En menos de cinco días la NFL llegará por primera vez a España. El escenario elegido para esta primera toma de contacto ha sido el estadio Santiago Bernabéu, situado en el eje central de la capital, y que aprovechando la reciente reforma multimillonaria llevada a cabo por el Real Madrid, está más que preparado para acoger un evento de estas características.
El football es un deporte con, seamos sinceros, poca tradición en España. Es por ello que la prensa deportiva se acerca a este evento desde la anécdota indicando que esta será la primera vez que se celebra un partido de este tipo en la capital.
Pero… ¿Y si… ?
– ¡Doc!
– ¿Qué sucede Marti?
– Creo que en nuestro último viaje en el tiempo hemos debido de cambiar algo. ¡Me he hecho aficionado de los Bears!
– ¿Tu de los Bears? ¡Imposible, si eres más quesero que un manchego! Tenemos que arreglar este desaguisado. ¿Recuerdas haber cambiado algo?
– No Doc, pero ahora que lo dices, igual tiene que ver aquella vez que viajamos al futuro para ver un partido de football en España…
– ¡Muy bien Marti! Espera que dejo a Einstein algo de comida por si nos retrasamos y vete echando gasolina al DeLorean. ¡Nos vamos al futuro!
1987. Un año convulso para la NFL. La sombra de la huelga se cernía sobre la competición como un feo nubarrón en el horizonte. La competición logra disputarse las dos primeras semanas, pero la situación estalla tras el pitido final. Los jugadores reclaman mejoras salariales pero los propietarios no están muy por la labor. Se produce una tensa negociación entre la patronal y el sindicato que deja dos consecuencias. Una huelga indefinida de los jugadores que detiene la competición desde la tercera semana, y la contratación de jugadores de reemplazo, no adscritos la sindicato, por parte de los propietarios a partir de la cuarta. 3 semanas duró el experimento con todos los implicados sufriendo pérdidas millonarias. ¿Daría para una película protagonizada por Keanu Reeves, verdad?.
En Wisconsin, esta huelga se tradujo en un parcial de 2 victorias a 1 para los jugadores de reemplazo, seguido de un calamitoso 3 a 7 de los profesionales, que dejaba al equipo fuera de los play-offs un año más con un récord combinado de 5-9-1. Forrest Gregg, leyenda sobre los emparrillados, empezaba a hacer la maleta ante su incapacidad de construir un equipo competitivo desde la banda y los despachos.
Mientras los Packers firmaban otra temporada desastrosa, en un bar de Badalona se reunían Pere Moliner, Ramón Ventura y Alfonso Genchi. Era Diciembre, hacía frío, y estos tres locos del deporte iban a sentar las bases del considerado como el primer equipo de fútbol americano de España. Hablamos, claro está, de los Badalona Drags, posteriormente rebautizados como Dracs no vaya a ser que… Finales de los 80, aquellos maravillosos años.
Pere Moliner se establece como primer presidente del equipo y comienza una lenta pero inexorable tarea de reclutamiento. Poco a poco se van incorporando al proyecto los jugadores a la vez que se busca un rival para un primer encuentro. Todo este esfuerzo cristalizaría unos meses más tarde. Concretamente el 19 de marzo de 1988. La sobremesa de aquel día, el recién nacido equipo saltaba al campo de rugby de Pedralbes para disputar contra los Palermo Cardinals, el considerado como primer partido de fútbol americano en la historia de España.
¿Football en España?
En aquella época, nos llegaban cantos de sirena procedentes del otro lado del charco. El baloncesto americano, un deporte más global, estaba viviendo una explosión mediática de la mano de Magic Johnson, Larry Bird y Michael Jordan. Ese soñar literal con las estrellas puso el foco en otros deportes americanos, siendo la NFL uno de los beneficiados. Estábamos en los albores de la era dorada del pase de la mano de Joe Montana o Troy Aikman en los emparrillados, y Bill Parcells o Kyle Shanahan en las bandas.
El encuentro generó mucha expectación debido a lo exótico de su naturaleza y llama incluso la atención de la televisión autonómica catalana, TV3, que decide retransmitir este primer partido.
