¡Boooombaaa! pero sin erótico resultado

La temporada regular sirve para algo más que para ir acumulando victorias y derrotas y poder decidir en base al porcentaje de las mismas quienes son los mejores equipos de la competición. Se trata en realidad de un viaje de cuatro meses en el que los equipos van mostrando tanto sus fortalezas, como sus debilidades y la manera que tienen de aprovecharlas y hacerles frente, respectivamente. Hay equipos que están construidos a base de acumular muchas estrellas sobre el terreno de juego, otros lo están a base de acumular talento desde el draft, en algunos casos las estrellas están en la banda, diseñando jugadas tanto de defensa como de ataque. Todos ellos, tienen que ir atravesando las 18 etapas que componen la temporada regular, siendo los mejores aquellos que son capaces de maximizar sus fortalezas, pero a la vez son capaces de reconocer sus debilidades minimizándolas, ya sea contratando nuevos jugadores o proponiendo nuevos planteamientos con lo que se tiene.

En el caso que nos ocupa, nuestros amados Packers, partíamos de la base de ser el equipo más joven de la liga. Una plantilla sin apenas experiencia, pero cargada de ilusión que finalizó la temporada pasada como un tiro, siendo capaz de eliminar a unos Cowboys favoritos a todo y caer con pulcritud ante unos 49ers con una de las mejores plantillas de la liga. Con esa base del año pasado, e incluyendo tres jugadores, a la postre claves en el devenir de los partidos, y un nuevo coordinador defensivo, las expectativas del equipo eran máximas. Nuestro ataque coral, sin ningún receptor que sobresaliese sobre los demás, sumado a un quarterback novato de facto, nos hacían un equipo imprevisible y altamente peligroso por aire, estando más comedidos por tierra debido a las bajas de nuestros corredores estrella. Era la defensa, y los equipos especiales los que frenaban al equipo con sus constantes errores.

A pesar de que las expectativas eran altas, la temporada se ha ido desarrollando visitando viejos lugares sombríos que han ido definiendo lo que han sido los Packers 2024. El ataque coral del año pasado ha sufrido una regresión, el sophomore slump que dicen los americanos, mostrándose más predecible y menos efectivo. Es normal, los equipos ya tienen 19 partidos de muestra para analizar nuestras tendencias y ajustan sus defensas en consecuencia. El inexistente ataque terrestre del año pasado durante bastantes fases de la temporada, básicamente cuando Jones no estaba disponible, ha dado varios pasos adelante registrando una temporada histórica, al igual que nuestros equipos especiales a la hora de tirar a palos. La gestión de los tiempos desde la banda, así como la falta de disciplina de los jugadores, han penalizado al equipo en los momentos clave. Esto es algo que se ha ido produciendo partido a partido, ¿Cuántas veces hemos podido decir en el grupo de telegram (¡apúntate!) que una W es una W?, disimulándose en las victorias y mostrándose en las derrotas.

El final de la temporada, tras dos feas derrotas ante sendos rivales divisionales hacían que todas esas expectativas de principio de curso estuviesen bastante difuminadas. Las sensaciones no eran buenas y la inercia positiva (momentum) del equipo, al contrario que el año pasado, era inexistente. Bajas de última hora, un ataque atascado y una defensa pobre en momentos clave no invitaban al optimismo. En playoffs, donde los equipos dan un paso más en su rendimiento y dan lo mejor de sí mismos, y contra uno de las mejores plantillas de la liga, o minimizas tus debilidades y aprovechas los fallos del rival o estás fuera. Y esto fue lo que sucedió, nuestros errores de la temporada nos condenaron porque no supimos o no pudimos corregirlos.

¡A por los pajaritos! - packers.com
¡A por los pajaritos! - packers.com

El año pasado renovamos a Keisian mr.President Nixon por la nada despreciable cifra de 18M x 3 años. Los cambios en las reglas sobre los retornos de los saques, así como el poder contar con el líder en yardas retornadas y All-Pro durante los dos últimos años hicieron a la gerencia invertir en él. La letra pequeña de todas esas yardas retornadas es la cantidad de veces que Nixon ha rehusado forzar un touchback cuando la recepción se ha producido en la zona de anotación. En lugar de sumar 0 yardas de retorno propias, a favor de las 25 (30 este año) que gana el equipo «a riesgo 0», Nixon se empeñaba en retornar para tratar de sumar cuantas yardas fuesen posibles. En ocasiones se lograban grandes retornos, pero en otras muchas se quedaba por debajo del umbral del touchback, perdiendo más de lo que se ganaba, aunque a final de temporada los números se maquillen gracias a retornos de mucha ganancia en partidos concretos.

