Crónica: W6 – Packers vs Bengals

A la baja de Jayden Reed para el partido de la semana pasada (bueno, la anterior, pero se entiende) había que sumar la de Brandon McManus, cuádriceps, en una semana importantísima para el equipo. Era necesario volver a la senda del éxito después de la bochornosa imagen ofrecida ante unos Browns desahuciados y unos combativos Cowboys. Dejar atrás vilos vicios adquiridos y explotar nuestras fortalezas para, no solo conseguir una victoria en casa, sino que ofrecer una imagen más solvente.

Una de las señas de identidad del equipo la temporada pasada era lo mucho que le costaba a los muchachos entrar en los partidos. Esta falta de tensión inicial costó no pocos disgustos a los aficionados queseros. Sin embargo, para esta temporada el cambio de mentalidad es más que evidente y el equipo, especialmente la defensa, es una autentica apisonadora durante las primeras partes. 0 puntos, si, has leído bien, 0 puntos encajados durante los primeros cuartos y 22, de los cuales 16 corresponden al empate contra los Boys en Dallas, en los segundos, para una media de unos 4 puntos en la primera media hora. Poca broma esta defensa. El ataque no anda a la zaga y ha conseguido una media de 11 puntos en el mismo periodo. Guarismos suficientes para encarar las segundas partes con la tranquilidad que aporta el ir por delante en el marcador.

El encuentro no pudo empezar de mejor manera que con un Jordan Love muy inspirado realizando un scramble (jugada de evasión de la zona de protección que demuestra agilidad y buenas piernas) y un pase en carrera de 21 yardas atrapado por un Romeo Doubs completamente desmarcado en el centro del campo. Jordan daba la de arena para algarabía del público presente en Lambeau Field. No había sido un espejismo. Love seguiría corriendo para alargar la posesión en un 3º y 7 tras recortar y amagar a un par de defensores. La de cal vendría un par de jugadas después cuando la peor versión del joven jugador emergía cual Mr. Hyde con un dropback larguísimo, un intento de evasión hacia la banda debido a la poca protección del lado izquierdo de la línea, para terminar con un pase precipitado y muy comprometido hacia Doubs que, irremediablemente acabó en interceptación. Así moría una primera posesión en la que el equipo atacaba por tierra hasta en ocho ocasiones antes de este incidente.

Se las prometían muy felices los Bengals, pero esta defensa es una cosa muy seria. En sus siguientes cuatro posesiones, el ataque comandado por Joe Flacco fue incapaz de llegar siquiera hasta territorio enemigo. Cuatro posesiones, cuatro despejes. Joe Flacco debió sufrir un déjà vu atroz al experimentar por segunda vez, en el mismo escenario y con los mismos colores el dominio total de la defensa quesera de su partido con los Browns a finales de Septiembre. 

Tras el primer despeje, llegaba la segunda posesión de Green Bay. Una posesión con un libro de jugadas mucho más variado, percutiendo por tierra con Jacobs, o empleando jugadas de engaño diseñadas para Savion Williams o Matthew Golden. Un Golden que ya va entrando más en la dinámica de ataque del equipo y que va poco a poco demostrando porque fue elegido en primera ronda. Corre bien sus rutas ganando separación, ofrece buenas manos en la recepción y es capaz de generar yardas posteriores gracias a su agilidad. La posesión consume todo el tiempo restante en el primer cuarto, que finaliza con el resultado gafas. 0 a 0.

En el fragor de la batalla, Jacobs emerge imparable - packers.com
En el fragor de la batalla, Jacobs emerge imparable - packers.com

Llegaba entonces el momento para una de las historias de la noche. NFL, ya se sabe, es una fábrica de ellas. Con McManus fuera de juego, el equipo tenía la opción de confiar su juego de patada al joven jugador Mark McNamee procedente del programa de integración internacional (IPPP en inglés), pero vivimos tiempos de urgencia. En un movimiento sorprendente se decide incorporar el Sábado, 24 horas antes del partido, a Lucas Havrisik. Jugador que pasó sin pena ni gloria por los Rams en 2023 debido a sus discretos porcentajes de éxito en tiros de más de 40 yardas. Havrisik se encontraba jugando con los Renegades de Dallas (UFL) cuando recibió la llamada. Casi sin tiempo para aterrizar se ponía a las órdenes de Rich Bisaccia, se colocaba las protecciones y tenía que lanzar a palos desde 43 yardas. ¡Y el experimento salió bien! Con un lanzamiento potente y centrado, Havrisiki ponía los primeros tres puntos en el marcador de Green Bay.