Los Drags lucharon, los espectadores vibraron, pero el gato al agua se lo llevaron los italianos con un marcador de 18 a 12. Independientemente del resultado, se había sembrado la semilla de un deporte que perdura hasta nuestros días. A este partido le siguieron la formación de más equipos, una primera federación, una primera liga, una primera copa, un primer campeón…
– ¡Doc!
– ¿Qué pasa Marti?
– Creo que nos hemos equivocado… ¡Me acabo de comprar unas gafas de sol como las Jim McMahon!
– ¡Rayos Marti! Igual tenemos que viajar al pasado para arreglar esto…
– ¿Al pasado? Pero que dices Doc, si no hubo football en España hasta el 89…
– Eso no es del todo correcto Marti. Súbete al DeLorean que tenemos que retroceder 36 años…
1953. Mientras los Browns y los Lions dominan la liga, los Packers sucumben con su tercera peor marca de la historia (2-9-1) en la recientemente denominada Conferencia Oeste en lo que supondría el último año del Ronzani al frente del equipo. En el mundo, la U.R.S.S. asombra al mundo con la creación de la bomba H mientras que en el otro bando, Eisenhower es nombrado presidente.
Como consecuencia de la carrera armamentística nuclear entre ambas potencias, la nefasta temporada de los Packers no tuvo nada que ver, para finales de Septiembre de ese mismo año se firman los denominados Pactos de Madrid. En ellos se rubricaba una estrecha colaboración hispano-estadounidense mediante tres convenios principales revisables en períodos de diez años. Dichos acuerdos recogían la ayuda económica y el suministro de material militar proporcionado por los americanos y la cesión de suelo para el establecimiento de cuatro bases militares estadounidenses por parte de los españoles. Tras un periodo de negociación, se decidió que se construirían tres bases aéreas ubicadas en Morón (Sevilla), Torrejón de Ardoz (Madrid) y Zaragoza, y una naval ubicada en Rota (Cádiz).
Con la llegada de las bases americanas, llegaron también el personal de las mismas y sus familias, surgiendo así la necesidad de escolarización para los hijos de los trabajadores y militares americanos. Al principio, dado el reducido número de estudiantes y la ausencia de instalaciones dedicadas, a los americanos no les quedó más remedio que enrolar a su progenie, principalmente, en los colegios británicos y americanos de la época. Sin embargo, la saturación de plazas para los cada vez más numerosos estudiantes americanos motivó la creación de sus propias instituciones entidades educativas. Cada uno de dichas instituciones estaba asociada a cada una de las bases americanas. De este modo, nacieron, entre otras, el Madrid American School (Madrid, 1954), el David Glasgow Farragut American School (Rota, 1954), el Washington Irving School (Sevilla, 1955) y el Zaragoza American School (Ruiseñores, 1956).
En un principio eran pequeñas escuelas itinerantes, edificios alquilados principalmente, con unos pocos estudiantes, pero a medida que iba creciendo el número de alumnos y estos se iban haciendo mayores, se fueron construyendo los diferentes colegios e institutos dentro de las bases de Madrid, Rota, Sevilla y Zaragoza. Algunas de estas instituciones llegaron a albergar a más de 1000 estudiantes, americanos en su mayoría, de todas las edades.
La primera de estas instituciones en conseguir la acreditación oficial fue el Madrid High School el 2 de Mayo de 1955. No fue un camino fácil, pues, al igual que los colegios de Zaragoza y Sevilla, los alumnos sufrieron varios traslados y dificultades, alojándose en edificios de viviendas, hoteles, almacenes de aceitunas, hospicios… No fue hasta los años 60 cuando el crecimiento de las bases permitió asignar edificios enteros dentro de ellas para alojar al alumnado.