Esta tendencia de retornar primero, preguntar después, tuvo su peor consecuencia en la primera jugada del partido que nos enfrentó el domingo pasado contra los Eagles en Philadelphia. Los Eagles ganan el sorteo, y para sorpresa de nadie salvo Matt LaFleur, eligen posponer su decisión, lo que significa que los Packers disponen del primer balón del partido. La posibilidad de marcar el ritmo está ahí, solo hay que hacerlo ante una de las mejores defensas de la liga en su propia casa. Jake Elliot pone el balón en juego, lo hizo fenomenal durante toda la noche rondando la zona de las 5 yardas, Nixon baja del cielo el ovoide una yarda dentro de la zona de anotación, pero decide retornar. Corre sin apenas oposición hasta que en la yarda 27 su casco «se encuentra» con el casco del antiguo quesero Oren Burks. La energía del impacto se transfiere hacia Nixon, que suelta el balón provocando un fumble, el número 23 que los Eagles consiguen provocar esta temporada.

En una primera instancia, parece que, en plena lucha con Jeremiah Trotter Jr., Nixon consigue recuperar el football, para perderlo en el forcejeo y volverlo a recuperar una segunda vez, antes de que una pila de kilos y kilos de jugadores NFL se le echen encima haciendo imposible adivinar que equipo tiene finalmente el control del balón.

Los cebras dan la posesión a los Eagles, pero la jugada es revisada desde Nueva York. Tras unos minutos de incertidumbre el árbitro principal, gorra blanca, anuncia por megafonía que los Eagles han recuperado el balón en la yarda 28 rival habiendo transcurrido solo 7 segundos de partido. En las repeticiones parece que es el jugador de los Packers el que recupera el balón, pero los árbitros no lo estimaron de esta manera en una polémica decisión que será recordada en años venideros. ¿Fumble Game? Toda esta situación, cabe recordar, no habría sucedido si Nixon hubiese tomado lo que los Eagles le daban, esto es, un touchback, 30 yardas gratis y 0 riesgos para tratar de empezar a carburar en ataque.

Anatomía de un fumble - FOX NFL
Anatomía de un fumble - FOX NFL

En lugar de ello, los Eagles dispondrían de su primera oportunidad de anotar. Tras una electrizante carrera de Barckley, Jacobina Divina incluida, los Eagles avanzaban 16 yardas para colocarse en plena zona de peligro (red zone) quesera. Aquí es cuando el campo se hace estrecha y las defensas se vuelven más grandes de lo que realmente son. La defensa tenía que dar lo mejor de si misma para evitar que los Eagles se pusiesen 7 arriba casi sin quitarse el chándal. No obstante, otro de los caballos de batalla de esta temporada se manifestaría. En uno de los pockets más limpios que se recuerdan, Jalen Hurts dispone de 6,75 segundos para leer los movimientos de sus receptores. 6,75 segundos en los que la secundaria es capaz de cubrir a todos los jugadores rivales menos a uno. Jahan Dotson consigue romper la cintura de Evan Williams y se desmarca hacia el lado izquierdo para recibir sin oposición el balón. ¡Touchdown Eagles!

Pasar de un esquema 3-4 a uno 4-3 no es sencillo. Cambian las asignaciones, cambian los huecos, y cambian los vectores de ataque. Para los jugadores es complicado adaptarse y su morfología influye en el éxito o el fracaso de dicha adaptación. A mitad de temporada hemos visto como Preston Smith abandonaba el equipo rumbo a los Steelers por este motivo. Al resto de nuestros jugadores les sucede algo parecido. Puede que el número de sacks, 45, sea el mismo que el registrado el año pasado con la defensa de coberturas suaves y presión por fuera de Barry, pero la defensa de este año de Hafley se ha mostrado mucho más laxa en la presión, permitiendo jugadas como esta. Los QBs rivales han recibido este año 17 golpes menos que el anterior, y la sensación que se transmite al aficionado por televisión es que con nuestros cuatro no basta.

Curiosamente, la defensa si que ha conseguido dar un paso adelante en lo concerniente a frenar la carrera, uno de los males que asolaban al equipo la temporada pasada y que motivaron, en parte, el cambio de coordinador defensivo. Se ha pasado de ser un equipo de los cinco peores de la liga en este aspecto a ser uno de los siete mejores. 19 placajes a corredores por detrás de la línea de scrimmage, 4 yardas de media por acarreo permitidas, para 99,4 yardas por partido y 13 TD. El problema es que enfrente está una defensa aún mejor, tanto en pase como en carrera. Una defensa que ha sabido reinventarse tras la debacle sufrida en el tramo final de la temporada pasada, reconociendo sus debilidades y sumando las piezas necesarias para enderezarlas. A Vic Fangio y su esquema de coberturas zonales le ha acompañado Quinyon Mitchell, Cooper DeJean, sí ese Cooper DeJean vía draft y Zack Baun vía traspaso desde New Orleans, y el equipo ha pasado de ser top 3 por la cola a ser top 2 por la cabeza este año. Los Eagles, lejos de asentarse en la autocomplacencia, identificaron uno de sus mayores defectos, y lo solucionaron con agilidad. Nosotros, por contra, tenemos a un director general (Gute) que debe reportar a un subcomité de cuatro personas que a su vez reporta al presidente, que es quien tiene la última palabra (Murphy).

