Historia:
Aunque a principios del siglo XX se habían producido intentos de organizar el football profesional en Pennsylvania y New York, se podría considerar a la ribera del río Ohio como la cuna del football profesional de Estados Unidos. Cuatro de los equipos más potentes de Ohio, decidieron organizarse para acabar con las malas prácticas entre ellos y crear una nueva competición que unificase el mercado de fichajes y el calendario. Se celebra una primera reunión el 20 de Agosto de 1920 en la sala de exposiciones de un concesionario de coches de las marcas Jordan & Hupmobile ubicada en la ciudad de Canton a la que acuden representantes de cuatro equipos. Los Akron Pros, los Canton Bulldogs, los Cleveland Indians y los Dayton Triangles. En ella se acuerda un decálogo de buenas prácticas, un calendario común y una nueva competición que recibiría el nombre de American Professional Football Conference (APFC).
Los ecos de esta nueva competición se extendieron por el medio este del país llegando a diversos estados y llamando la atención a varios propietarios de equipos de football profesional. La idea de un calendario unificado, un mercado de fichajes regido por reglas comunes y todo ello bajo el paraguas de una única competición era muy atractiva. Hasta ese momento, el football profesional se organizaba de manera arbitraria en función de las necesidades y disponibilidades de los distintos equipos. Solía ser una práctica común que un jugador de un equipo fichase por uno diferente de un partido a otro. Los partidos se veían por parte de los espectadores menos como un deporte y más como un espectáculo. Los partidos por el campeonato se declaraban semana sí y semana también. Así que, cuando apareció la APFC, otros equipos no dudaron en unirse a ella. Se organizó una segunda reunión el 17 de Septiembre, a la que esta vez acudirían además de los cuatro miembros de la APFC, representantes de otro equipo de Ohio, los Columbus Panhandles, de dos equipos de Indiana, los Hammond Pros y los Muncie Flyers, de cuatro equipos de Illinois, los Chicago Tigers, los Racine (Chicago) Cardinals, los Decatur Staleys y los Rock Island Independents, uno de Michigan, los Detroit Heralds, y dos del estado de New York que mostraron su intención de adherirse a la nueva liga por carta, los Rochester Jeffersons y los Buffalo All-American. Al finalizar la reunión, se da comienzo a una nueva competición profesional bajo la denominación de American Professional Football Association (APFA), y aunque el calendario es común para todos los participantes, se permite cierta flexibilidad a los equipos, que van organizándose con el transcurrir de las semanas. Además, el campeón se decidiría en una reunión con todos los representantes al final de la temporada. Este era el comienzo de lo que hoy conocemos como NFL y su primer presidente era nada más y nada menos que Jim Thorpe, el doble medallista olímpico y estrella de football de origen nativo americano.
A pesar de que Akron, Canton, Cleveland, Dayton y Columbus formaban parte de la partida inicial de equipos de la APFA procedentes de Ohio, Portsmouth no estaba preparada para dar el salto. Durante los locos años 20 la ciudad veía como los equipos patrocinados por George McMahon tenían un éxito moderado. El propietario de la Smoke House, llevaba desde 1912 patrocinando equipos de baseball y football, pero la ciudad no los llegaba a sentir como propios. Se derrotaba a rivales menores pero se encajaban dolorosas derrotas contra rivales mejores, siendo la última de ellas la ocurrida contra los Huntington Boosters por 34-0 la que provocó su disolución con apenas dos partidos jugados en 1925. Los ciudadanos de Portsmouth tendrían que esperar hasta el año siguiente para volver a disfrutar del football semiprofesional.
En 1926, dos grupos de empresarios pujaban por hacerse con los mejores talentos para sus respectivos equipos. Por un lado estaban los Studebaker Presidents y por el otro los Portsmouth Merchants. Los Studebakers contaban con el apoyo de W.R. Fundenberg propietario de la Scioto Motor Company que se dedicaba a la venta de automóviles de la marca Studebaker y su director general era Jack Walters del Hurth Hotel. Su principal estrella era el joven Jacques (Jack) Creasy, que ya había ejercido de capitan para la Smoke House. Se compraron para el equipo unos uniformes de un tono rojo brillante. Por su parte, los Merchants eran un equipo montado por la Asociación de pequeños negocios de Portsmouth. El entrenador y director general era Pat Shoemaker y sus uniformes, de color gris, procedían de donaciones de los comerciantes de la asociación. De los dos equipos, el preferido de la ciudad eran los Presidents, mientras que los Merchants contaban con un apoyo financiero más amplio aunque modesto igualmente. Ambos equipos compartían campo, el Labold Field, pero el derecho de uso los Domingos habría de ganarse en un derby. Los Presidents adquirieron dicho honor cuando derrotaron a los Merchants por 12 a 0 sobre un barrizal en un día muy lluvioso. La temporada para los Presidents marchaba viento en popa, pero eran incapaces de batir a sus archirivales de Iron City, los Iroton Tanks, que les endosaron sendas y dolorosas derrotas. Al finalizar la temporada, ambos equipos desaparecerían como era habitual en aquella época.
