Llegamos ya a la jornada 11 de la liga regular con los Packers marcando un balance de 6 victorias y 3 derrotas y con las pilas recargadas tras la semana de descanso. Momento ahora de afrontar el último y decisivo tramo de la temporada para tratar de conseguir una de las plazas de play off. Para ello ayudaría que el equipo tratara de enmendar algunas situaciones en las que ha estado algo desacertado hasta el momento.
El ataque se sitúa en la parte alta de ciertas estadísticas que no son nada propicias para nuestros intereses. Por ejemplo somos el sexto equipo con más drops (23) y el sexto con más penalizaciones (37). Son errores mentales que se deberían limpiar para el tramo final de liga. Además somos los décimos que más balones perdemos (13 turnovers) y el primero en intercepciones con 10, todas a cargo de Jordan Love.
Nuestro QB debe tratar de cuidar más la pelota, sobre todo en ciertos momentos clave, pero también es cierto (sin que esto sirva de excusa en su toma de decisiones) que hasta ahora ha jugado mermado fisicamente. Y digo hasta ahora porque parece que tras la jornada de descanso el californiano está totalmente recuperado y ha podido entrenar sin molestias por primera vez desde que comenzó la temporada y sufrió la primera lesión en el partido inagural de la temporada.
Un Jordan Love sano significa que el equipo puede volver a emplear de forma regular las jugadas de play action que tanto le aportaron la temporada pasada e incluso evitar las presiones rivales saliendo en scramble (¿Alguien más echa de menos a Love soltando el brazo mientras va en carrera?).
Aún con todo lo negativo que estamos comentando, el equipo es uno de los máximos anotadores de la liga con 25.6 puntos de media por partido. Es un ataque que funciona bien y mueve cadenas con facilidad pero que al llegar a la red zone rival comete errores que le cuesta sumar aún más puntos. De hecho solo tenemos un 47.1% de eficacia en esas últimas 20 yardas lo cual no es nada bueno. Pero, y esto es un pero esperanzador, si conseguimos mejorar aunque sea ligeramente en cada uno de los aspectos que hemos visto y a eso le sumamos un Jordan Love que vaya encontrando un nivel de juego similar al que tuvo en la recta final de la pasada temporada, éste equipo va a ser capaz de dominar a las defensas rivales y de poner en el marcador una cantidad de puntos difícil de seguir.
En la parcela defensiva el equipo está jugando bien. Los jugadores se están adaptando al esquema que propone Jeff Hafley y las sensaciones hasta ahora son buenas. Nos situamos en la parte baja de la tabla en cuanto a puntos recibidos por partido (21.6) y encabezamos la lista de recuperaciones de balón. Pero hay algunas situaciones mejorables de las que me gustaría recalcar dos en especial.
La primera es que la linea defensiva sea capaz de generar más presión al QB rival sin necesidad de usar el blitz. Me refiero a que si bien cuando usamos esos esquemas y paquetes diseñados de blitz si se consigue ser efectivo a la hora de conseguir inquietar al QB rival, nos cuesta demasiado cuando lo tratamos de hacer solo con los cuatro jugadores de la linea defensiva. Creo que es justo reconocer que para Hafley es importante que es primordial que la linea trabaje para controlar al QB dentro del pocket y de impedir que el rival sea capaz de correr fácil por las zonas laterales (lo que allí conocen como “set the edge”) y que ese aspecto se está solventando de manera eficiente pero también es verdad que vamos a necesitar que, en especial en primer y en segundo down, nuestros jugadores sean capaces de ganar sus duelos individuales a los rivales para entorpecer el ataque rival.
El último apunte es para los tackles fallados. Acumulamos 74 durante la temporada (cuarto peor equipo de la liga) y para ser una buena defensa debemos mejorar en este aspecto y conseguir así limitar al máximo las yardas extras que permitimos a los rivales.
Por los comentarios de los entrenadores durante las ruedas de prensa de esta última semana se ha podido constatar que todos estos aspectos han sido tratados y considerados por nuestros entrenadores e incluso por los propios jugadores por lo que hay que tener esperanza en que se puedan ir solventando y que mejore el nivel del equipo.