Ambos equipos se presentaban con estilos de juego similares. Predominancia de la carrera sobre el pase, apoyándose en dos talentos en el puesto de corredor principal que aseguran una alta producción tanto de yardas como de anotaciones. Con la amenaza de la carrera establecida, ambos equipos confían su juego aéreo a sus QBs para rematar a los equipos rivales. Por la parte defensiva, todo pasaba por minimizar pérdidas por tierra y recoger los regalos que pudiesen llegar por aire. Ese era el plan para ambos equipos. La diferencia de calidad y actitud marcó las diferencias.

A ver que me aclare, la raíz cuadrada del logaritmo neperiano de X es igual a una ruta slant post go cruzada con una shallow... ¡Me he vuelto a liar! - packers.com
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En el primer cuarto, los Packers tuvieron cuatro posesiones que se saldaron con un fumble, dos despejes y una interceptación. 10 jugadas con el balón en nuestras manos en apenas 5:32 segundos de posesión, para un neto total de yardas avanzadas por el equipo de 16 yardas (1,6 yardas por jugada). De esas 11 jugadas ejecutadas por el equipo, 5 fueron carreras de Jacobs para una ganancia de 14 yardas (2,8 ypc), y 4 fueron pases ejecutados por Love para una ganancia de 16 yardas (2,6 ypp) con un 50% de acierto. Con tanta dificultad para mover las cadenas, no es de extrañar que el equipo lograse un único 1er down en este periodo. Un periodo que comenzó con un fumble y que fue castigado con un sack en el que se perdieron 14 yardas. La ofensiva no solo no carburaba por tierra, sino que además no funcionaba por aire, dejando un hermoso rosco en el marcador del primer cuarto.

Los Eagles, por su parte, entraron al partido mucho más enchufados, con más energía, con más orgullo, como si les fuese la temporada en ello. Dispusieron en este primer cuarto de tres posesiones, un primer touchdown, un despeje y un tiro de campo convertido. 18 jugadas en total en las que emplearon 9:28 de reloj superando la barrera del 1er down en 6 ocasiones, avanzando 103 yardas. En 9 ocasiones los Eagles optaron por correr con el balón, logrando entre Saquon, Hurts y Gainwell 64 yardas (7,1 ypc), mientras que en las 9 restantes, Hurts ejecutó por aire para 39 yardas (4,3 ypp) completando 6 de sus 9 pases.

Aunque los números de los Eagles son prácticamente el doble que los de los Packers, lo único que impidió que los locales no se marchasen con 14 puntos de ventaja fue el paso al frente dado por la defensa. Toda vez que se consigue minimizar a Barkley a falta de 4 minutos gracias a un gran placaje de Evan Williams, el equipo empieza a creer, y el resto de carreras no logran ser lo suficientemente explosivas, palabra de moda últimamente. El equipo entrega en ese momento el testigo a un Jalen Hurts que se muestra incapaz de conectar un pase en nuestra zona de peligro (red zone), avocando a los Eagles a un field goal de 31 yardas. La defensa había logrado detenerlos en el 50% de las ocasiones, nada mal si tenemos en cuenta que enfrente hay un equipo que acostumbra a anotar touchdowns el 57% de las veces que entran en la red zone.

Tras un primer cuarto para olvidar, y con la posesión del balón, llegaba el turno de preparar una jugada en la banda. La jugada elegida era un pase en profundo hacia la banda derecha partiendo de formación shotgun (el QB alejado del center unas 5 yardas). Wicks no es Watson, y se ve superado por colocación y velocidad por un atento Darius Slay que recoge la segunda boomba del día lanzada por Jordan Love. La primera ya la había soltado en su primer pase del partido buscando a Wicks pero encontrando a C.J. Gardner-Johnson. El segundo cuarto comenzaba exactamente igual que el primero, una pérdida de posesión en la primera jugada. Con un ataque que seguía en el vestuario, debía ser la defensa la que mantuviese al equipo en el partido. ¡Y vaya si lo hizo!

En el segundo cuarto, todas las posesiones de los Eagles acabaron de la misma manera. ¡Despeje, despeje, despeje! que diría Eduardo Molet. Y además en 3 y fuera, con lo que eso supone para la moral de los Eagles y para tratar de cambiar la inercia del partido a nuestro favor. 9 jugadas ejecutadas en apenas 4:12, en las que la defensa hizo saltar a la línea rival en varias ocasiones causando las preciadas faltas en ataque, 9 jugadas en las que Saquon solo pudo correr 17 yardas (5,7 ypc), mientras que un inoperante Hurts fue incapaz de conectar un pase en todo el cuarto (0 de 4). 9 jugadas en las que la defensa dejaba a 0 a uno de los mejores ataques de la liga y que suponían lo único reseñable de un equipo desaparecido en el resto de facetas del juego.