Tras una serie de despejes de uno y otro equipo, en los que lo más destacable es que seguimos sin dar con nuestro retornador de referencia, llega el turno para otra larga posesión del equipo. Cuando parecía que Hendrickson y el resto del front-7 de Bengals había encontrado la manera de presionar a Love y cerrar las puertas de Jacobs, llegaría la jugada del partido. Pongámonos en situación. Tras una carrera sin avance neto y un pase incompleto, el equipo afrontaba un 3º y 10 desde su propia yarda 30. Todo el estado de Wisconsin sabía que la siguiente jugada iba a ser una bomba en profundo. Y lo fue, tras un dropback comedido gracias a una buena contención de la línea, Love conecta una maravillosa espiral que cae suavemente sobre el regazo de un agradecido Golden para un completar un precioso pase de 35 yardas. En la siguiente jugada, de nuevo Love y de nuevo usando su tren inferior conecta un pase corto con Jacobs, que hace el resto para completar una jugada de otras 29 yardas. Del 3º y 10 en la 30 propia al 1º y gol en la 6 rival en dos fogonazos. Capaces de lo mejor y de lo peor, pero con esa facilidad para «resetear» la cabeza y no arrugarse con los errores. La guinda del pastel la pondría el propio Jacobs con su primer TD de la noche.

¿La respuesta de Bengals? Otro 3 y fuera para una pérdida de 2 yardas cortesía de una de las mejores defensas de la liga. Sin embargo, la suya también juega y obliga a los nuestros a despejar, dejando la última posesión de la primera parte en manos de Cincinnati. Con muy poco tiempo restante, algo más de un minuto, los Bengals se lanzan a la desesperada para tratar ya no de llegar a la zona de anotación, sino a una distancia segura para ejecutar un tiro de campo con ciertas garantías. Las jugadas se suceden y poquito a poco van logrando su objetivo. Avanzan por el campo, consumiendo muy poco reloj a base de pases cortos hacia la zona izquierda del campo. Tic Tac. Tic Tac. En la penúltima jugada, un pase de 9 yardas pone, paradójicamente, la posesión en peligro, cuando el center corre para poner el balón en juego, pero se entretiene demasiado dejando el contador a 0. Los cebras revisan la jugada y conceden 1 segundo extra para que los Bengals ejecuten un improbable tiro de 67 yardas. El récord histórico lo tiene Justin Tucker con 66 yardas en un partido de los Ravens contra los Lions en 2021.

Que sea improbable no quiere decir que sea imposible. Esto es la NFL y aquí nadie regala nada. McPherson se acomoda. Habla con su holder, Ryan Rehkow. 67 yardas. Los Packers todavía conservan tiempos muertos. Se inicia la jugada, el LS pone el balón el juego, el holder recoge el balón, lo coloca en su sitio y orienta el cordaje. Suena un silbato. McPherson chuta y el balón vuela por el cielo de Green Bay. Y vuela. Y vuela. Parece que es bueno. Por poco, pero lo parece. Golpea en el poste bajo y… ¡Entra! McPherson logra un hito histórico. ¿Logra? ¡No! Tiempo Muerto Green Bay. En la repetición se puede ver como LaFleur se coloca en la cara del árbitro para hacer la señal oportuna en el ultimísimo momento antes de la jugada, privado al bueno de Evan y a la NFL de su récord.

10 a 0 a favor de Green Bay. Poca recompensa para tanto dominio.

