Llegaban los Packers con necesidad de anotarse una victoria ante un rival de división y que mejor que los Bears para una victoria cómoda. Los muchachos de Matt Eberflus no atravesaban su mejor momento, por decirlo finamente, tras el mazazo que supuso perder un partido que tenían ganado en el último suspiro contra Washington. La debacle se cebó con el equipo y en los dos encuentros siguientes solo consiguieron sumar 9 y 3 puntos contra Arizona y unos lamentables Patriots que les pasaron por encima. Tal era la imagen del equipo que el coordinador ofensivo fue despedido a mitad de semana. Además, los Packers habían derrotado a los Bears las 10 veces anteriores en lo que es una de las series más largas de esta rivalidad histórica (2164 días), empatando con la serie de 10 victorias que consiguieron Brett Favre y compañía entre 1994 y 1998. Serie que se vio truncada en 1999 cuando Bryan Robinson bloqueó un tiro de campo de 28 yardas a cargo de Ryan Longwell en Lambeau Field. Todas las circunstancias parecían ideales para un cómodo partido y una victoria poco sufrida. Error.
El encuentro era, en realidad, lo que se denomina como un partido trampa. Las trayectorias de ambos equipos invitaban al optimismo pero había una serie de factores que indicaban lo contrario. Una de las mejores defensas en zona de peligro contra uno de los peores ataques, una línea ofensiva lamentable contra una defensa incapaz de placar al quarterback rival, nuevo coordinador ofensivo con un nuevo plan de juego, una semana de descanso (bye) que a Green Bay no le sienta bien en los últimos tiempos y un partido clave en el horizonte al que hay que llegar a tope para tener opciones de playoffs. Una tormenta perfecta para una trampa perfecta. ¡Ding, ding! Última llamada para el Packer Khan, la montaña rusa más emocionante al norte del país, que pondrá a prueba los corazones de los aficionados más avezados.
Nos subimos a una vagoneta que avanza al tran tran pero de manera firme hacia la primera de sus rampas. Una serie de jugadas por tierra llevan al equipo a la yarda 15 de Chicago. Primera visita a la zona de peligro y muchas ganas de despejar dudas. La defensa de los Bears se muestra algo lenta a la hora de sustituir unos jugadores por otros, circunstancia que es aprovechada por Jordan Love para poner en movimiento el balón antes de tiempo y conseguir una jugada «gratis» por exceso de jugadores rivales en el terreno de juego. Al producirse la penalización antes del snap, si la jugada no era claramente beneficiosa para los Packers, quedaría anulada. Desmarque muy bueno de Reed por el centro, balón al aire y touchdown de Packers. Muy atento Jordan Love en una jugada al más puro estilo Aaron Rodgers.
Turno para Chicago. Avanzaban lentamente consumiendo intentos pero la defensa no conseguía parar las carreras de Caleb Williams en lo que sería la tónica del partido. Finalmente, un pase incompleto en la yarda 35 de Green Bay en 3º y diez obliga al kicker Cairo Santos a lanzar desde 53 yardas. El tiro es bueno y los Bears colocan el 7 a 3 en el marcador.
En su siguiente turno, Green Bay no consigue avanzar lo suficiente y se ve obligado a efectuar el que a la postre sería el único despeje de Daniel Whelan, quien, como bien nos tiene acostumbrados, buscó el coffin corner dejando finalmente el balón en la yarda 5 de Chicago en un magnífico despeje. ¡Ding, Ding!
Posesión para Chicago. Ante la incapacidad de encontrar jugadores liberados y ante la ausencia de una presión contundente, Williams se valía de sus piernas para hacer avanzar a los Bears por el campo. Cuando quedaban poco menos de 20 segundos para la finalización del primer cuarto, se produce una de las jugadas del partido. Caleb Williams tiene todas las líneas de pase bloqueadas y ante la falta de presión, decide huir de su zona de protección para conseguir por si mismo mover las cadenas. Inicia una carrera hacia su izquierda bajo la atenta mirada del Profesor X. Williams sabe que no tiene nada que hacer ante McKinney y decide salirse por la banda, no sin antes intentar amagarle tímidamente. Como consecuencia del amago, Xabier tiene que arrimarse al jugador y enseñarle educadamente la salida. Al salir del campo se produce un ligero apoyo por parte de McKinney en la espalda de Williams, quien al sentir el contacto sale despedido como si hubiese sufrido un brutal placaje para la sorpresa de McKinney. En una liga en la que se sobreprotege al quarterback esto se traduce en unnecessary roughness y 15 yardas de penalización para mosqueo de la bancada quesera. Aunque la posesión acabó en despeje, el movimiento de la montaña rusa empezaba a notarse en el aficionado.