Una lástima que el ataque no fuese capaz de aprovechar lo que la defensa le estaba regalando. Una primera posesión larguísima, 7:37 empleados en 13 jugadas en las que se consiguió avanzar 37 yardas netas para tener una oportunidad de tirar a palos. Jacobs empezaba a carburar y conseguía enlazar varias carreras para sumar 12 yardas (en tres intentos), Love por su parte ejecutaba en corto para Jayden Reed cuidando mejor el balón que lo mostrado en el cuarto anterior y el comienzo de éste. En ese momento llegaba uno de los mejores momentos del partido. Los Packers iban a ejecutar en 3º y 1 su famoso cheese tush con Trucker Kraft como ingrediente principal contra los creadores y los que mejor ejecutan la push tush. Tras un empuje inicial tímido, llegaban los refuerzos en forma de kilos y kilos de jugador NFL prolongando el cheese tush durante varios segundos y avanzando ante una sorprendida defensa que sufría en sus carnes lo que ellos mismos imponen a sus rivales. Al finalizar la jugada, 8 yardas conseguidas para sorpresa de propios y extraños. Otro pase en corto de baja ganancia pero bajo riesgo completado por Love daba lugar a una de las peores carreras del año de Josh Jacobs que perdía 6 yardas al tratar de encontrar soluciones tras ver cómo se le cerraban todas las puertas en una carrera por el interior. En la siguiente jugada, la zona de protección colapsa ante el empuje de la defensa de los Eagles, y Love sale corriendo ¡Tiene piernas! para solucionar la papeleta en un scramble de 11 yardas en lo que sería la antesala del segundo cheese tush en la misma posesión. En 4º y 1 corto, Tucker vuelve a ejercer de conductor de la marea quesera para conseguir superar los pilotes naranjas. 2 yardas en esta ocasión, suficientes para mantener viva la posesión. El novato Travis Glover, que había entrado en sustitución del lesionado Jengkins (duro golpe al hombro por parte de Nolan Smith Jr.), comete la primera de sus infracciones al salir a campo abierto en una jugada de pase. ¿Faltas en momentos clave de los partidos? No nos suena para nada en Green Bay. A consecuencia de esta falta el equipo trata de superar el 1º y 15. A una primera carrera de 5 yardas de Jacobs le seguían dos pases complicados de Jordan Love ante la incapacidad de la línea ofensiva de contener las arremetidas rivales. Podrían haber sido interceptados los dos, pero afortunadamente no lo fueron, lo que dejaba en manos de Faralo, el infalible, la tarea de subir los primeros tres puntos al marcador. 38 yardas no es nada para él. ¿O sí? Orzech hace un snap bueno para sus estándares, Whelan la coloca y McManus golpea con fuerza el ovoide. Este vuela y… ¡Se marcha por la derecha! ¡No points! En una temporada para el recuerdo, en la que solo ha fallado 1 tiro de campo en sus 11 partidos con nosotros, 95,2% de acierto señores, Faralo falla en el peor momento posible. Y ojo porque es la primera vez en sus diez años de carrera profesional que falla un tiro a palos en playoffs (aunque la estadística tiene su truco porque en 10 años solo ha disputado 3 partidos de playoffs, anillo de SuperBowl incluido).

A esta primera posesión, en la que el equipo corrió o empujó con el balón 8 veces para 32 yardas (4ypc) y conectó apenas 3 de 5 pases para 10 yardas (2ypp), le siguió otra en la que la falta de ideas seguía siendo evidente. La falta de un Watson que expande el campo en horizontal era demasiado palpable para el equipo que depositaba su confianza en un Wicks que no suponía el mismo nivel ni de seguridad ni de amenaza. Comenzaban los Packers cometiendo una nueva falta de Glover que retrasaba 10 yardas el comienzo de la posesión obligando al equipo a forzar para tratar de no irse al descanso con el marcador a 0. Love conecta con Reed, quién regatea en diagonal y hace uso de su electrizante velocidad para realizar una carrera explosiva, oye pues mola la palabreja, hacía la banda contraria recuperando él solito las 10 yardas de penalización y las 10 yardas restantes. Nuevo 1º y diez, aquí no ha pasado nada. Glover vuelve a cometer oootra penalización de diez yardas, no hay una R parpadeante en la esquina superior de la pantalla así que el equipo vuelve a situarse en 1º y 20. Al novato le pueden los nervios y LaFleur decide sentarlo en el banquillo para lo que queda de partido. Por qué juega un novato con 13 snaps de experiencia antes que compañeros más experimentados es algo que solo LaFleur sabe. Con menos de dos minutos por jugar, la urgencia domina las jugadas ordenadas desde la banda centrándose únicamente en ganar yardas por aire saliéndose por la banda para detener el reloj. La primera parte del plan bien, Love conecta pases laterales con facilidad. La segunda parte del plan no tanto, solo Kraft logra generar yardas después de la recepción huyendo del campo. La tercera parte del plan no se la esperaba (casi) nadie. La zona de protección no puede contener a la defensa rival, a Love le entran las prisas y lanza otra boooomba en corto en dirección a Chris Brooks que no es interceptada por Jalen Carter de milagro. En la siguiente jugada, Love no anticipa bien el movimiento de la defensa y lanza lo que pensaba que era un pase seguro por el centro hacia Malik Heath, pero en su lugar era una nueva booooomba. Un atento Zach Baun lee la jugada antes incluso de que Love lance el pase y recoge plácidamente el regalo no sin antes correr 16 yardas.

