendiente de correr que de asegurar el ovoide, se convertía en un fumble que afortunadamente salía por la banda, mientras que un nuevo pase desesperado de Love para Watson era bien defendido por la defensa local, llevando al equipo al segundo cuarto down consecutivo. LaFleur decide en esta ocasión coger los puntos y ordena a McManus saltar al campo. Brandon, completamente recuperado de su lesión, convierte un tiro sencillo inaugurando el marcador del partido. Segunda incursión y 3 puntos de renta. No iba a ser la noche del ataque en este aspecto.
El ataque de los Bears salta confiado, pero enfrente, nuestros aguerridos chumachos no estaban dispuestos a permitir que les pasasen por encima como en el primer cuarto. La presión empezaba a carburar apoyada por unos linebackers muy expeditivos. Jugada a jugada, la ganancia de los Bears caía en picado y los terceros intentos comenzaban a aflorar. En el momento clave de la posesión, con los Bears afrontando un complicado 3º y 8 en la 45 de Green Bay, Wright se adelanta a la jugada regalando 5 yardas más a la defensa. En la jugada posterior Williams se escapa de la presión y trata de repetir la misma jugada de pase por su derecha que tan buenos resultados le dio en el partido de ida, solo que en esta ocasión la defensa ya conoce la jugada y le obliga a lanzar el balón fuera de los límites del campo. ¿Field goal de 63 yardas o despeje? Despeje y gracias, máxime con el potente viento soplando con fuerza en Chicago.
El ataque de los Bears no era capaz de entrar en el partido, pero los equipos especiales iban a conseguir una posición favorable para su defensa gracias al coffin corner perfecto ejecutado por Tory Taylor. Saliendo desde tan atrás el equipo tenía que ser capaz de generar separación suficiente y evitar que los Bears provocasen un cambio de posesión. Una carrera de Jacobs seguido de un pase atrapado por Watson lograban el objetivo. El ataque afrontaba un nuevo 1º y 10 desde su yarda 17 usando una formación jumbo utilizando a Darian Kinnard como falso tight end por el lado izquierdo. Después de una breve lucha, Booker consigue superarle corriendo directamente hacia un Jordan Love que trata de asegurar el balón viendo lo que se le venía encima. Love baja ligeramente la cabeza para protegerse del impacto mientras que Booker hace lo propio, pero con intenciones contrarias propinándole un fuerte golpe. Love queda tendido en el suelo. Había sufrido una conmoción cerebral y ya no volvería al campo. El golpe es duro no solo para el jugador sino también para el equipo, que encajaba otra baja crítica más en tan delicado momento de la temporada.
Afortunadamente, la gerencia descubrió un pequeño diamante en bruto cuando repescó a un tal Malik Willis de los Titans la temporada pasada. Willis tiene una técnica de pase muy depurada que acompaña con su potencia en el tren inferior lo que le convierte en uno de esos QBs de doble amenaza y en uno de los mejores backups de la liga. Lógicamente no llega al nivel de Jordan Love en el juego aéreo por lo que LaFleur decide activar el plan de juego Buenik. El ataque terrestre se vuelve imperativo. Wilson da descanso a Jacobs y entre los dos capitalizan una serie de jugadas ante las que la defensa local poco o nada puede hacer. 10 carreras, 49 yardas. Todo un wil-wil para los Packers. En estas estamos cuando se alcanza el two-minute warning en situación de 1º y gol en la yarda 5 de Chicago. La posesión encara su secuencia de jugadas final. En el primer intento, Willis busca a Doubs sin éxito dentro de la end zone bien defendido por Stevenson. En el segundo intento, Jacobs asume la responsabilidad, aunque su carrera por el centro muere apenas un par de yardas pasada la línea de scrimmage. En el tercero, Willis lo intentaría con Watson, pero Byard III lo impedía. Un LaFleur conservador prefiere no jugarse el cuarto intento a tenor de las bajas que acarrea el equipo y manda saltar al campo a McManus, quién convierte sin problemas otro sencillo field goal. Tercera posesión, tercera incursión en la red zone, pero solo 6 puntos de renta.