El pase del día es oro puro - packers.com
El pase del día es oro puro - packers.com

Decíamos que esta temporada, los Packers entran en el partido como auténticos quesos de bola anulando a sus rivales y aprovechando sus oportunidades distanciarse en el marcador. También podemos decir que, aunque a la vuelta del túnel de vestuarios la defensa sigue totalmente alerta, al ataque le cuesta entrar en juego. Llegan los ajustes de los rivales, el equipo deja de carburar y eso se nota. Poco más de 3 puntos de media, con dos roscos incluidos (Browns y este mismo partido). Es, con diferencia, el peor cuarto para el equipo en este sentido. Por suerte para nosotros, los mismos puntos que logra el ataque en estos terceros cuartos, son los que permite la defensa. Mientras dura la gasolina del pass rush, el esquema defensivo se sostiene. Este partido no es una excepción, pero con matices.

Los Bengals recibían la posesión e iniciaban una serie de jugadas que iba a consumir la nada despreciable cifra de 10 minutos y 14 segundos. Dos tercios de reloj. El comienzo de la misma no podría ser peor para sus intereses. A pesar de lograr un retorno de 39 yardas a cargo de Charlie Jones, Drew Sample cometía un innecesario agarrón y obligaba a su equipo a comenzar desde la yarda 22. Lo que hace un par de años hubiese sido un comienzo de posesión normal y corriente, este, tras las modificaciones en las reglas sobre los saques, se convierte en un comienzo complicado. Máxime si tu intención es intentar una remontada con un QB de 40 años al mando de las operaciones. La carrera de Bengals empezaba a castigar el lado derecho de la línea ofensiva y lograba mover cadenas con dificultad. Tras una carrera detenida en primera instancia, pero imposible de detener en una segunda gracias al empuje literal de sus compañeros, llegaría la primera conexión seria de Flacco son sus receptores. Un preciso pase de Flacco en dirección a la parte izquierda del campo era atrapado por Chase para una ganancia de 12 yardas. Este pase supuso una epifanía para Flacco que pareció caer en la cuenta de que los Bengals cuentan con dos superclase en la posición como son Tee Higgins y Ja’Marr Chase. Siguiente jugada, mismo objetivo pero distinto lado del campo. Otras 7 yardas, y la sensación de que a la defensa se le estaba empezando a agotar combustible.

Con el brazo de Flacco más suelto, el ataque de Bengals se volvía más imprevisible, enlazando con éxito tanto jugadas de carrera como de pase. Lenta pero irremediablemente el rival avanzaba por el campo sin que la defensa pudiese ofrecer una respuesta clara. Una milagrosa carrera de 1 yarda de Perine prolongaba un poquito más la agonía. La presión ya no llegaba con tanta fuerza, permitiendo a Flacco contar con el tiempo necesario para explorar nuestras debilidades en la secundaria. Así, pase a pase, Chase e Higgins se aprovechaban de nuestro sistema de coberturas y de nuestra falta de talento diferencial en esa parcela para introducirse de lleno en nuestra zona de peligro. De nada sirvió que Higgins tuviese que retirarse momentáneamente para someterse al protocolo anticonmociones, ni que Van Ness lograse el primer sack del equipo. Tanner Hudson tomaba el relevo en sus rutas de la mejor manera y lograba sumar los primeros 6 puntos en el marcador de Bengals tras una recepción in extremis al límite de la zona de anotación. Los Bengals se ponían a 3 puntos y los Packers empezaban a mostrar signos de flaqueza. Hacía falta una respuesta.

Y esta llegó de una manera más electrizante que la exhibida por los Bengals. Una serie de conexiones Love to Doubs, apoyadas sobre las profundas acometidas ejecutadas por Jacobs una y otra vez, movía las cadenas con rapidez y permitía al ataque adentrarse en la zona de peligro rival en apenas 8 jugadas. En este momento, con poco más de 40 segundos para la finalización del tercer cuarto, LaFleur decide que es mejor planificar lo que queda de posesión en el vestuario, no sin antes intentar una obligada carrera de Jacobs que consigue apenas 3 yardas. El reloj se terminaba y el equipo arrancaría el último cuarto con la oportunidad de responder al touchdown anterior de Bengals desde la yarda 14 para mantener el partido bajo control.