Jordan Love y Kevin Bacon en Footloose, separados al nacer - packers.com
Jordan Love y Kevin Bacon en Footloose, separados al nacer - packers.com

Con estas dos interceptaciones, sumadas al fumble de Nixon en la primera jugada del partido, se iguala un récord de la temporada 2001. Concretamente el del partido con más pérdidas de balón (3) en la primera parte de un partido de playoffs. En aquella ocasión, los beneficiados fueron los Rams de Kurt Warner que endosaron un 45 a 17 a los Packers de Brett Favre, que perdieron 8 veces el balón (6 interceptaciones y 2 fumbles). No era este el récord que a un aficionado de los Packers le gustaría ver, pero es un récord al fin y al cabo.

Terminaba el equipo la primera mitad con mejores números que sensaciones. 125 yardas totales de Eagles por 102 yardas totales de Packers, 13:40 de posesión Eagles por 16:20 de posesión Packers, pero 10 puntos Eagles por 0 puntos Packers. Tras un primer cuarto en el que Eagles había conseguido aprovecharse del habitual despiste inicial de Packers en partidos importantes, ambos ataques habían desaparecido en el segundo. En la batalla de QBs, una vez más números contradictorios. 39 yardas de pase y 46,1% de completados de Jalen Hurts, por las 70 yardas de pase y 60% de acierto de Love, pero 1 TD de Hurts por 2 INT de Love, lo que se refleja en un rating de 78,7 contra otro de 31,9. Ninguno de los dos estaba jugando el partido de su vida. Estaban muy lejos de su mejor nivel de hecho.

En la segunda parte llegan los ajustes, Philadelphia buscaría correr con el balón, dejando que Barkley percutiese una y otra vez confiando en su producción de esta temporada, y abandonando completamente el juego aéreo. 2 yardas netas consiguieron antes de despejar de nuevo, gracias al trabajo de la línea defensiva. Los Packers habían conseguido lo más difícil, anular la última posesión rival de la primera parte, y anular también la primera posesión de la segunda parte. Algo que se les había resistido hasta ahora en los partidos importantes y que penalizaba al equipo con diferenciales de -14 puntos.

Era turno para que el ataque se presentase al partido. Si querían mantener vivas sus esperanzas en la post temporada había que borrar ese rosco del marcador rápidamente. Un par de carreras de Jacobs daban paso a un par de pases de Love que permitían avanzar al equipo por el campo, con esfuerzo, pero contra una de las mejores defensas de la liga. En 3º y 4 llegaría una jugada que insuflaría de nuevo la confianza necesaria a un Jordan Love venido a menos. Jordan recibe en shotgun, mientras la línea le compra el tiempo justo no para que él pase, sino para que Wicks corra por la banda y llegue a la posición deseada. ¡Boooomba! pero sensual esta vez. En la repetición de la jugada que supuso la primera interceptación del partido, Wicks no se adelanta en su ruta, dejando al cornerback cubrir la zona posterior del campo y permitiéndole bajar del cielo una preciosa espiral para una ganancia de 29 yardas. Redención para ambos. Lo positivo de la jugada era que los Packers demostraban que, a pesar de las ausencias, eran peligrosos por aire, lo malo era que los Packers creían que podían hacer más de lo que podían. A partir de este momento, se abandona el juego de carrera para lanzarse, literalmente, al tiroteo indiscriminado y poco disimulado. En las 7 jugadas posteriores, LaFleur manda correr en 2 de ellas (9 yardas) y pasar en 5 de ellas (0 yardas, 0% de pases completados). Así tras una bomba sensual, llegarían cuatro bombas más, pero ninguna de ellas sexy. En la primera de ellas, además, se produce una nueva conmoción cerebral de nuestro niño burbuja, Romeo Doubs, que le obliga a salir del campo. Mala publicidad para los Guardian Caps. En el resto, el repertorio habitual, bombas pasadas de rosca por el medio, bombas a jugadores bajo doble cobertura, bombas con ventanas pequeñas, … etc. Bombas y más bombas que anulaban la posibilidad de sumar 7 puntos al marcador. Turno para otra redención, la de McManus con un tiro de campo de 26 yardas que convierte, esta vez si, sin dificultad. Increíblemente el equipo se encontraba a tan solo una anotación de empatar el partido.