Llegaba el momento para los Bears de intentar subir puntos al marcador. Los Packers estaban dominando el control del reloj y marcaban el ritmo del partido, pero afortunadamente para ellos la diferencia entre ambos equipos era de solo 6 puntos. Su defensa limitaba las opciones de los Packers en red zone pero el ataque no terminaba de carburar a pesar del buen inicio de partido. Con menos de dos minutos para la finalización del primer tiempo, Johnson se entrega a su QB para intentar encadenar dos posiciones anotadoras sin posibilidad de respuesta. Hafley anticipa a la perfección las intenciones de su rival y propone una defensa preventiva que evite a Williams recorrer el campo con facilidad. Lo malo de este tipo de esquemas defensivos es que sacrificas algo de yardaje en el primer tercio del campo, pero si la secundaria se mantiene constante en sus marcajes, el ataque por aire lo va a pasar realmente mal. Williams consigue conectar con su tight end por detrás de la línea defensiva, para que Loveland corra con el balón siendo necesarios dos jugadores, Nixon y Walker para detenerlo. Vuelve a intentar la misma jugada con Zaccheaus en esta ocasión, pero a diferencia de la vez anterior, la defensa se le echa encima enseguida minimizando el peligro. El resto de intentos de Williams no llevan a ningún sitio dejando a los Bears en una situación complicada de 4º y 4. Creyéndose Aaron Rodgers, el ataque intenta hacer caer en la trampa a los inventores de este tipo de jugadas sin éxito teniendo que despejar de nuevo el balón por segunda vez consecutiva. La defensa se había impuesto finalmente provocando que los Bears se fuesen de vacío en este primer tiempo. Cuarta vez esta temporada que se consigue tal cosa, sin Micah Parsons, sin Devonte Wyatt, pero con un Jeff Hafley imperial.
Los Bears se veían sorprendentemente superados por un equipo plagado de bajas, sin opciones en ataque pero con una defensa que estaba siendo capaz de minimizar pérdidas en red zone. Los Bears partían, una vez más, desde la yarda 35 debido al touchback de McManus en el saque de centro. Una tímida carrera de Swift daría paso a una jugada de carrera explosiva tras pase corto. La defensa de Green Bay presenta su habitual front-7 con cuatro hombres a la presión y 3 linebackers por detrás guardándoles las espaldas. Cooper se encargaría del lado derecho, Walker del centro y McDuffie tendría que lidiar por el derecho. Sin embargo, Walker tiene otros planes. Johnson había planteado una jugada con personal 12 situando a sus dos tight ends por el lado de McDuffie y a sus dos receptores por el lado de Cooper. Al inicio de la jugada Walker, motu propio, decide entrar en blitz por el centro. Williams le ve venir y suelta el balón rápidamente hacia el running back del lado fuerte. El desajuste defensivo se había producido. Nixon tenía no solo que defender a dos jugadores, sino que además dichos jugadores eran más grandes y fuertes que él. Monangai se aprovecha de esta circunstancia y consigue correr pegado a la banda durante 34 yardas hasta que es placado por McKinney. A pesar del varapalo que supone esta jugada, la defensa no pierde el tipo mostrándose muy expeditiva en la siguiente serie de jugadas. McKinney, una vez más, casi consigue interceptar un pase hacia su zona, mientras que el segundo intento de carrera lateral era frenado sin compasión en las cercanías de la línea azul. A los Bears no les quedaba más remedio que lanzar a palos en 4º y 8. Cairo Santos convierte el tiro y los Bears suman sus primeros puntos del partido. Habían transcurrido unos 33 minutos de partido.
Con un marcador más propio de otros deportes, el partido se encontraba en un inesperado 6 a 3 a favor de los visitantes. Buenik quiere demostrar que también sabe pasar y ejecuta espiral perfecta de 20 yardas que Pasitos Musgrave consigue prolongar a trompicones hasta las 26 para comenzar con confianza el asalto a la end zone rival. El pase había sido magnífico pero la lectura no lo había sido tanto. Golden y Watson se encontraban en posiciones más ventajosas, especialmente Watson que de haber recibido el balón tenía vía libre hacia la zona de anotación. Buenik también quiere demostrar que eso de escapar de la presión rival imitando a Houdini no es solo cosa de Caleb, y en una jugada rota pasa de encajar un probable sack al primero y diez usando una serie recortes y de amagos con el brazo para ir rompiendo las caderas de cuantos defensores le salían al paso. En esta misma jugada, Reed y Watson chocan uno contra el otro teniendo que salir del campo lesionados. ¿Qué más podía salir mal? Lo averiguaríamos pronto. Cuarta posesión, cuarta incursión en la zona de peligro rival. El equipo ejecutaba una serie de carreras sencillas cuando en 1º y gol desde la 4 de Chicago, Jacobs trata de superar la línea de gol. En ese momento Wright tira de los brazos de Jacobs mientras, por detrás, Robinson golpea con fuerza el ovoide ¡Fumble! No hay jugadores queseros cerca, por lo que entre Gardner-Johnson y Edmunds los Bears recuperan la posesión. Jacobs no volvería al terreno de juego. Cuarto viaje a la end zone y segundo que se saldaba con una pérdida de posesión.