No obstante, había una persona decidida a mantener el sueño del football profesional en Portsmouth. Para la temporada de 1927, un voluntarioso Jack Creasy, de tan solo 25 años, decide tomar la iniciativa el mismo y recompra todo el material deportivo de los Presidents. Para financiar al equipo decide buscar el apoyo de las dos empresas más grandes de la ciudad, la Selby Shoe Company y la Whitaker-Glessner Company. Además, el joven Creasy se guardaba un as bajo la manga. Había conseguido convencer a Jim Thorpe para que le ayudase en esta aventura, sacándolo de su retiro para convertirlo en el entrenador-jugador estrella del equipo. A pesar de que Wa-Tho-Huk, verdadero nombre de Jim Thorpe, ya contaba con 41 años de edad, la sola presencia de la antigua superestrella de baseball, football y atletismo aseguraba la venta de entradas. Creasy ofreció a Thorpe un contrato, del que se desconocen las cifras, por 10 partidos y el veterano jugador aceptó el reto. Para una superestrella de su talla no era fácil estar alejado del deporte y esta nueva aventura era perfecta para él. Thorpe reclutó a antiguos compañeros y Creasy hizo lo propio con antiguos jugadores de los Presidents y los Smoke House, juntos consiguieron un talentoso grupo con el que abordar con garantías la temporada. El equipo recibiría el nombre de sus dos patrocinadores principales, llamándose los Portsmouth Shoe-Steels "Floodwallers". Aunque la presencia de Thorpe en los terrenos de juego estaba muy limitada por las lesiones, los Floodwallers cosecharon numerosas victorias, que se traducían en buenos ingresos en taquilla, y aunque se perdió el primer partido contra sus archirivales, los Ironton Tanks, se consiguió la primera victoria en la historia de Portsmouth por 7 a 0 en el partido de revancha, lo que supuso todo un hito para la ciudad. Tras 10 partidos, los Shoe-Steels se encontraban en lo alto de la clasificación y Creasy decidió organizar un partido de post-temporada contra los Ahsland Armcos que serviría para alcanzar el campeonato regional. El contrato de Thorpe era para 10 partidos, y a pesar de que Creasy le ofreció un aumento para disputar el undécimo, el acuerdo no se produjo y Thorpe abandonó la ciudad antes de la final. El puesto de entrenador/jugador para la final de Thorpe lo cubrió Walter Jean, que llegó al equipo a mitad de temporada procedente de los Green Bay Packers. Con Jean (primer afroamericano en jugar para los Packers) se vinieron también desde Green Bay Joe Dunn, Eddie Kotel, Rex Enright, y Pid Purdy. Un desgraciado accidente de tráfico mientras viajan a Portsmouth impidió a Purdy y a Enright ser de la partida, lo que sumado a la ausencia de Thorpe condicionó la calidad mostrada sobre el césped. A pesar de ello, los Shoe-Steels lucharon durante todo el encuentro pero terminaron cayendo por un ajustado marcador de 6 a 7 contra los Armcos el 4 de Diciembre de 1927.
A pesar de la derrota, la semilla estaba plantada. El equipo de Creasy había conseguido derrotar a los Tanks y habían disputado una "final" regional reuniendo a un grupo de jugadores con carácter y talento, y consiguiendo el apoyo de los aficionados y la prensa local. Sin embargo, el 26 de Julio de 1928, Jack Creasy fallecía repentinamente debido a una neumonía que había contraído durante una apendicectomía de urgencia. A tan solo un par de meses para el comienzo de la temporada, los Shoe-Steels perdían su corazón, y el football en Portsmouth veía como su futuro se complicaba. Durante cinco semanas, los aficionados discutían sobre el futuro del equipo de la ciudad hasta que el 20 de Agosto de 1928 un centenar de ellos se reunieron en el Hurth Hotel de Portsmouth para cristalizar el deseo de Creasy, y de la propia ciudad, de contar con un equipo profesional de garantías. Los promotores en la sombra de esta reunión fueron Howard Graf, presidente del First National Bank de Portsmouth y Coleman Grimes, editor del diario The Times, quienes junto con el apoyo de 50 de los empresarios más influyentes de la ciudad sacaron adelante las bases del nuevo equipo. Para capitalizar el equipo se trató de repetir el modelo de éxito de otra ciudad, aún más pequeña, con un equipo de football profesional, Green Bay. En lugar de un propietario, se produciría una venta pública de acciones, y de dichos accionistas, se elegirían a una junta directiva que llevaría las riendas del equipo. Lejos de nombres asociados a comercios locales, se optó por buscar un nombre que unificase a la afición y que canalizase la fiebre por el football. La nueva organización tenía el nombre oficial de la Portsmouth Football Association, y los miembros originales de la primera junta directiva fueron el Dr. George B. Brown (presidente), William N. Gableman (vicepresidente), H. Coleman Grimes (secretario) y Howard Graf (tesorero y director general). En la parcela deportiva, se contaba con Walter Jean como entrenador principal, que dispondría de los mismos 18 jugadores que disputaron la final contra los Armcos. Finalmente, para alojar al nuevo equipo, se aprobó un referéndum para la construcción de un nuevo estadio municipal por 80.000$ en los terrenos donde se ubicaba el propio Labold Field. Ya solo quedaba elegir un nombre de guerra. Se organizó un concurso el 6 de Septiembre en el que participaron más de un centenar de personas. De todos los nombres propuestos, el ganador fue el apodo Portsmouth Spartans propuesto por Bert Hurth, el que fuera hijo del dueño del Hurth Hotel, en relación a los equipos escolares de la ciudad (Trojans).
Durante sus primeras dos campañas, 1928 y 1929, los Spartans jugaron en el cirtuito independiente de Ohio bajo las ordenes de Walter Jean cosechando muy buenos resultados. Con tres derrotas en dos años, una de ellas contra los Packers equipo con el que guardaba una muy buena relación, y un porcentaje de victorias superior al 80%, era el momento de medirse a los mejores equipos del país dando un paso más en el profesionalismo. En 1930 se cursa una solicitud a la NFL solicitando un puesto en la mejor competición del momento. La decisión final sobre si los Spartans entraban en la liga profesional tuvo que esperar hasta la reunión de verano de propietarios celebrada el 12 de Julio de 1930, momento a partir del cual el equipo forma parte de la liga (siendo el quinto más antiguo en la actualidad). Con la entrada en la NFL, la organización sufrió algunos cambios en la junta directiva, Harry Snyder sustituía al Dr. Brown como presidente y la Portsmouth Football Association pasó a llamarse la Portsmouth National Football Corporation. Como suele suceder en estos casos, tener un éxito elevado en el circuito local no garantiza un rendimiento inmediato en el circuito nacional y los Spartans no iban a ser la excepción. Tras un inicio prometedor en el que llegaron a colocarse 4-1-1 tras vencer a los Chicago Bears, los Spartans se desinflaron y acabaron su temporada de debut con un récord de 5-6-3, lo que les valió el séptimo puesto empatados con los Chicago Cardinals.