El deporte forma parte integral de la cultura americana, por eso ocupa un lugar privilegiado en la formación del alumnado. A pesar de estar a miles de kilómetros de casa, los responsables académicos del MHS querían que sus muchachos se sintiesen como en casa y en su segundo año de existencia, crearon varios programas deportivos. Así, en el curso 1955-56, los Knights defienden los colores del High School en una serie de partidos de baloncesto contra equipos locales, que se saldan con un balance de 3 victorias y 3 derrotas. Además del basket, también se practica atletismo y béisbol pero en menor medida.
Al mismo tiempo que los Knights sucumbían ante el Estudiantes, en la base americana de Nüremberg el profesor Joseph H. Blackstead buscaba un cambio de aires y acepta el reto de impartir clases en la soleada España. Joe era un amante de los deportes y además de impartir clases de matemáticas, disfrutaba entrenando a sus chicos en atletismo, baloncesto, béisbol y… football.
A su llegada a España para el curso 1956-1957, el profesor Blackstead, un apasionado del deporte de los emparrillados, introduce el football en el programa deportivo del Madrid High School. La ausencia de competencia fuera de la escuela y el descampado que utilizaban como terreno de juego, motivaron la elección de la modalidad flag football, pero con la esperanza de poder practicar tackle football en un futuro.
Blackstead ya había logrado introducir con éxito el football en el instituto americano de la base de Nüremberg y esperaba repetir la experiencia en España.
A pesar de las dificultades para la práctica del football, Blackstead consigue generar el interés suficiente en algunos estudiantes como para organizar una liguilla interna con cuatro escuadras capitaneadas por Tom Davies (4-0), Jim Grant (3-1), Gary Spaulding (2-2) y Tony Guenther (0-4). En cierto sentido, se trataba de la primera competición de football organizada en España. El equipo de Tom Davies, todavía sin apodo oficial que haya perdurado, se impuso de manera inmaculada al resto de equipos convirtiéndose en el primer «campeón» en territorio nacional.
Ya para el curso 1957-58, se organizan una serie de partidos que enfrentan a profesores y alumnos en los diferentes deportes, siendo el flag football uno de ellos. El Faculty vs Students (Varsity vs Faculty más adelante) gozó de una gran aceptación y con el tiempo se acabaría convirtiendo en una tradición anual. Además, con el interés por el football más asentado, se organizó un segundo torneo con cuatro equipos, ahora sí, con los clásicos apodos americanos.
Nacían los Bloodhounds (4-0), los Mustangs (2-2), los Sabres (2-2) y los Dragons (0-4). Aunque casi todos los jugadores eran alumnos del MHS, también participaron los hermanos Smith del ZHS y Tony Robinson del DGFHS. Al finalizar la liguilla, los Bloodhounds capitaneados por Bill Church aplastaron a sus rivales sin contemplaciones.
En el curso 1958-59, se repite el torneo de football intramuros. Algunos alumnos han abandonado el MHS, otros han llegado desde otras bases, así que a los equipos del año pasado no les que da más remedio que reorganizarse de nuevo, esta vez sin alumnos de otros institutos. En lugar de los cuatro partidos del año pasado, se disputan un total de seis encuentros para dirimir al campeón. Los Warriors del incombustible Carlos Muñiz y los hermanos Debiec arrasan al resto de equipos con un casi impoluto 5-0-1. Por detrás, los incombustibles Rebels (3-3), los batalladores Vandals (2-3-1) y, cerrando la tabla, los voluntariosos Rams (1-5).
De este torneo sale elegido un equipo de All-Stars, jugadores de los Warriors y los Vandals en su mayoría, que se enfrentaría el 15 de Noviembre de 1958 a los mejores jugadores del ZHS en Zaragoza, en lo que es el primer partido de football entre dos equipos pertenecientes a dos estructuras diferentes de la historia de España. En un reñido encuentro el equipo maño se impuso 13 a 6 al equipo capitalino gracias a la conexión «Conger to Smith» en los últimos minutos del partido.