Los Bears parecían recuperar no solo el balón sino también la inercia del partido. Monangai incidiría en esta idea con una carrera explosiva de 13 yardas que atraviesa la línea defensiva librando a su equipo de la presión de partir desde la yarda 4, pero todo era un espejismo. La defensa vuelve a imponerse una vez más gracias al buen hacer de McDuffie y de Walker frenando el juego de carrera. Impotentes, en la siguiente serie de jugadas, Chicago tiene que despejar el balón de nuevo.
Era el momento de distanciarse en el marcador sin Love y sin Jacobs, aunque con el tándem wil-wil. Wilson daba la respuesta a Monangai con una carrera de 12 yardas que levantaba los ánimos del equipo. El juego por tierra estaba asegurado gracias al talento y los buenos movimientos de Emanuel. ¿Y por aire? Por aire Willis iba a destapar el tarro de las esencias. Primero calentado el brazo con un pase de 10 yardas a la banda para que Watson se luzca, para después lanzar una impresionante bomba en profundo para que Doubs hiciese lo propio. Una espiral perfecta de unas 35 yardas que Romeo baja al suelo mientras corre una ruta Go en la que supera por velocidad a Gardner-Johnson para lograr el primer touchdown no ya de los Packers, sino del partido. Con la alegría, y dejado llevar por la rivalidad, Jayden Reed hace un gesto con la mano burlándose de Wright que no pasa desapercibido para los árbitros. La conducta antideportiva de Reed suma 15 yardas más a la distancia desde la que McManus va a tener que convertir el extra point. En un tiro complicado debido al fuerte viento, McManus consigue el valioso punto que sitúa a los Packers a más de 7 puntos de distancia de sus rivales. En apenas dos posesiones el equipo había pasado de encajar un fumble en red zone a anotar en una jugada impresionante, demostrando el carácter ganador y combativo de la plantilla.
Sin tiempo para más, el partido tendría que resolverse en el último cuarto. La defensa seguía mostrándose intratable dejando a los Bears con 3 puntos tras 45 minutos de partido. Cuarta vez en la temporada que se logra semejante proeza.
Los Bears entran en su terreno un poco por detrás del plan inicial. Sin embargo, aunque la desventaja sea de 10 puntos, la diferencia se antoja salvable por Ben Johnson y sus pupilos que estarían dispuestos a todo para tratar de remontar el partido. La defensa se ha mostrado muy sólida hasta este momento, pero no es menos cierto que durante esta temporada al equipo le ha costado defender en los tramos finales del partido, siendo este cuarto en el que más puntos encaja el equipo (7,7). En la primera jugada Williams conseguía conectar un pase de 22 yardas con DJ Moore a pesar del acosador marcaje ejercido por Nate Hobbs y a partir de ahí comenzaría el show de De’Andre Swift. Carrera a carrera, Swift lograba penetrar en la línea defensiva generando jugadas de alto yardaje. Los Bears avanzaban sin que la defensa pudiese detenerles hasta que se plantan en la última secuencia de jugadas en la yarda 24 de Green Bay. A un primer pase bien defendido le sigue una carrera corta del propio Swift. En tercera oportunidad la presión se abalanza sobre Williams quien desesperado se desprende del balón lanzándolo directo a la banda izquierda. Los árbitros interpretan que no hay receptores cerca de la jugada y pitan una penalización por intentional grounding de 10 yardas. En el momento clave de la posesión, los Packers Bears cometían una penalización que les condenaba a renunciar al posible touchdown. A Johnson le vale con un field goal a sabiendas de que tendrá más oportunidades más adelante. Santos convierte y reduce la diferencia a 7 puntos. El partido comienza a calentarse.
El ataque tiene ante sí la misión de quemar tanto reloj como sea posible y mantener la ventaja para minimizar las opciones de remontada de los Bears. Buenik había infundido el miedo del pase profundo en el corazón de los defensores de Chicago facilitando a Wilson explotar el juego de carrera. LaFleur emplea a Kinnard en sus habituales formaciones jumbo para facilitar aún más las carreras de Wilson y que todo el plan funcione. Las cosas se ponen aún más fáciles cuando en el enésimo scramble imparable de Willis, Jaquan Brisker suelte una tollina en el casco a Buenik que suponen 15 yardas más por dureza innecesaria. Desde ese momento, Wilson o Willis se encargarían de percutir una y otra vez por tierra obligando a Chicago a gastar uno de sus tiempos muertos. El equipo vuelve, por quinta vez, a introducirse de lleno en la red zone de Chicago. La Cheese Sweep de Reed por el lado derecho no funciona, como tampoco lo hace la carrera por el centro del propio Wilson ni el pase a la Flat por el lado izquierdo. Sin la necesidad de jugarse un cuarto down largo, LaFleur ordena a McManus tirar a palos y Brandon responde convirtiendo su tercer field goal de la noche desde unas asequibles 28 yardas. Quinta incursión red zone y tercera que se salda con un fiel goal. La renta obtenida permite a los Packers mantener la ventaja de 10 puntos, pero por el camino se han dejado escapar 24 puntos que podrían ser vitales.