Con los Packers apretando en el marcador, los Eagles engranaron una marcha más y anotaron con facilidad en apenas 5 jugadas, en las que recorrieron 68 yardas en apenas 2 minutos y medio. Si Love recuperaba la confianza inicialmente con un gran pase, Hurts se soltaba la melena con un pase por su lado no natural en el que encontraba libre de marca a DeVonta Smith para 28 yardas. Hasta este momento los Eagles no habían explotado uno de nuestros principales puntos débiles, que no es otro que nuestro equipo de cornerbacks. La consigna era clara: quemar a Valentine. Devonta baja otro pase en corto por la misma zona para correr con el balón y apenas alcanzar el primer down, se queda a una escasa yarda de lograr su objetivo, propiciando otra de las jugadas del partido. Con la doble amenaza por tierra que suponen Hurts y Barkley, Hafley sobrecarga la línea de jugadores dejando en cobertura individual a los receptores de Eagles, dos por el lado derecho y A.J. Brown con Goedert, el tight end de apoyo, por el izquierdo. Hurts pasa forzado, Goedert recepciona con dificultad y Brown cambia de asignación bloqueando a Williams para dejar aislado en un desigual 1 contra 1 a su compañero. La diferencia de altura y de peso se hace notar y bofetón tras bofetón, Goedert va apartando cual mosca cojonera a Valentine hasta que llega hasta la zona de anotación. Valentine se muestra impotente tratando de alcanzar el torso del rival y no acierta a placar sus piernas, poco podía hacer en este duelo y se agradece que al menos lo intentase una y otra vez. Los Eagles no solo habían jugado con Valentine, sino que habían sabido explotar nuestras debilidades en el momento preciso, de manera limpia y eficaz.

¡Quita coño! - Associated Press
¡Quita coño! - Associated Press

El fallo en el extra point dejaba a Packers 13 puntos abajo en el marcado. Había esperanza, poca, pero había. El ataque tan solo tenía que acompañar a la defensa. El equipo por fin mostraba la agresividad que se le pedía al comienzo del partido, y Jordan Love conseguía conectar varios pases de más de 10 yardas. Sin embargo, el fantasma de las lesiones llamaría de nuevo a la puerta de Green Bay. Jayden Reed se lesionaba al tratar de avanzar tras un pase de Love y el equipo perdía a su mejor receptor sobre el campo. Había que ingeniárselas sin Watson, sin Doubs y, ahora, sin Reed. Si lo que los Packers tienen es un equipo de receptores coral, era el momento de demostrarlo. Malik Heath salta al campo y con Bo Melton, Dontayvion Wicks y compañía tratara de ponérselo fácil a Jordan Love. Tras toda la noche jugando en formación shotgun, LaFleur recuerda que puede sacar provecho de su juego de carrera con jugadas de Play Action (jugadas de engaño). En un primer intento, la cosa no sale bien y un Love a la fuga lanza una booomba imposible de recibir hacia el lateral izquierdo donde Emanuel Wilson trata sin éxito solucionar la papeleta. Se vuelve entonces al shotgun sin demasiado éxito, hasta que, a la segunda, Love simula una jugada de pase para entregar el balón a un Jacobs que atraviesa la línea defensiva como un cuchillo la mantequilla y consigue avanzar a campo abierto. Agarrones, empujones, tirones que prueba la elasticidad de las camisetas oficiales, nada parece detener a un Jacobs que cae al borde la zona de anotación. Aunque dan touchdown en primera instancia, en la repetición se aprecia como contacta con la rodilla en el suelo antes de romper el plano vertical de la end zone con el balón. Con menos de 7 segundos para la finalización del tercer cuarto, la yarda restante tendría que ser conquistada a la vuelta de los vestuarios. Carrera fácil, para él, de San Jacobo que consigue otro TD más por tierra esta temporada y punto extra anotado por Faralo que deja el marcador en un inquietante, si eres de Philly, 10 a 16. Los Packers llegaban con posibilidades al cuarto definitivo, el cuarto donde se deciden los partidos y los jugadores se ganan sus contratos.

El ataque de Philadelphia tenía dos misiones. Aumentar la distancia con los Packers a dos anotaciones y consumir todo el tiempo posible en el intento. Y a ello se ponen atacando principalmente por tierra. Yarda a yarda, down a down van avanzando por el campo, pero con dificultad. La fiesta del primer cuarto es cosa del pasado y la defensa de los Packers les está obligando a trabajar duro para alcanzar los primeros downs, tush push incluidos. Y en estas estamos, cuando todo el trabajo de la defensa se va al garete ¿Cuándo? Cuando los Packers cometen una falta innecesaria en un momento clave del partido. en 2º y 7 en la yarda 45 de Green Bay, Hurts conecta un pase corto con Barkley en una jugada de bloqueo bien defendida por Packers, hasta que Nixon le mete lo que en España se conoce como una tollina al corredor cuando éste ya había salido por la banda. Dureza innecesaria, 15 yardas de penalización, y los Eagles comienzan su serie en la yarda 26 de Green Bay. El recadito de Nixon nos ha salido caro. Afortunadamente, la defensa seguía siendo capaz de minimizar todas las acometidas que llegaban por tierra, con la colaboración de los propios jugadores rivales que cometían sendos agarrones para sendas penalizaciones de 10 yardas cada uno. De esta manera, pasaron del 1º y 10 en la 14 de Green Bay al 3º y 13 en la 17. McKinney detiene la carrera de Hurts, y los Eagles se ven obligados, en 4º y 8 a tirar a palos. 10 a 19 en el marcador. Philadelphia comenzaba a respirar.