En el curso 1959-60 se produjeron muchos cambios en el MHS. Mientras Vince Lombardi se hacía con las riendas de unos desnortados Green Bay Packers en Wisconsin, en España, el Instituto Americano de Madrid se unía a los de Sevilla, Zaragoza y Rota en poder contar con sus propias instalaciones asociadas a la base aérea de Torrejón. Atrás quedaba la primera planta de la calle Felix Boix y su «campo de football» de cemento. Con las nuevas instalaciones también se produjeron ciertos cambios en el personal de la escuela. El profesor Blackstead abandonaba España rumbo a las antípodas para aceptar un puesto como director del Johnson High School en Japón. No obstante, la marcha de Blackstead no supuso un parón en el football nacional. Todo lo contrario.
Llegado de la Universidad Estatal de Wisconsin, una de ellas, llegaba James L. Leary para impartir clases de álgebra y matemáticas. Juntos, pero no revueltos, llegan también Donald R. Mitchell de la Bowling Green University y William Gene Ellis de Idaho State para hacerse cargo de la educación física y de los equipos deportivos del MHS. Además de las mates, al bueno de Jim le interesaba mucho el deporte competitivo y a su llegada a Madrid se involucra casi de inmediato en el programa deportivo del MHS.
Como paso previo para la transición al tackle football, Leary promueve la creación de un campeonato de flag football a nivel nacional. A finales de Octubre (30 y 31), los Knights realizan una gira por el sur de España midiéndose contra los Admirals en Rota (derrota) y contra los Toros en Sevilla (victoria). Al igual que los Knights, los Zebras también visitan Andalucía ese año enfrentándose a los Admirals (derrota) y a los Toros (victoria), pero sin llegar a coincidir con los Knights. Para dirimir al campeón nacional se emplaza a todos los equipos a disputar un torneo por la corona llamado All-Spain Flag Football Championship Tournament, el primer torneo de este tipo en suelo español.
El 20 de Noviembre de 1959 se dan cita en la base de Torrejón los Admirals del David Glassgow Farragut High School, los Zebras del Zaragoza High School, los Toros del Washington Irving High School y los anfitriones, los Knights del Madrid High School. Los dos equipos con más poso, los Knights y los Admirals se abren paso con facilidad hasta la final que se celebraría el 21 de Noviembre. Tras un partido muy disputado, la victoria y el campeonato cae del lado de los locales, gracias al trabajo del entrenador Mitchell, su ayudante, el entrenador Ellis y al liderazgo en el terreno de juego de Ernie Merriman.
Había nacido lo que con el tiempo se convertiría en la rivalidad más antigua del football en España.
El éxito del campeonato de football, junto con el del resto de competiciones nacionales de baloncesto, atletismo, … etc, sirvió de impulso en la carrera de Jim Leary. Para el curso 1960-1961, Leary logra un importante ascenso y es nombrado Director Deportivo para España y Marruecos. El creciente número de alumnos en todas las instituciones militares y las buenas instalaciones deportivas presentes ya en cada una de ellas invitaban a abandonar el flag y el push football para tratar de dar el salto al tackle football. Solo faltaba el material deportivo y Leary se puso manos a la obra para conseguirlo. Tras una ronda de contactos con la comandancia del Centro Estratégico (SAC) de la Decimosexta Fuerza Aérea, Leary consigue unas equipaciones completas en Octubre, dejando el camino despejado para la practica, cinco años después del aterrizaje del flag football, del tackle football en España.
El torneo tiene un formato de liguilla que se disputa desde Septiembre hasta Noviembre pero con un calendario irregular entre los equipos. Así, mientras los Knights disputan un total de 9 partidos contra el resto de institutos, los Toros solo disputan 6, los Zebras solo 3 y los Admirals un total de 8 pero cuatro de ellos contra equipos de la propia base naval. Sea como fuere, el porcentaje de victorias de los Knights (7-1), muy superior al de Admirals (4-4), Toros (2-4) y Zebras (1-2) les valió no solo para proclamarse, por segundo año consecutivo, como campeones nacionales del All-Spain Championship Tournament sino que también recibieron una invitación para disputar la Southern European Bowl Game. Sin embargo, en el partido disputado en la localidad francesa de Chateauroux, los franceses barren a los españoles por un contundente 35 a 0.