Las cosas son algo diferentes desde el punto de vista de Chicago. Si quieren intentar la remontada necesitan un touchdown, un field goal y que Green Bay no sume más puntos a su marcador. Para lograrlo tienen que gestionar muy bien el reloj y avanzar muy rápido por el emparrillado. Quedan menos de cinco minutos en el reloj cuando Williams se dispone a repartir juego usando su brazo. El primer pase es atrapado por Kmet valiéndose de su superioridad física sobre Nate Hobbs. 11 yardas. El segundo pase es rechazado por Walker cuando Monangai casi podía paladearlo. 0 yardas, primer down. El tercero es un pase profundo hacia la zona de cobertura de Nixon, pero, aunque Zaccheus le ha ganado la posición al bueno de Keisean, va corto de fuerza haciendo imposible su recepción. 0 yardas, segundo down. En el cuarto, la presión de la defensa descompone el pocket pero Williams, cual Houdini reencarnado, consigue escapar de los defensores queseros y se lanza campo abajo en busca de un primer down. Aunque en primera instancia parece que logra su objetivo, la jugada es dudosa. Los árbitros la revisan y en la repetición se observa como en el momento de lanzarse al suelo, el balón está 1 yarda por detrás de lo necesario. 9 yardas, cuarto down. En el quinto intento de pase sucede lo mismo que en la jugada anterior. El pocket colapsa, pero Williams escapa y no solo logra un primer down crítico, sino que lleva a su equipo hasta la yarda 36 de Green Bay. Ninguno de los linebackers estuvo atento a los movimientos de un QB famoso por su elusividad. Fallo el spy, respiraron los Bears.
En la siguiente serie de jugadas, misma situación. Dos pases incompletos de Williams llevan a su equipo a intentar un 3º y 10 crítico. El pocket vuelve a comprimirse y Williams vuelve a escapar sin que nadie esté atento a sus movimientos. Cuando parecía que los Bears habían salvado un nuevo match ball, un pañuelo amarillo vuela por el aire. Drew Dalman había agarrado a un defensor por lo que el ataque tiene que volver al tercer down con una penalización de 10 yardas adicionales. La jugada se inicia de nuevo, la presión vuelve a llegar y Williams vuelve a escapar. Un tenaz Brinson lo derriba en esta ocasión ¡Sack! Parecía que el partido se cerraba con esta acción, pero entonces llegaba la clásica penalización inoportuna del equipo. En la repetición se observa como Brinson agarra de la rejilla del casco a Williams de manera continuada. 15 yardas de penalización y primer down para Bears. Segundo match ball salvado finalmente. La alegría no duraría mucho en Illinois. En la última serie de jugadas de la posesión, Williams conseguía conectar con sus receptores, pero sus pases no eran lo suficientemente productivos como para lograr el primer down. En otro tercer down crítico, el equipo con el peor balance de penalizaciones de la liga comete una innecesaria falta por no respetar la pausa pre-snap y lo que era un asequible 3º y 4 acaba convertido en un complicado 3º y 9. Williams nada puede hacer y Cairo Santos salta al terreno de juego para lanzar la patada que les acercaba a un touchdown de diferencia. Quedaban dos minutos para el final del partido.
Menos de dos minutos, dos tiempos muertos disponibles y posesión para Packers. Solo un milagro podría permitir a los Bears remontar este partido, y ese milagro comenzaba intentando un onside kick En lugar de realizar un saque normal para alejar lo máximo posible la posición de inicio del ataque rival, el balón se pone en juego realizando un saque corto hacia uno de los lados con la intención de recuperarlo. Con el cambio de normas impuesto tanto en 2018 como en 2024, la tasa de recuperación de un onside kick ha caído a menos de un 6%, aunque con los cambios de 2025 ese porcentaje se ha duplicado prácticamente. Se trata, en definitiva, de una jugada desesperada que rara vez sale bien. Los Bears iban a aferrarse a ese 12%. Santos pone en juego el balón hacia su zona natural, la derecha, allí espera un asustado Romeo Doubs que, más pendiente de evitar un mal golpe que de atrapar el balón, cierra los ojos y espera a que le llegue el ovoide. Falla en su propósito de tal forma que los jugadores rivales se le tiran encima y recuperan tanto el balón como la posesión. Blackwell alza el trofeo, el público asistente alucina y el momentum del partido cambia en ese instante. Si habían podido lograr esto, los Bears eran capaces de cualquier cosa.