A falta de 6 minutos para finalizar el primer tiempo, llega la habitual interceptación de Jordan Love. Carga demasiado el peso hacia atrás provocando que un lanzamiento más o menos sencillo hacia Tucker Kraft se convierta en un regalito que Smith recoge sin mucha dificultad para acabar con la posesión de los Packers en plena yarda 1 de Chicago. Con esta interceptación Jordan lidera la liga con 11, sumando al menos una en sus primeros ocho partidos e igualando un récord de 1944 en manos de Irv Comp. Tiene a tiro el récord absoluto de la franquicia en manos de Brett Favre, que lanzó una interceptación en 12 partidos consecutivos entre 2005 y 2006.
La posesión de Green Bay había consumido más de 7 minutos dejando a los Bears con más de cinco minutos largos para buscar la anotación antes del descanso y tratar de conseguir de esta manera enlazar dos posesiones anotadoras consecutivas al recibir el balón en la segunda mitad. La defensa Packer mostraba un lenguaje corporal bastante malo, transmitiendo malas sensaciones al aficionado, pero es que ese lenguaje corporal se traducía en un rendimiento por debajo de lo esperado. Así, Chicago conseguía avanzar lento pero seguro, consumiendo intentos y reloj a partes iguales. La defensa se mostraba incapaz de pararles en primero, segundo o tercero. Y así, down a down, Chicago llegaba hasta la yarda 3 con menos de un minuto por disputar. LaFleur había consumido todos sus tiempos muertos intentando parar la sangría de tiempo. En segunda y 3 Roschon Johnson se cuela por el gap B derecho (hueco entre el guard y el tackle) para quedarse a milímetros de traspasar la línea de anotación. En algunas repeticiones se observaba como lo lograba, en otras parecía que no. Primer sobresalto serio de la vagoneta. Si los árbitros concedían el touchdown, Green Bay dispondría de 55 segundos para intentar anotar, si no lo concedían, Chicago tendría el reloj y 3 tiempos muertos para tratar de subir puntos al marcador vía touchdown en tercer intento o vía field goal en el cuarto. Finalmente la caseta no cambia la decisión inicial y los Bears ejecutan el plan dejando correr el reloj hasta los 10 segundos. A la segunda va la vencida y esta vez sí Johnson consigue llegar a la zona de anotación y subir los 6 puntos al marcador.
Finalizaba la primera mitad con un exiguo 7 a 10 a favor de los locales. El partido que tantas alegrías prometía se había convertido en una verdadera trampa. Chicago estaba muy enchufado en el partido mientras que a Green Bay le faltaba más intensidad para poder frenar al ataque rival. Afortunadamente, en las segundas partes llegan los ajustes de LaFleur y Hafley, y el equipo rinde mejor tanto en ataque como en defensa.
Se produce entonces un intercambio de golpes. El sube y baja de la vagoneta para ambas aficiones. En su primera posesión, los Bears avanzan con dificultad pero avanzan, mientras que la defensa es incapaz de frenarles en un primer 4º down corto en la yarda 23 propia. En un segundo intento por anotar, los Bears se quedan cortos y se juegan un field goal de 27 yardas en otro cuarto intento. Aunque los rivales habían anotado 3 puntos, la defensa, esta vez si, había conseguido parar al ataque de los Bears en zona de peligro. La respuesta de Packers no se hace esperar y en tan solo 6 jugadas un JotaJota que está firmando una temporada histórica consigue anotar un touchdown por tierra para colocar el 14 a 13 en el marcador.