Para 1931, el equipo afrontó la realidad y se produjeron varios cambios para poder competir al máximo nivel, siendo el más significativo de ellos la llegada al equipo de George "Potsy" Clark. El veterano entrenador de Jayhawks y Bulldogs consigue darle la vuelta al rendimiento del equipo y los Spartans pasan de las 5 victorias de 1930 a las 11 de 1931. Pero no todo es mérito del entrenador, además de su fichaje, se produce una pequeña revolución en la plantilla a la que apenas sobreviven 6 o 7 miembros del equipo de 1930. De entre las nuevas caras destacan Glenn Presnell, Maury Bodenger, Harry Ebfing, Gover "Ox" Emerson y, sobretodo, Earl Harry "Dutch" Clark, cuyo espectacular rendimiento elevó el nivel del equipo. Con el tailback en el campo, el equipo ganaba yardas y sumaba puntos con una facilidad pasmosa. Al comenzar la temporada nadie consideraba a los Spartans como unos candidatos serios al título, los Packers contaban con un equipo plagado de leyendas y encaraban la temporada en busca de un triplete inédito en la competición. Además, había simpatía entre ambos equipos por ser ciudades pequeñas y franquicias cuyo propietario era un grupo de accionistas. Quizás por ese motivo, cuando en la reunión de Julio se discutía la configuración del calendario, los Packers y los Spartans acordaron jugar un último partido en la semana 15. En aquella época (y en plena Gran Depresión) los equipos se organizaban como podían para jugar unos contra otros en un calendario flexible. Debido a esta incertidumbre, algunos de los partidos agendados se calificaban como fijos (official game) mientras que otros se calificaban como provisionales (tentative games). Los partidos fijos se tenían que disputar en cualquier circunstancia, mientras que los provisionales se disputarían solo si se cumplían ciertas condiciones (buen tiempo, disponibilidad de los equipos, etc.). El partido de Spartans contra Packers se declaró como provisional (tentative) a disputarse en función de la buena climatología. Con el paso de las semanas, tanto Packers como Spartans iban sumando victoria tras victoria y al llegar a la octava semana de competición sendos equipos permanecían imbatidos con un récord de 8-0-0. Lo que parecía un camino de rosas para los bicampeones se complicaba con la aparición de los Spartans, no obstante, el equipo de Portsmouth encadenaba dos derrotas contra Giants y Bears, mientras que los Packers conseguían distanciarse perdiendo únicamente contra los Cardinals dejando a Spartans y Packers empatados en cabeza (10-2 vs 9-1) con el mismo porcentaje de victorias. En aquella época los equipos jugaban partidos tanto en fin de semana como durante la misma, por lo que era normal que un equipo hubiese disputado más partidos que otro en la misma semana de competición. En la siguiente semana, los Spartans caen por 1 punto en un polémico partido frente a los Cardinals (10-3) mientras que los Packers vencen a Giants y a YellowJackets (11-1).
En este punto, los Spartans tenían complicado hacerse con el título pero no imposible y es en este momento cuando surge la polémica con el partido, declarado como provisional en Junio, que debería enfrentar a ambos equipos por primera y única vez en 1931. Desde el punto de vista de Spartans, quedaban dos partidos en su calendario para un total de 15: Bears y Packers, mientras que desde el punto de vista de Packers, quedaban dos partidos su temporada Dodgers y Bears para un total de 14. Ganando los dos partidos, Spartans se colocarían con 12-3 y empatarían con Packers si estos perdían al menos un partido más. Sin la disputa del partido Spartans vs Packers, a la franquicia quesera le valía con ganar uno de sus dos partidos para proclamarse campeón. El siguiente partido de Spartans se salda con victoria por 3 a 0 frente a los Bears (récord de 11-3), mientras que los Packers vencen a los Dodgers en Brooklyn por 7 a 0 (12-1) declarándose así mismos como los campeones virtuales de 1931. Earl Lambeau realiza unas declaraciones en la Green Bay Press Gazette indicando que el partido contra Portsmouth se jugaría únicamente si consiguen derrotar a los Bears en su jornada 14 (sic: "We do not plan to put our title in jeopardy") a las que se responde desde los Spartans afirmando que ambos equipos habían acordado jugar aunque dicho acuerdo no estuviese por escrito. Harry Snyder recuerda que el motivo por el cual el partido se declaro tentative fue la climatología, y que en estas circunstancias, debía disputarse. Leeland Joannes envió una telegrama confirmando que el partido era provisional y que la decisión final de jugarlo se tomaría después del partido contra los Bears, y Snyder presentó una reclamación ante Joe Carr, comisionado de la NFL, y el resto de propietarios. Para atender a la reclamación se revisaron las actas, pero si bien el calendario oficial aparecía, la condición de cada partido no (en aquella reunión lo fueron haciendo sobre la marcha en una pizarra y no se reflejó en las actas). Todo este lío se trasladó a la prensa de todo el país y la negativa de los Packers se convirtió en la comidilla deportiva. Toda esta polémica se hubiese acabado si los Packers hubiesen vencido a los Bears, pero cayeron en Wrigley Field por 6 a 7 y, como era de esperar, se negaron a jugarse el titulo contra los Spartans. Las alegaciones de Joannes diciendo que no había un contrato firmado para disputar el partido y que este tenía la condición de provisional, eran rebatidas por Snyder reclamando que muchos de los partidos del calendario oficial se habían disputado sin contrato escrito entre los equipos y algunos de ellos habían sido declarados como provisionales. El comisionado puso fin a esta disputa desestimando la reclamación de los Spartans indicando que el partido entre Packers y Spartans estaba fuera del calendario oficial y que, por tanto, los Packers podían negarse a disputarlo. Los Packers cancelaban el partido por el campeonato (por segunda vez, siendo la primera en 1929). los Spartans se quedaban sin la oportunidad de disputar el título y las relaciones entre los clubes, otrora amistosas, pasaron a ser bastante agrías. Para que esta situación no volviese a repetirse, la NFL designó en 1933 una comisión encargada de elaborar el calendario oficial bajo supervisión directa del comisionado y con un requerimiento de tres cuartas partes de votos favorables entre los propietarios.