Este esquema de competición se normalizó en una temporada de football que no solo constaba de los partidos de la temporada regular de la Spain Conference, sino que se agendaban incluso partidos amistosos contra equipos de otros países europeos y se invitaba al campeón final a una gran final europea.
Aunque la competición estaba bastante asentada, no hay que olvidar que estos equipos dependían en su totalidad de las bases militares a las que estaban asociados. De esta manera, cuando la base de Los Ruiseñores decidió cerrar las puertas del ZHS en los cursos de 1964-65 y 1969-1970, la Spain Conference se quedó un bastante coja. Al finalizar el curso 1971-72 se produce el cierre de la base de San Pablo en Morón de la Frontera, lo que obliga al personal de la base a reubicarse en Madrid o en Zaragoza, llevándose a sus hijos con ellos. Este desplazamiento masivo de alumnos tuvo dos consecuencias principales. Por un lado, la desaparición de los Zebras, que a partir de esa temporada serían conocidos como los Toros del ZHS. Por el otro, la división de los Knights en dos equipos diferenciados, los Base Knights de los alumnos que residían dentro de la base aérea de Torrejón de Ardoz y los Royal Oaks Knights (ROAKS) para aquellos alumnos que vivían en El Encinar de los Reyes.
Con esta reorganización se pudo mantener el calendario durante 20 años, período de tiempo en el cual se dejaron de renovar las concesiones acordadas en los pactos de 1953. Para la finalización del curso de 1991-1992, el desmantelamiento de las bases militares en Madrid y Zaragoza era ya una realidad, lo que suponía el fin de sus institutos americanos asociados tras casi 40 años de existencia. Unicamente sobrevivió y sobrevive a día de hoy la base naval de Rota, con sus Admirals como el equipo de football más longevo de España, enrolado en la División II de la DoDEA Europe Schools.
En el año 2014, resurgen de sus cenizas los Royal Oaks Knights cual ave Fénix como una entidad sin ánimo de lucro dedicada a la promoción y práctica del football juvenil en el entorno de Alcobendas. Volvía el equipo más antiguo de España y el 7 de Octubre de 2017 se disputaba el último partido hasta la fecha de esta histórica rivalidad.
– ¡Doc!
– ¿Qué pasa Marti?
– ¡Te estás yendo por las ramas! Hemos pasado de ver la debacle definitiva bajo la dirección de Scooter McLean a la excelencia lograda por Lombardi… ¡Y me da igual, yo solo quiero ver a mis Bears machacando rivales otra vez con su formación T!
– Tienes razón Marti. Hemos estado en las gradas de todos estos partidos y no ha cambiado nada. Déjame pensar en algo.
– ¡Ya lo tengo! Estamos en la época adecuada y en la ciudad correcta, pero ¡Nos hemos equivocado de estadio!¡Deprisa Marti se nos acaba el tiempo!
25 de octubre de 1958, los Packers naufragaban a lo grande en lo que prometía ser una temporada desastrosa más. De nada servía el nuevo estadio si el equipo no era capaz de funcionar en el terreno de juego. Sin saberlo, ese fin de semana iban a lograr la que a la postre sería su única victoria de la temporada frente a los Philadelphia Eagles.
A muchos kilómetros de distancia, en la base aérea de Torrejón de Ardoz se organiza un encuentro de exhibición de fútbol americano entre dos equipos de militares para mostrar una parte de la cultura americana a los españoles. Concurren los Châteauroux-Déols Air Base franceses y los Port Lyautey Navy ubicados en la base naval de Marruecos. La victoria de los franceses por 22 a 8 fue lo de menos, porque lo exótico del encuentro y su parafernalia había llamado mucho la atención de cronistas e invitados.
Unas semanas más tarde salta la noticia. Santiago Bernabéu decide hacer lo que Florentino Fernández hoy en día, y prepara un partido de «fútbol norteamericano» en el mejor escenario posible, el propio estadio de Chamartín, del que se hacen eco los medios de la época.