Era el momento de parar a los Bears, pero éstos, en otro eteeerno drive van avanzado consumiendo el reloj y las esperanzas de la afición quesera debido a la inoperancia de la defensa. Consiguen avanzar en terceros y cuartos hasta que a 30 segundos del final D’Andre Swift se aprovechó de una serie de buenos bloqueos, al bueno de Evan Williams todavía le deben estar temblando las canillas del meneo que le mete Braxton Jones, para colocarse en una situación de 1 contra 1 frente a nuestro profesor favorito. Sin embargo, tras una serie de amagos, Swift le pone la X a McKinney rompiéndole finalmente la cadera para correr libre y alegre hasta la zona de anotación. Quay Walker estaba a otras cosas. Con 14 a 19 en el marcador, Beetlejuice decide que el punto extra no le vale y opta por la conversión de 2 puntos. Buscaba colocar el 14 a 20 en el marcador pero, afortunadamente para nuestros intereses, la defensa consigue evitarlo dejándolo en un agónico 14 a 19 y todo un cuarto por jugar. Por el camino, LaFleur empleaba uno de sus tiempos muertos para recolocar a la defensa que se mostraba distraída ante la situación que se le presentaba. Lo echaría en falta al final del partido.
La respuesta de Green Bay no se hizo esperar. Tras un par de jugadas en las que el equipo movía una vez más cadenas con facilidad gracias a JotaJota, llega una de las jugadas del partido. En primero y diez, Love recibe el balón de manos del center, y retrocede cargando el cuerpo para un lanzamiento hacía su zona derecha. Tucker Kraft corre una ruta desde un lado del campo hacia otro buscando la banda (shallow cross u option) mientras Cristian Watson aprovecha su velocidad para correr una ruta profunda hacía la esquina del campo (deep over). Ambos jugadores parten del mismo punto para atacar en diferentes niveles el mismo lado de la defensa y poner en conflicto al único safety que presentaban los Bears, Darrell Taylor. Como Watson gana la espalda del cornerback, Kyler Gordon, y Love tiene la mirada fija en el receptor, se «obliga» a Taylor a ir en su ayuda realizando una doble cobertura que dejaba completamente desmarcado a Tucker Kraft. Love lee perfectamente la situación, y toma la peor decisión lanzando una preciosa espiral que surca el cielo de Chicago para caer en la zona de influencia de Cristian Watson que completa un pase antológico de 48 yardas. En lugar de asegurarse las 25 o 30 yardas, Love prefiere jugarse un pase de 50 yardas con una baja probabilidad de éxito poniendo a prueba una vez más el corazón del aficionado quesero. Salió cara esta vez. Montaña rusa para arriba.
Con el ovoide en la yarda 8 de los Bears, los Packers tenían 4 intentos para tratar de anotar. En el primero, un intento de carrera por el centro acaba con una yarda perdida. En el segundo, Jacobs avanza 4 yardas. En el tercero, Love no encuentra soluciones y tiene que salir corriendo (scramble) de la zona de protección (pocket) para terminar perdiendo un par de yardas. 14 a 19 en el marcador, una de las mejores defensas en la zona de peligro contra uno de los peores ataques en esta zona del campo y todo un cuarto por jugar. ¿Asegurar el field goal o intentar anotar un touchdown?
En el grupo de Telegram (¿Todavía no estás metido?) se hablaba de la Mahomización de los quarterbacks como una tendencia al alza en la liga, quarterbacks que buscan emular sus lanzamientos de fantasía sin el talento necesario para lograr con éxito que los balones lleguen a su destino sanos y salvos. Pero poco se habla de la Campbelización de los entrenadores, entrenadores que pretenden ser más valientes de lo que son en realidad y se arriesgan en jugadas en las que hay que ser conservador para no echar por tierra el devenir del partido.
De anotarse el tiro de campo, los Packers recortarían la distancia a tan solo dos puntos (17 a 19) y dependerían de una defensa que no estaba mostrando su mejor cara en este partido para frenar el ataque rival y tener la oportunidad de un último ataque ganador. Con este plan era necesario parar a los Bears y anotar un field goal. Un plan con altas probabilidades de éxito. Por el contrario, si los Packers anotaban un touchdown, se pondrían por delante en el marcador (20 a 19) y seguramente se jugarían una conversión de dos puntos para obligar a los Bears a depender de algo más que de un field goal para ganar el partido. Es decir, habría que anotar un touchdown, luego una conversión de dos puntos y después parar a los Bears para ganar cómodamente gestionando el reloj. Las probabilidades de éxito de este plan son bastante más bajas. El espíritu de Don Campbell posee el cuerpo de Matt LaFleur que ordena a sus pupilos jugarse un improbable 4º down. La jugada se desarrolla exactamente igual que la anterior, con Love saliendo en scramble para ganar por tierra lo que no estaba disponible por aire y poniendo su integridad en peligro al lanzarse para recortar la yarda corta que le quedaba para lograr romper el plano de anotación. En esta ocasión, salió cruz. Montaña para abajo.