En 1932 la liga no atravesaba su mejor momento. Los Steam Roller de Providence, los Indians de Cleveland y los Yellow Jackets de Frankford desaparecían, y de los 10 equipos de 1931 se pasaba a solo 7. Afortunadamente, la adición de los Braves de Boston (los actuales Washington Commanders) elevo el número de equipos a 8, siendo este el más bajo de la historia de la NFL. Con tan pocos equipos, la liga organizó un calendario que variaba de un equipo a otro que variaba por la dificultad para organizar partidos de los equipos menos atractivos. Así, mientras los novatos Braves tenían un calendario de 10 partidos, los Bears o los tricampeones Packers lo tenían de 14. Hay que tener en cuenta que el campeón era aquel equipo con un mejor porcentaje de victorias independientemente del número de partidos disputados. Mientras los Packers buscaban el póker de títulos consecutivos, los Spartans se presentaban con ganas de revancha. A ambos les salió un rival inesperado procedente de la ciudad del viento.
En el transcurso de las semanas, Packers, Spartans y Bears iban solventando sus compromisos en forma de victorias (Packers) o evitando derrotas (Spartans y Bears). Para después de Acción de Gracias, los vigentes tricampeones dominaban la competición con 10-1-1, mientras que sus perseguidores se mantenían en la lucha gracias al sistema de porcentajes, 5-1-4 para Spartans y 4-1-6 para Bears, 90,9%, 83,3% y 80% respectivamente. Para la jornada 12 el esperado encuentro entre Packers y Spartans estaba programado para el 4 de Diciembre en el Universal Stadium de Portsmouth. El encuentro era crucial para las aspiraciones de ambos equipos. Con tan solo dos jornadas por delante para los Packers, una victoria sobre los Spartans, les convertiría en campeones virtuales, mientras que para los Spartans, una victoria en el último partido de su calendario les pondría de nuevo, un año más, en la picota por el título. El periódico local (Times) trataba de generar expectación, y vender entradas, con espectaculares titulares tales como "The Game That Virtually Decides World Championship" o "Back the 17 Iron Men in their final battle for the World's Championship!". Era tal la expectación, que las autoridades locales tuvieron que reclamar la ayuda de la guardia nacional para controlar al público que se agolpaba en las gradas y los alrededores del estadio (entre 13.000 y 17.500 espectadores). Toda esa presión y ese ambiente hostil propio de las más crudas rivalidades fue lo que se encontraron los Packers cuando bajaron del tren que les traía desde Columbus en la estación de Portsmouth y del autobús que les llevó al estadio, donde les cayó una lluvia de naranjas y huevos por parte de una afición local enloquecida. Llegó el momento del partido, el estadio, al que se le construyeron gradas temporales para el evento, estaba a rebosar y la gente que no había podido entrar se encaramaba a donde podía para poder asomarse mínimamente al campo y ver el partido. De un lado los Packers de Lambeau buscaban mantener intactas sus opciones de conseguir su cuarto entorchado consecutivo, del otro Potsy Clark y los sus muchachos sedientos de venganza en busca del éxito. Al inicio del encuentro Potsy les dice a sus titulares para motivarles que la única manera de salir del campo de juego sería en camilla "I am going to start eleven men and the only way you’re going to come off that field is if we have to carry you off." Los jugadores recogen el testigo de su entrenador y convierten la frase en una realidad. Un tornado morado aplasta a los Packers por 19 a 0, y lo que es más importante, de las ocho sustituciones registradas, ninguna se produjo del lado de los Spartans, cuyos titulares jugaron todos y cada uno de los downs durante los 60 minutos que duró el partido. No solo fue una contundente victoria, sino que fue una demostración de arrojo que llevaba tiempo gestándose (desde 1929 para ser exactos). Bill McKalip, Ray Davis, Maury Bodenger, Clare Randolph, Ox Emerson, George Christensen, Harry Ebdling, Earl ‘Dutch’ Clark, Father Lumpkin, Glenn Presnell y Ace Gutowsky pasaron a la historia por ser los protagonistas del Iron Man Game en el que Portsmouth se reivindicó ante todo el planeta football. Este fue el punto álgido del football en Portsmouth.
Con esta victoria los Spartans se aseguraban empatar con los Bears en la primera posición si los muchachos de Hallas conseguían derrotar a los Packers en su último partido de la temporada y en el caso de que fuesen los Packers los que ganasen en Wrigley Field, serían directamente los campeones de 1932. Por su parte, a pesar de que los Packers atesoraban 10 victorias, el porcentaje mandaba y como en aquellos años los partidos empatados no contaban para su cómputo, la derrota en Portsmouth les hacia perder su cuarto entorchado consecutivo. Portsmouth lideraba la tabla con un récord de 6-1-4 (85,7%) mientras que los Packers y los Bears empataban en el segundo puesto con récords de 10-2-1 (83,3%) y 5-1-6 (83,3%) respectivamente, a falta de su último partido de la temporada que se disputaría entre ellos. Portsmouth esperaba con impaciencia el resultado y confiaba en que los Packers siguiesen demostrando el dominio de toda la temporada para poder erigir la bandera de campeones en el Universal Stadium. Sin embargo, unos desmoralizados Packers cayeron 9 a 0 frente a los Bears, negando la posibilidad del primer título mundial de los Spartans. Al finalizar la temporada, tanto Spartans (6-1-4 y 85,7%) como Bears (6-1-6 y 85,7%) superaban a Packers (10-3-1 y 76,9%). Se volvía a repetir la situación de 1921 con dos equipos empatados en lo más alto de la tabla. El criterio de desempate dictaminaba que el resultado del último partido entre los equipos empatados servía para decidir al mejor de los dos, pero en esta ocasión este criterio no servía porque los enfrentamientos entre ambos equipos se habían saldado con dos empates. Además, se daba el caso de que desde 1925 todos los partidos disputados con posterioridad al último partido del calendario oficial recibían la consideración de partidos de exhibición. Sin criterio de desempate y sin partido de post-temporada, a la NFL solo le quedaba una salida para coronar al campeón de 1932: la repetición del último duelo entre Bears y Spartans. Al traterse de una repetición y no de una final, este partido de desempate contaba como un partido de liga regular más, de tal manera que el vencedor se proclamaría campeón, pero el perdedor sería adelantado por los Packers en la clasificación y caería al tercer puesto.