Williams se coloca la capa de superhéroe sobre su espalda y comienza a dar un recital de pases a diestro y siniestro. 10 yardas para Loveland por aquí, 8 para Swift por allí y 20 para DJ Moore por allá. Los problemas en la secundaria estaban siendo expuestos de manera cruel ante una audiencia planetaria. En 5 jugadas, los Bears son capaces de recorrer 47 yardas y plantarse en la yarda 12 de Green Bay para buscar, con su última serie de jugadas, empatar el partido. Un primer pase capturado por Loveland acercaba a los Bears 6 yardas más. Sin embargo, la prevenida defensa tapa todas las rutas y fuerza a Williams a encadenar dos pases incompletos consecutivos. Última jugada del partido para Chicago, 4º y 4, 7 puntos abajo en el marcador. Todo o nada. Williams lleva toda la posesión quemando a los defensores del lado izquierdo, pero en esta ocasión va a probar suerte con el lado derecho, donde el rookie Jahadae Walker tratará de batir al experimentado Keisean Nixon. A esto juegan los Bears de este año y no se les está dando nada mal. Williams recibe el snap, otea el horizonte, ve a Walker completamente desmarcado y lanza el balón. ¡Touchdown! Keisean Nixon se había ido a por uvas en el comienzo de la jugada dejando desguarnecida su zona defensiva. Primer touchdown en su carrera para Walker, un touchdown que no olvidará jamás. El extra point convertido por Santos y el sack posterior encajado por Buenik llevan el partido definitivamente a la prórroga.
Los Packers dispondrían de la primera posesión del tiempo añadido y tratarían, por todos los medios de sumar puntos de nuevo. La última vez que lo habían conseguido, faltaban 5 minutos para el final del partido, pero todo había cambiado desde entonces. un maltrecho Willis lo intentaba con un estupendo pase de 19 yardas que Jayden Reed transformaba en una magnífica jugada de 33. Había esperanza en las filas de Green Bay. Sin embargo, la enésima jugada de screen infructuosa y un Wicks incapaz de caer hacia adelante ponían las cosas muy difíciles para los Packers. En el tercer intento, el pocket colapsa y Willis tiene que escapar de la presión, pero duda en el último momento entre pasar o correr y es placado sin compasión en la misma línea de scrimmage. Esa yarda que necesita el equipo estaba más lejos que nunca. Un tiro a palos no es suficiente, por lo que LaFleur ordena jugarse el cuarto down. Ryan hace el snap pero el balón choca con las manos rígidas de Willis ¡fumble! Wilson, muy atento lo recupera, aunque el daño estaba ya hecho. Posesión para los Bears que tenían ante si, la oportunidad de ganar el partido.
Dos carreras explosivas consecutivas de Swift y Monangai engrasan el ataque para lo que vendría después. Williams retrocede en el pocket, esta vez con tiempo suficiente para analizar las opciones de pase que tiene delante de él. Observa como DJ Moore está rompiendo por velocidad a Keisean Nixon en una ruta Corner de derecha a izquierda. Arma el brazo, espera y ¡lanza! El balón vuela por el aire empujado por el aliento de 60.000 espectadores. Nixon, superado, se cuelga del cuello de Moore tapándole la cara. A ciegas, el hábil receptor coloca los brazos y recoge el pase ¡Touchdown de 46 yardas de los putos Bears! El milagro de la Navidad llegaba con antelación a Chicago.
Para todo aficionado a los Packers que lleve siguiendo al equipo más de una década, este partido le traerá, inmediatamente, recuerdos de Vietnam. Más concretamente de Seattle, cuando en 2014 los Packers se las apañaron para perder un partido que tenían prácticamente ganado encadenando una serie de catastróficas desdichas. En aquella ocasión la derrota supuso perder la entrada para disputar la Super Bowl XLIX, donde los Patriots de Brady esperaban ansiosos a cobrarse su venganza.
En esta ocasión, la derrota sufrida no acarreará tan trágicas consecuencias puesto que el equipo sigue dependiendo de sí mismo para clasificarse para los play-offs. El primer paso al frente lo tendrán que dar ante los Ravens de caLamar Jackson. No será sencillo, pero es en estos momentos en los que un equipo demuestra de que pasta está hecho.
QSJLPB y GPG!
Germán de la Puente