A los Bears les bastaba con gastar todo el tiempo que fuese posible para tratar de llegar a la zona de peligro de los Packers. La defensa no mostraba su mejor cara y los Bears iban sacando adelante 3os downs largos atacando a nuestro renqueante cuerpo de cornerbacks. La gasolina les llegó hasta el logo y en un cuarto down corto, los Bears intentaron, sin éxito, que alguno de nuestros jugadores de la línea defensiva saltase antes de agotar el reloj para tener un primer down gratis. Delay of the game 5 yardas de penalización. El espíritu de Dan Campbell no se materializa y los Bears no se juegan un field goal imposible de 66 yardas que les hubiese dado 8 puntos de ventaja. La defensa conseguía con muchos apuros cumplir con su parte del plan. Despeje, y posesión para los Packers.
Yendo tan solo 5 puntos por debajo, con la posesión del football y con poco más de 4 minutos por delante, cabría pensar que los Packers gestionarían el reloj para llegar a la zona de anotación consumiendo una cantidad de tiempo razonable que dejase sin respuesta a los Bears. Nada más lejos. La conexión Love-Watson estaba al rojo vivo y LaFleur estaba decidido a aprovecharlo. Formación shotgun (aquella en la que el quarterback se encuentra alejado del center unas 5 o 7 yardas). Reed corre una ruta muy profunda y pegada a la banda (go) alejando a su safety, Gordon, de la jugada y abriendo el campo en vertical. Tucker Kraft se queda con Byard anclado cerca de la línea de scrimmage, mientras que los dos receptores restantes involucrados en la jugada, Watson y Doubs, realizan un par de rutas cruzadas desde lados contrarios para atacar la zona media del campo de los Bears para desgracia, una vez más, del safety rival. Hicks se ve obligado a decidir entre papá y mamá, decantándose finalmente por Romeo «no» Doubts y liberando una cantidad ingente de espacio a su espalda para que Watson la explotase. ¡Y de qué manera! Love toma la decisión acertada pero en esta ocasión el pase de 30 yardas se queda corto obligando a Watson a exprimirse al máximo para atrapar el ovoide con una palomita espectacular. Su cornerback, Johnson, se había dormido en los laureles y, a pesar de caer al suelo, un Watson inmaculado se recompone corriendo libre hacia la zona de anotación. Un par de quiebros por aquí y un intento fallido de marcarse un Barkley por allá, acaban con la jugada cerca de la yarda 15 de los Bears. Pero la cosa no acaba aquí, «Bitelchús» no lo ve claro y lanza el pañuelo rojo para que los cebras revisen la jugada. La afición quesera contiene el aliento, y su maltrecho corazón se acelera. Las repeticiones no son concluyentes, pero las palmas de las manos de Watson se encontraban por debajo del football y la jugada de 60 yardas finalmente es válida. 4 recepciones, 0 caídas de balón (drops) y 150 yardas para él, partidazo.
Ya no hay opción para fallar. Quizás si en la anterior oportunidad se hubiese optado por asegurar los 3 puntos… pero eso sucedió en otro universo, uno en el que LaFleur toma mejores decisiones en momentos complicados. En el nuestro quedan, al menos, otros cuatro intentos por delante para tratar de subir puntos al marcador y 3 minutos por delante. En el primero, la misma jugada de scramble de Love corriendo por el lado derecho para avanzar en diagonal y tratar de lograr anotar poniendo en peligro su integridad física tras salir de la segunda lesión de la temporada. En esta ocasión está realmente cerca e intenta lograr el touchdown con un salto a la desesperada en el que extiende el brazo para que el balón rompa el plano de anotación. En primera instancia los árbitros no lo dan por válido pero los Packers también sabemos usar el pañuelo rojo. Mucha deliberación y ninguna toma clara que indique en que si el football rebasa la línea de anotación antes de salir del campo. Finalmente parece que el placaje en el aire de Byard frena lo suficiente el avance de Love y el touchdown no sube al marcador. Más emociones para los aficionados.