Se decidió jugar el partido de desempate en Chicago, el 18 de Diciembre, para atraer a más espectadores y generar más ingresos en taquilla. Se esperaba una gran entrada para ver el duelo decisivo, pero lo que no se pudo prever fueron las gélidas temperaturas y los fuertes vientos que azotaron Chicago durante aquel fin de semana. El clima hacía inviable la práctica del football en campo abierto, por lo que se trasladó la disputa del encuentro al Chicago Stadium, hogar de los Chicago Black Hawks de la NHL. La semana anterior el espectáculo del Circo del Ejercito de Salvación se había desarrollado en el Stadium, y como la decisión de jugar el partido en el recinto fue totalmente improvisada, no hubo tiempo material para limpiarlo de heces de elefante, cubriéndolas con heno y cortezas de corcho y provocando un olor nauseabundo. Aunque el recinto podía alojar a más de 17.000 espectadores, no tenía el tamaño suficiente para acoger en su interior un campo de football reglamentario, así que se tomaron una serie de medidas para la disputa del encuentro. Se redujeron las dimensiones del terreno de juego lo mínimo posible, contando unicamente con 60 yardas de separación entre las áreas de anotación y 45 yardas de ancho. Como el campo era más pequeño de lo habitual, no quedó más remedio que modificar el reglamento para adaptarse al recinto. Las jugadas empezarían en las marcas horizontales en lugar de en la posición del ovoide, las porterías se adelantaron a la línea de gol para los extra points, se prohibían los drop kicks y los field goals, y para contabilizar 100 yardas, cuando un equipo cruzase la línea de 10 yardas por primera vez en una posesión se retrasaría su posición 20 yardas.
El encuentro fue muy disputado y durante los tres primeros cuartos las defensas se impusieron a los ataques que no encontraban los espacios necesarios para poder avanzar. Como si de una comedia se tratase, los despejes ejecutados se salían de los límites golpeando a propios y extraños y la ausencia de field goals dejaba el marcador 0-0. En el último cuarto se produjo la jugada decisiva. Carl Brumbaugh entregó el ovoide a Bronco Nagurski, el full back estrella de los Bears, mientras Red Grange, el pasador estrella, se escabullía por detrás de la defensa. En un movimiento inesperado, Nagurski efectuó un salto vertical y pasó el balón a un desmarcado Red Grange que recogió el pase en la zona de anotación de los Spartans. Nagurski efectuó el pase sin rebasar la distancia mínima necesaria de 5 yardas, lo que provocó las protestas de los Spartans. Tras varias deliberaciones, los árbitros del encuentro no las tuvieron en cuenta y el touchdown se mantuvo en el marcador. Yendo por detrás en el marcador, LeRoy Erwin "Ace" Gutowsky trataban de retornar el kick off corriendo por la banda muy próximo al banquillo de los Bears. Al pasar a la altura de George Halas, éste dejó su pie en el terreno de juego zancadilleando al jugador que cayó al suelo. A pesar de las quejas de Potsy Clark, los cebras no indicaron falta dando por finalizada la jugda de retorno. Un desafortunado fumble de los Spartans en su propia zona de anotación recuperado por los Bears (safety) acabó con las esperanzas de los morados. Finalmente los Chicago Bears ganaron el encuentro por 9-0 conquistando un nuevo campeonato nacional, mientras que los Spartans cayeron a la tercera posición de la clasificación.
Este partido no solo determinó el ganador de la temporada sino que cambió el football profesional para siempre. Al año siguiente, la NFL decidió seguir su propio camino y separar su reglamento del reglamento de la NCAA adoptando varias de las normas introducidas en el desempate entre Bears y Spartans. El más importante de todos esos cambios fue la conocida como Nagurski Rule, que permitía realizar pases avanzados desde cualquier posición por detrás de la línea de scrimmage. Hasta entonces había que lanzar como mínimo pasadas 5 yardas. Otro de los cambios importantes para el devenir del juego, fue la adopción definitiva de las marcas horizontales como punto de inicio de las jugadas entre downs. Hasta ese momento un down comenzaba en el punto exacto en el que terminaba el anterior. Para facilitar las anotaciones y evitar los empates se adelantaron los palos desde el final de la zona de anotación (end line) al comienzo de ésta (goal line), lugar en el que permanecieron hasta 1974. Finalmente, viendo el éxito de público y prensa generado por el partido de desempate, la NFL decidió que el mejor equipo de cada temporada no debía decidirse por el porcentaje de victorias en una reunión anual, sino que debería ganárselo en el terreno de juego en una gran final. Para ello se dividió la competición en dos divisiones (Este y Oeste) cuyos campeones se ganarían el derecho de disputar el título nacional entre sí. Los Spartans quedaron encuadrados en la división Oeste con sus archienemigos los Packers, los equipos de Chicago, Bears y Cardinals, y los Reds de Cincinnati.