El 16 de Noviembre, Concluidos los 90 minutos reglamentarios el partido llegaba a su fin y el Real Madrid logra una cómoda victoria frente al Valencia con goles de Puskas y Herrerita (2). Sin embargo, el espectáculo no había terminado todavía. Unos operarios pintan una serie de líneas horizontales en el terreno de juego y se colocan unas porterías con forma de H detrás de las porterías habituales. Casi 120.000 espectadores permanecen expectantes para comprobar de primera mano que es eso del «fútbol norteamericano».
Un grupo de jugadores salta al terreno de juego para calentar acompañados de un grupo de mozas que realizaban acrobacias y gritaban a la grada. Tras el calentamiento inicial los jugadores se retiran al vestuario para salir ordenados y completamente uniformados flanqueando a la banda musical de las Fuerzas Aéreas Norteamericanas, que interpretaba una marcha musical.
De azul, los Toul Tigers, equipo de la base americana de Toul en Francia. De blanco, los Giebelstadt Taconeers, de la base alemana del mismo nombre. No eran equipos de nivel NFL, pero ambos eran buenos exponentes de sus respectivas ligas.
Jugadores con cascos espaciales, tiros a puerta por encima del larguero, gente corriendo de un lado para otro mientras chocan violentamente entre si sin un sentido aparente, constantes interrupciones en el juego para reorganizarse… El público no estaba preparado para tanta parafernalia.
Los esfuerzos por parte del speaker del estadio tratando de explicar lo que estaba aconteciendo en el campo no fueron suficientes para generar el interés suficiente entre los espectadores que estaban presenciando el partido.
Al finalizar la primera mitad del encuentro, los Tacooners dominaban el marcador con un contundente 26 a 0. Y entre que hacía frío, que era Domingo por la tarde, que había que volver a casa desde las afueras de Madrid y que el resultado parecía decidido, los espectadores que se habían quedado a ver este primer partido de fútbol americano empezaron a desfilar por el graderío abandonando el estadio y dando por finalizado el experimento.
El encuentro no se reanudó, y no volvió a haber fútbol americano…
¡Hasta ahora!
2025. Han tenido que transcurrir exactamente 67 años para que el football regrese al Bernabéu.
En esta ocasión no serán dos equipos amateurs del ejercito de los Estados Unidos los que se batirán el cobre sobre el mítico césped del estadio de Chamartín. Si que es cierto que unos vestirán de azul, pero de un azul mucho más clarito, el azul de Larry Csonka, de Dan Marino o de Jason Taylor. Los herederos del espíritu de Don Shula comandados por Brian Flores en la banda y Tua en el campo. Los Miami Dolphins. En frente, un equipo que ha vivido sus mejores años durante los años 40 del siglo pasado y que no consigue una entrada para el gran baile de Febrero desde hace 34 años. Los Commanders de la joven revelación Jayden Daniels. Un partido de auténtico postín.
Si hace 67 años, el público estaba invitado a presenciar el espectáculo, hoy en día la lista de espera para poder conseguir una entrada superaba las 650.000 personas. Está claro que los tiempos han cambiado. La llegada de la NFL y la vuelta del football al Bernabéu ya son un éxito rotundo. Esperemos que esto de pie a que otros estadios más se sumen como sedes europeas y que los espectadores españoles podamos optar a ver football en directo de manera más o menos recurrente.
– ¡Este era el partido Doc! Mira, esta horrorosa letra C azulada de mi plumas de pescador empieza a desaparecer. Rápido, ¡dime algo Packer!
– Lombardi, Favre, Reggie White, Rodgers, Starr, Love…
– Oh si, ¡cómo me gusta el queso Doc! Me ha ido de un pelo
– Cierto Marti, lo mejor es guardar el DeLorean en el garaje por una temporada, enfundarnos nuestras verde y oro e ir al estadio a ver un buen partido de football.
– ¡Tú si que sabes Doc! Always Forward!! Digooo Go Pack Go!!!
Agradecimientos especiales a Marco Chomón y a Luis Javier Bravo Mayor por su labor de investigación, sin la cuál este artículo no sería posible.