No se suman los 6 puntos pero se trata de un mal menor porque se había avanzado hasta la yarda 1. Y los Packers son malos en la zona de peligro (red zone), pero no TAN malos. Que Love hubiese sobrevivido a sus tres choques anteriores indicaba que, en esta ocasión, el Tigh End Sneak no iba a ser necesario en la siguiente jugada. Ahora sí, Love se lanza a esa masa de carne humana que son nuestros push tush, consiguiendo poner por delante otra vez a los Packers. Un punto extra no sirve de nada así que, LaFleur decide acertadamente, esta vez si, jugarse una conversión de 2 puntos para obligar a los Bears a anotar algo más que un tiro de campo si querían la victoria. Lamentablemente, Jacobs no lo logra y el marcador se queda en un pírrico 20 a 19.
La última posesión del equipo había sido un carrusel de emociones y una fábrica para los momentos estelares de la semana, pero solo había consumido 1:18 y ahora los Bears tenían 3 minutos por delante no solo para ganar el partido, sino para romper la racha negativa de 10 partidos consecutivos a favor de los Packers. Todo dependía de una defensa que se había mostrado muy errática durante el encuentro. La presión no terminaba de llegar contra una de las peores líneas ofensivas de la liga y plagada de bajas además. Era el momento.
Primer intento y primer recado de T.J. Slaton al QB rival de la temporada. Una yarda perdida para los Bears. Segundo intento y segundo recado. Rashan Gary esta vez para una pérdida de 8 yardas. El equipo empezaba a creer y la vagoneta en la que se encontraba la afición subía una cuesta más. 3er intento y 19 yardas. Joe Barry Jeff Hafley ordena un esquema preventivo para evitar que un posible pase de Williams acercase a su equipo a un imposible primero y diez o un 4º intento corto. Los fantasmas del año pasado aparecen y Caleb Willliams conecta un pase de 16 yardas por el centro ante el que ni Walker, ni Nixon, ni Evan Williams pueden hacer nada. Era el momento de deslizarse cuesta abajo por la montaña rusa. 4 intento corto. Si los Packers querían llevarse el partido había que negarles esas 3 yardas. Un magnífico pase de Caleb Williams sobre el hombro exterior de Odunze era recogido por éste dentro de los límites ante la atenta supervisión de Nixon. 21 yardas perdidas, y los Bears en territorio Packer. La vagoneta enlaza un par de giros bruscos. Yarda 42, 59 en términos de field goal, lejos. Todavía es posible el milagro. Un nuevo pase por el centro ¿Barry eres tú? colocaba a los osos en la yarda 30 de Green Bay y cuatro intentos por delante de acercarse un poquito más. Tras una tímida ganancia de un par de yardas, Bitelchús arrojaba la toalla (definitivamente Don Campbell no podía con él) y renunciaba acercar a su kicker un poquito más. 46 yardas son suficientes para que Cairo Santos logré poner fin a la maldición. La afición se agarraba con fuerza a los asientos, llegaba el looping final.
«Me voy a enfadar si no conseguís bloquear al menos un disparo de Santos este domingo«, «Fijaos como lanza muy bajo«, las palabras de Rich Bissaccia resonaban en la cabeza de los jugadores de los equipos especiales. Silbato. Buen snap de Daly. El holder, Taylor, lo atrapa con facilidad y gira el football con las cuerdas por delante para que Cairo no tenga problemas en el golpeo. Conecta un potente disparo, algo bajo, como siempre. El balón vuela. El partido es suyo. El looping, levanta los brazos que aquí es donde se hace la foto de recuerdo. La línea defensiva se estira más de lo humanamente posible y Brooks mantiene el brazo elevado con la mano firme, como le han enseñado. El balón golpea en ella, sale despedido con una trayectoria extraña y cae al suelo antes de alcanzar la portería. La venganza de Ryan Longwell se había cumplido.
¡Victoria para Packers!
Si tu corazón te lo permite, puedes recoger tu foto en la tienda de recuerdos.
Germán de la Puente