Los Spartans habían tenido el título al alcance de las manos en 1931 y 1932 y se presentaban a la temporada de 1933 con la determinación de lograrlo. En un inicio fulgurante, los Spartans cosechaban victoria tras victoria con la excepción de las derrotas sufridas ante unos Packers que se cobraban la revancha de la temporada anterior y los Giants, lo que les colocaba (6-2-0), a un partido de los Bears (6-1-1). Sin embargo, el eqiupo encadenó tres derrotas consecutivas finalizando el sueño de conquistar la división y ganar el boleto para la gran final de la NFL. Los Spartans acabaron la temporada segundos de su divisón con un récord de 6-5-0 (54,5%) por encima de equipos como los propios Packers, los Cardinals y los Reds de Cincinnati, y los cuartos con el mejor porcentaje de victorias a nivel nacional, superando a Eagles, Redskins y Pirates. En el último trienio, los Spartans no se habían bajado del tercer puesto y peleaban de tú a tú por el título mundial contra las franquicias más reputadas. Sin embargo, todos estos éxitos sobre los emparrillados no se traducían en ingresos de taquilla, y sin unos buenos ingresos en taquilla, el equipo estaba condenado financieramente.
La situación era tan delicada que el equipo no pudo hacer frente al pago ni del sueldo semanal de los jugadores ni de las garantías requeridas por los Bears tras su último partido en el Universal Stadium el 3 de Diciembre de 1933. Para poder ganar tiempo, el equipo se vió obligado a ofrecer acciones de la franquicia a los jugadores a modo de garantía de cobro. Al día siguiente, el 4 de Diciembre, se organiza una reunión extraordinaria de la junta directiva para tratar el futuro de la franquicia. En la reunión, los miembros de la junta acuerdan vender todos los activos del equipo para hacer frente a las deudas. Posteriormente, Homer Selby inicia un proceso de búsqueda de un comprador que se hiciese cargo de la franquicia. Aparece un primer grupo inversor de New York con el que se llega a un principio de acuerdo. A las pocas semanas, surge un segundo grupo inversor interesado procedente de Detroit. La situación de la franquicia y las negociaciones de su posible venta se comunican al comisionado de la NFL, Joe F. Carr, quien insta a los dirigentes de los Spartans a dar prioridad a la oferta de Detroit (la NFL ya tenía dos franquicias en la zona de la Gran Manzana). Se tiene que retroceder el principio de acuerdo con los inversores newyorquinos, y ya solo quedaba ratificar la venta del club en una junta general de accionistas. Se convoca a los accionistas el 5 de Abril de 1934 en el auditorio Shelby a una junta extraordinaria. A la reunión presidida por Homer C. Selby en calidad de presidente del equipo con la ayuda de Howard Graf como secretario, acuden Harry N. Snyder, vicepresidente Hugh Allen, secretario y tesorero y otros 100 accionistas más. Snyder va explicando la situación al resto, indicando que para que el equipo fuese viable la asistencia media por partido debería ser de entre 6.000 y 7.000 espectadores, pero que solo se habían logrado entre 3.000 y 4.000. Esta baja asistencia, quizás motivada por la Gran Depresión, quizás motivada por la pérdida de los dos títulos consecutivos de 1931 y 1932, quizás motivada por la baja aceptación del equipo entre la población, se tradujo en cuantiosas pérdidas. Los resultados negativos de los ejercicios van cayendo como si de bombas se tratase en el auditorio. 27.000$ de pérdidas en 1930, 16.000$ en 1931, 5.000$ en 1932 y 14.000$ en 1933. 62.000$ de perdidas acumuladas. Demasiado dinero para que un pequeño pueblo de Ohio como Portsmouth pudiese hacerse cargo. Se informa de la oferta del grupo de inversores de Michigan y se realiza una votación. La opción de la venta del club sale adelante por 49 votos a favor (que aglutinaban 1.541 acciones) y 31 en contra (83 acciones). Aunque la junta de accionistas se celebraba el 5 de Abril, la venta del club ya se había efectuado dos días antes. El acuerdo alcanzado entre la Portsmouth National League Football Corporation y el grupo liderado por George A. Richards incluía la venta de todos los activos del club, a excepción de los derechos de uso del estadio municipal, por 7.952,08$, que servirían para liquidar las deudas del equipo (3.000$ en salarios pendientes de jugadores, 3.300 en impuestos federales, 1.058 de la garantía de taquilla de los Bears y el resto en facturas pendientes de pago). La intención de Richards era llevarse el equipo y sus principales activos a la ciudad más poblada de Michigan. Morían los Portsmouth Spartans, nacían los Detroit Lions.
En 1934, ya en Detroit, Richards tenía por delante la misión de implantar la semilla definitiva del football profesional en la ciudad. No era la primera vez que el football intentaba asentarse en Detroit, Heralds (1920), Tigers (1921), Panthers (1925-1926) y Wolverines (1928) ya lo habían intentado sin éxito en el pasado. En aquella época, los equipos de baseball eran los reyes del deporte nacional así que era habitual que las nuevas franquicias se fijasen en el equipo de su ciudad para para dotarse de una identidad propia pero conocida por los aficionados. El equipo de baseball de Detroit eran los Tigers. En un primer momento, Richards pensó en denominar a la nueva franquicia los Detroit Tigers, pero en una vuelta de tuerca, acabó usando el nombre de otro felino, los leones. Surgía así el sobrenombre de Lions. Los Leones eran considerados, además, los reyes de la selva, así que este apodo pretendía imprimir cierta grandeza a la franquicia e infundir cierto miedo a los rivales. Este apodo, Detroit Lions, ha permanecido inalterado hasta el día de hoy. Para los uniformes se decidió romper con el pasado. Nuevo equipo, nuevos colores. De los jerseys y cascos púrpuras con detalles dorados se pasó a a cascos y pantalones plateados con camisetas azules. Cuenta la leyenda que fue Liz, la mujer de Glenn Presnell, quién tomó la decisión, o al menos colaboró en el proceso de selección, de los colores del equipo. Según las palabras del propio Presnell, después de firmar su contrato, Richards les llevó a él y a su mujer para que viesen los uniformes que estaban barajando. Ahí estaban el rojo y el blanco (Heralds), el naranja y el negro (Tigers) y el azul y el plata (similar a los colores de los Wolverines). La combinación azul/plata llamó la atención tanto de Presnell como de su mujer y así se lo hicieron saber a un Richards que veía confirmada su elección. El tono de azul recibiría años más tarde, 1948, la denominación de Honolulu Blue, que no tenía nada que ver con el Honolulu Blue que la General Motors ofrecía para sus Buicks de 1941. Ese año, el entrenador Bo McMillian anunciaba en pretemporada que los Lions cambiarían sus colores para la temporada regular, dejando de lado el azúl y plata para vestir exclusivamente de rojo, blanco y negro por primera y única vez en la historia del equipo. Esta decisión no gustó en la prensa local que acuñó el término. El experimento duró nada más que una temporada y al año siguiente el Honolulu Blue de los Lions se alternaba con un rojo escarlata que desapareció definitivamente de sus uniformes en 1955.