Con 7 minutos y medio de tiempo los Packers necesitan una serie de acciones explosivas, ¡Toma!, que les permitan recortar la distancia rápidamente. Con dos interceptaciones a sus espaldas y alguna que otra booomba que casi lo fue, LaFleur confía en el juego de carrera para comenzar la remontada. A una electrizante carrera de Jacobs tras una jugada de engaño, le sigue otra más corta de Wilson. Después, un pase al lateral que buscaba a Kraft y sus yardas después de recepción es cortado en seco por el siempre atento Zach Baun. Con 3 yardas para alcanzar el primer down, la carrera por el centro de Wilson es frenada en la misma línea de scrimmage por Nolan Smith y Jalen Carter. 4º down. Momento crítico. 3 yardas separan al equipo de caer en primera ronda. LaFleur diseña una jugada de pase, con hasta cuatro jugadores. Tucker Kraft en jugada de bloqueo y desmarque por dentro de los números en el lado derecho, Bo Melton en el slot débil para una ruta sencilla para atacar la zona media del rival, Wicks por dentro de los números en una ruta cruzada con Melton para atacar la misma zona y generar espacios y Malik Heath abierto en la banda izquierda. La defensa de Eagles plantea cuatro jugadores amenazando a la presión, los tres linebackers se colocan unas yardas por detrás para cubrir la zona media, los dos cornerbacks se colocan en hombre a hombre y se completa la defensa con dos safeties profundos para evitar big plays. Se inicia la jugada, Kraft bloquea a su par en la línea y sale al encuentro de su cornerback, Melton inicia su ruta pero se encuentra con Zach Baun, siempre Zach Baun, que le bloquea en un primer momento impidiéndole avanzar en su ruta de tal manera que provoca un colapso entre Melton y Wicks, que corría una ruta hook corta, la única alternativa era un Malik en plena ruta comeback corta. Love lanza un pase fuerte y elevado que obliga a Heath a realizar un escorzo en el aire para poder atraparlo. ¡Lo hace! pero su posición está al límite del campo y en la caída no es capaz de dejar los dos pies dentro del mismo provocando un pase incompleto. Las esperanzas de remontada se disipaban casi por completo. Solo un milagro podía meter a los Packers otra vez en el partido.

Los Eagles buscaban matar el partido en la 41 de los Packers, y confiaron en su mejor jugador de esta temporada para lograrlo. No querían regalar nada en forma de pase interceptado así que la posesión se jugaría exclusivamente por tierra. La defensa se mostró, una vez más, imperial deteniendo a la estrella rival. En las 5 jugadas que protagonizó Barkley, solo alcanzó un máximo de 5 yardas, para una media de 2,4 yardas por carrera. De no ser porque T.J Slaton se vino arriba y lanzó al corredor por los aires, con la consecuente penalización de 15 yardas, el tiro de campo de los Eagles no hubiese resultado tan sencillo.