Aunque esta fue la primera temporada del equipo lejos de Portsmouth, aun quedaba una sorpresa en el calendario. 1934 fue la segunda y última temporada de los Cinncinati Reds en la NFL. Lejos de mejorar o mantener sus números de la temporada anterior, los Reds fueron encadenando derrota tras derrota hasta convertirse en uno de los peores equipos de la historia de la liga. En los 9 partidos que disputaron antes de hundirse, acumularon 240 puntos en contra por solo 10 a favor, para un récord de 0-9-0 en lo que supone la peor temporada de la historía de la liga en cuanto a anotación se refiere, batiendo su propio récord del año anterior en el que consiguieron 38 puntos en 10 partidos. Además, los Reds son los únicos en superar las 5 yardas por acarreo en contra de media en una temporada, dejando la marca en 6,40 (desde que se tienen registros, 1932). De hecho, esta temporada de los Reds no debería haberse disputado puesto que el equipo había recibido una oferta de compra a principios de Agosto por parte de los St. Louis Gunners, uno de los mejores equipos semiprofesionales del pais. A pesar de que los Gunners ponían sobre la mesa unos 20.000$ para hacerse con los derechos de los Reds, el resto de propietarios rechazaron la compra motivados por la lejanía de la ciudad y el coste del transporte en ese momento. Los Reds se rearmaron como pudieron y afrontaron la temporada con un equipo muy corto de talento. Como resultado de toda esta situación, los Reds no tenían un estadio fijo en el que jugar sus partidos ni una afición con la que conectar, así que se convirtieron en unos nómadas de la liga en la zona de Ohio. Todos sus partidos como locales los jugaron en diferentes estadios. El Triangle Park de Dayton, Crosley Field y Corcoran Stadium en Cincinnati, y el Universal Stadium de Portsmouth. El 28 de Octubre, se disputó el partido que enfrentaba a los Cincinnati Red, que actuaban como locales, frente a los visitantes Detroit Lions. El hijo pródigo regresaba a casa una última vez. Unos 4.800 espectadores llenaron las gradas del stadio para presenciar como sus antiguos Spartans aplastaban a los Reds por 38 a 0 en lo que a la postre sería el último encuentro de la NFL disputado en Portsmouth. Con el transcurrir de las semanas los Reds iban acumulando deudas hasta que les fue imposible hacer frente a las garantías de pago de la NFL. El 6 de Noviembre de 1934 los propietarios decidieron revetir su decisión y admitieron la oferta de compra de los Gunners, que jugarían los 3 partidos restantes en el calendario de unos Reds que eran desmantelados.
Otra de las tradiciones que surgieron en esta temporada de 1934 es una que perdura hasta nuestros días tiene que ver con el día de Acción de Gracias, la festividad más importante del calendario americano. Jugar partidos en Acción de Gracias era una tradición más antigua que la propia liga, iniciada en 1876 por los equipos universitarios de Yale y Princeton, que servía para atraer a una gran cantidad de público a los campos de football. Los mejores partidos y las rivalidades más encarnadas se programaban para este día tan especial. Los propios Green Bay Packers sobrevivieron, no una, sino dos veces, gracias a eventos organizados en Acción de Gracias. En Chicago siempre se disputaba el derby entre Bears y Cardinals, mientras que el resto de equipos trataban de hacer caja en esta fecha tan señalada. Richards supo ver el potencial de jugar este partido y decidió usarlo en su beneficio para tratar de atraer público y fidelizar aficionados para la nueva franquicia de Detroit. La principal diferencia entre los Lions y el resto de equipos es que Richards era el propietario de la WJR, una emisora de radio de Michigan asociada con la NBC Blue Network (lo que hoy en día es la ABC). Richards llegó a un acuerdo con la Blue Network para emitir en directo el partido por toda la red de emisoras, 94 a lo largo y ancho del pais, lo que aumentó la audiencia del partido exponencialmente. Lo que para el resto de equipos era un espectáculo de ambito local, para los Lions pasó a ser un evento a nivel nacional que quedó establecido en el imaginario colectivo y de la liga. El primer encuentro enfrentó a los Chicago Bears contra los Detroit Lions en el University of Detroit Stadium un frío 29 de Noviembre. El partido era trascendental para las aspiraciones de los Lions, tenían que derrotar a los Bears para lograr ponerse por delante de ellos en la clasificiación. Lamentablemente, unos Bears superiores se llevaron el partido por un ajustado 19 a 16. Aunque los Lions salieron derrotados del encuentro, tanto la asistencia de público (fue tal el llenazo histórico que hubo que impedir a los aficionados seguir entrando al recinto) como el éxito de la retransmisión sentaron las bases de esta tradición. Tradición que se vio interrumpida, a excepción del Eagles contra Steelers de 1940, por la Segunda Guerra Mundial. Cuando los alemanes claudicaron en 1945, la NFL decidió permitir la disputa de los partidos en Acción de Gracias, pero únicamente los Lions fueron los que consiguieron que sus partidos perdurasen con el transcurso de las temporadas. En esta fecha tan señalada, en los hogares de los aficionados al football siempre había dos cosas, pavo en la mesa y los Lions en la radio. No fue hasta 1966, con la llegada de los Dallas Cowboys a la NFL, que hubo otro partido de acción de gracias a la par que el de los Lions. En la actualidad, a parte de estos dos partidos desde 2006 hay un tercer encuentro entre dos equipos que se determinan año a año.