Con 3 minutos y cuarto en el reloj y 12 puntos abajo en el marcador al equipo solo le valía jugar a la desesperada. Era el momento, ya no de remontar, sino de maquillar el resultado con alguna jugada espectacular que dejase un buen sabor de boca a los aficionados. Un consuelo menor. Las cosas no pudieron empezar peor. La línea ofensiva estaba totalmente descompuesta por las bajas de Jengkins y la mala noche de Tom y concedieron un primer sack en una presión de tres hombres. Telfort falla estrepitosamente en el bloqueo permitiendo a Williams correr directamente hacia Jordan Love golpeándole, Walker tampoco balancea bien y permite a Smith Jr. placar definitivamente a Love para una pérdida de 3 yardas. 2 de los 3 jugadores que enviaron a la presión los Eagles contactaron con nuestro QB. Mal asunto. Por si fuera poco, en el esfuerzo Telfort cae de mala manera sobre la pierna izquierda de Josh Myers, ocasionándole lo que podría ser una fea lesión. Myers tiene que salir del campo y su puesto lo ocuparía Sean Rhyan tras descartar a Jacob Monk. En la segunda jugada llegaría otra booooomba. Sexy esta vez. Preciosa espiral de Love que, esta vez sí, Malik Heath consigue bajar del cielo dentro de los límites del campo para un pase completo de 43 yardas. O no, porque comenzaba el festival de Sean Rhyan. Un agarrón del jugador anula la jugada, y los Packers pasan del 1º y 10 en la 35 de Eagles a un 2º y 23 en la 17 de Green Bay. Siguiente jugada, siguiente fallo de Rhyan. En un snap malísimo, Rhyan lanza el football contra su propio trasero provocando un fumble que es recuperado rápidamente por Jordan Love para poner el balón en juego y ganar alguna yarda. Con la defensa de Eagles jugando de manera preventiva, llegarían una primera jugada de bloqueo por la banda, sencilla pero muy efectiva, que permite a Wilson recuperar las 19 yardas que hacían falta para prolongar la posesión y alguna más de regalo. A continuación, un buen pase por el medio, un concepto sencillo pero muy efectivo contra defensa preventivas daba alas al equipo que ya se plantaba en territorio enemigo. 2 minute warning, y oportunidad para LaFleur de ingeniar una jugada de las suyas. Los receptores se preparan con un Love en shotgun que anticipaba a las claras lo que iba a pasar. Comienza la jugada, Melton corre una ruta post por el medio del campo prolongándola hacia el costado izquierdo dentro de la end zone cubierto por ¿Quién? Exacto, Zach Baun con la ayuda de Quinyon Mitchell en la cobertura. El balón vuela por el cielo de Philadelphia y… ¡boooooooombaaaa! pero de las malas. Pase interceptado por Mitchell que inmediatamente echa rodilla a tierra para sellar prácticamente el pase de los Eagles a la Ronda Divisional.

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La imagen dada por el equipo durante este último tramo de la temporada se corresponde con el nivel actual en el que se encuentra, ni más, ni menos. Este último partido no es más que un reflejo de lo que han sido los Packers 2024. Un equipo indisciplinado, que comente faltas en los momentos decisivos de los partidos. Un equipo al que le cuesta empezar a carburar en los partidos importantes acumulando diferenciales negativos que rara vez se pueden remontar. Un equipo que adolece de una preocupante falta de ambición y liderazgo, siendo el propio Jordan Love uno de los jugadores en el que esto resulta más evidente. Un Jordan Love que ha firmado unos números similares a los de su primera campaña, pero que ha mostrado una clara regresión en su juego. Volvemos a forzar lanzamientos sin estar en una buena posición corporal, abusando de los apoyos en la pierna trasera y volvemos a realizar malas lecturas y a tomar decisiones cuestionables que han supuesto pérdidas de balón evitables. Tampoco ayuda que el cuerpo de receptores se encuentre en el top 3 de la liga en caídas de balones, con tres de ellos, Wicks, Reed y Doubs en el top 10. Ni tampoco ayuda que el libro de jugadas de Matt LaFleur se muestre tan complejo pero simple a la vez. Abandonamos las jugadas sencillas, bloqueos, pases a la banda, atacar la zona media, por otras mucho más complejas con rutas cruzadas en profundidad, simplificando además la lectura de las defensas prescindiendo casi por completo de las jugadas de engaño (play action) o de lectura (RPO) y desaprovechando un juego de carrera muy potente. Por parte de la defensa, aunque los números, una vez más son similares a los del año pasado, es evidente que tenemos un problema en lo que a presión sobre el QB rival se refiere, así como una falta de talento en las esquinas. El equipo al completo debería hacer un examen de conciencia en lo que queda de año para analizar sus debilidades y afrontarlas durante el draft, durante el mercado de fichajes y durante la pretemporada.

La parte positiva es que estamos en un segundo año de reconstrucción tras haber dejado atrás una etapa con un QB de categoría Hall of Fame, que nunca son sencillas, en una buena posición. El año pasado fue una sorpresa agradable que no ha podido confirmarse este. Los sophomore slumps son habituales en este deporte. Los jugadores traídos en la agencia libre se han mostrado diferenciales tanto en dentro del campo, como en el vestuario. Jacobs y McKinney han completado un gran año, y están contribuyendo con su actitud a forjar el carácter de la plantilla más joven de la liga. Vía draft nos ha llegado un talento que apunta a diferencial en Edgerrin Kooper. Nuestro director general tiene por delante la ardua tarea de recomponer el cuerpo de cornerbacks, y añadir las piezas necesarias al equipo en las otras áreas donde también andamos algo cojos. Esperemos que el nuevo presidente, Ed Policy, elimine la burocracia intermedia impuesta por Mark Murphy y delegue más que éste en Gutenkurst, lo que dotaría a la franquicia de una mayor agilidad a la hora de abordar los problemas que se enquistan con el actual sistema.

Comienza esa travesía por el desierto que es la offseason con los ojos puestos en el futuro con ilusión.

Go Pack Go!

Bueno, pues hasta el año que viene si Gute quiere - packers.com
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Germán de la Puente