1934+1935
crisis AAFC
sindicato local
asesinato de Kennedy
Ford
Barry Sanders
Estadísticas de la franquicia:
Temporada | Partidos | Victorias | Derrotas | Empates | Pct | Nombre del equipo | |||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
1928-1929 | 29 | 21 | 3 | 5 | .810 | Portsmouth Spartans* | |||
1930-1933 | 51 | 28 | 16 | 7 | .617 | Portsmouth Spartans | |||
1934-2023 | 1281 | 563 | 691 | 27 | .450 | Detroit Lions | |||
93 años | 1332 | 591 | 707 | 34 | .456 | Registros totales en temporada regular de la NFL | |||
1933-2023 | 23 | 9 | 14 | 0 | .391 | Registros de post temporada | |||
1930-2023 | 1355 | 600 | 721 | 34 | .455 | Registros totales en la NFL |
Fundación:
20 de Agosto de 1928
Nombre original:
Portsmouth Spartans
Fundadores:
Howard Graf y Coleman Grimes, Portsmouth, Ohio
Ingreso en la NFL:
1930
Palmares:
- 4 Campeonatos NFL (1935, 1952, 1953, 1957)
- 4 Campeonatos de Conferencia (1952, 1953, 1954, 1957)
- 5 Títulos Divisionales (1935, 1983, 1991, 1993, 2023)
Estadios:
- Municipal "Universal" Stadium (1928 - 1933)
- University of Detroit Stadium (1934 - 1937)
- Tiger Stadium (1938 - 1939)
- University of Detroit Stadium (1940)
- Tiger Stadium (1941 - 1974)
- Pontiac Silverdome (1975 - 2001)
- Ford Field (2002 - Actualidad)
Propietarios:
- Accionariado público (1928 - 1934)
- George A. Richards (1934 - 1940)
- Fred L. Mandel Jr. (1940 - 1947)
- Grupo inversor local (D. Lyle Fife, Edwin Anderson, ... etc.) (1948 - 1963)
- William Clay Ford Sr. (1963 - 2014)
- Martha Firestone Ford (2014 - 2020)
- Sheila Ford Hamp (2020 - Actualidad)
Entrenadores principales:
- Walter Jean (1928 - 1929)
- Harold Griffen (1930)
- George "Potsy" Clark (1931 - 1936)
- Earl "Dutch" Clark (1937 - 1938)
- Gus Henderson (1939)
- George "Potsy" Clark (1940)
- Bill Edwards (1941 - 1942)
- John Karcis (1942)
- Gus Dorais (1943 - 1947)
- Bo McMillin (1948 - 1950)
- Buddy Parker (1951 - 1956)
- George Wilson (1957 - 1964)
- Harry Gilmer (1965 - 1966)
- Joe Schmidt (1967 - 1972)
- Don McCafferty (1973)
- Rick Forzano (1974 - 1976)
- Tommy Hudspeth (1976 - 1977)
- Monte Clark (1978 - 1984)
- Darryl Rogers (1985 - 1988)
- Wayne Fontes (1988 - 1996)
- Bobby Ross (1997 - 2000)
- Gary Moeller (2000)
- Marty Mornhinweg (2001 - 2002)
- Steve Mariucci (2003 - 2005)
- Dick Jauron (2005)
- Rod Marinelli (2006 - 2008)
- Jim Schwartz (2009 - 2013)
- Jim Caldwell (2014 - 2017)
- Matt Patricia (2018 - 2020)
- Darrel Bevell (2020)
- Robert Prince (2020)
- Dan Campbell (2021 - Actualidad)
Miembros del salón de la fama (17):
- 1963 - Earl (Dutch) Clark, QB, Entrenador Principal, Director General: 1931-1932, 1934-1938
- 1966 - Bill Dudley, HB: 1947-1949
- 1967 - Bobby Layne, QB: 1950-1958
- 1968 - Alex Wojciechowicz, C/LB: 1938-1946
- 1970 - Jack Christiansen, DB: 1951-1958
- 1973 - Joe Schmidt, LB, Entrenador Principal: 1953-1965, 1966-1972
- 1974 - Dick (Night Train) Lane, CB: 1960-1965
- 1979 - Yale Lary, DB/P: 1952-1953, 1956-1964
- 1986 - Doak Walker, HB/K: 1950-1955
- 1992 - Lem Barney, DB: 1967-1977
- 1996 - Lou Creekmur, OL: 1950-1959
- 2004 - Barry Sanders, RB: 1989-1998
- 2007 - Charlie Sanders, TE: 1968-1977
- 2010 - Dick LeBeau, DB: 1959-1972
- 2016 - Dick Stanfel, G: 1952-1955
- 2020 - Alex Karras, DT: 1958-1970
- 2021 - Calvin Johnson, WR: 2007-2015
Dorsales retirados (6/8):
- #7 - Dutch Clark: Colorado
- #20 - Lem Barney: Jackson State
- #20 - Billy Sims: Oklahoma
- #30 - Barry Sanders: Oklahoma State
- #22 - Bobby Layne: Texas
- #37 - Doak Walker: SMU
- #56 - Joe Schmidt: Pittsburgh
- #85 - Chuck Hughes: Texas Western
Líderes históricos:
- Matthew Stafford, 45.109 yardas de pase entre 2009 y 2020.
- Barry Sanders: 15.269 yardas de carrera entre 1989 y 1998.
- Calvin Johnson: 11.619 yardas de recepción entre 2007 y 2015.
- Jason Hanson: 2.150 puntos anotados entre 1992 y 2012.
- Wayne Fontes: 66 victorias entre 1988 y 1996.