¡Chúpate esa Ja'Marr! - packers.com
¡Chúpate esa Ja'Marr! - packers.com

Dicho y hecho, en la primera jugada tras la pausa, Jacobs atraviesa la línea defensiva de Cincinnati como un cuchillo atraviesa un trozo de mantequilla para lograr su segundo touchdown de la noche. El cuarto en dos partidos consecutivos. La defensa de Bengals ha perdido la batalla con la línea ofensiva, que, esta vez sí, ha conseguido abrir vías de carrera aprovechables. 5,2 yardas por carrera para el bueno de Jacobs, la más alta de lo que llevamos de temporada, dato muy alejado de aquellas 1,9 yardas por carrera del partido contra Browns.

Comenzaba el último cuarto del partido siguiendo la misma tendencia de lo que llevamos de temporada. El último cuarto loco. Y es que tras tres cuartos en los que la defensa se exprime al máximo para reducir las anotaciones, es complicado que en el último los jugadores tengan la energía suficiente para mantener ese nivel. La presión deja de ser tan agobiante, lo que provoca que los pasadores rivales exploten nuestra mayor debilidad de este año, que es la secundaria. Se producen los efectos negativos de la conocida como teoría de la manta (si presionas mucho al QB dejas a la secundaria desguarnecida y viceversa). Esto se traduce en un aumento significativo de los puntos permitidos al rival, 12 de media.

Afortunadamente, esta circunstancia es común para todos los equipos, y el ataque se aprovecha de ello encontrando con más facilidad la zona de anotación rival. Casi 11 puntos de media. A pesar de ello, el neto de este parcial es negativo, lo que convierte los finales de partido en un carrusel de anotaciones en los que salimos perdiendo, no así en el global del partido donde aprovechamos la renta obtenida en los cuartos anteriores. Este último cuarto no es una excepción.

Tras el TD de Jacobs, el marcador se sitúa en 17 a 7. La respuesta de Bengals llegaría explotando el juego de pase. Flacco conectaba una y otra vez tanto con Ja’Marr como con Higgins. Flacco sumaba yarda tras yarda hasta alcanzar las 219 totales, de las cuales solo 41 se lograron en la primera parte. Afortunadamente en el momento clave, Nixon desvía un pase en dirección a Andrei Iosivas que buscaba el 1er down, obligando a McPherson a tirar a palos desde unas más que asequibles 45 yardas. 17 a 10. El partido quedaba en una anotación de diferencia entre ambos equipos, un mal menor a tenor de lo visto sobre el terreno de juego.

Las elaboradas posesiones de Bengals contrastan con las afiladas de Packers. Si en la primera parte los Packers controlaban el balón el 66% del tiempo, en esta segunda eran los Bengals, los que alcanzaban esa cifra. Menor tiempo de posesión del ataque pero mayor efectividad. En apenas 6 jugadas llegaría la respuesta de Green Bay para encarrillar definitivamente el partido. Un par de pases profundos a Doubs y Jacobs seguidos de otra carrera del propio Jacobs y otro scramble de Love colocaban al ataque en la yarda 35 de Bengals preparados para asestar la puñalada definitiva. Un pase lateral corto (flat) para Kraft, que se abre paso llevándose por delante a cuanto defensor se cruzaba en su camino sirve para colocar el 24 a 10 en el marcador con 7 minutos por jugar. A pesar de la ventaja, aún quedaba partido.

El siguiente ataque de Bengals iba a tratar de explotar nuestra secundaria a base de pases de media distancia. Una y otra vez buscaban a sus receptores aprovechándose de nuestra defensa en cobertura. 9 yardas, 7 yardas, 5 yardas, 6 yardas, la defensa no era capaz de dar respuesta a este vendaval de juego aéreo. Con los Bengals una yarda por detrás de la frontera que delimita la zona de peligro y en tercer intento, Flacco trata de conectar con Ja’Marr Chase. Carrington Valentine se impone al receptor y trata de provocarle al más puro estilo Alexander. Nunca es buena idea provocar a una estrella de la liga. Zac Taylor se juega el cuarto down lejano a la desesperada repitiendo la jugada pero cambiando de banda y esta vez sí Chase logra imponerse a Nixon y a McKinney para subir los 6 puntos al marcador devolviéndole la provocación a la defensa. Taylor dobla la apuesta y lejos de buscar el empate va a por todas. Intento de 2 puntos. La defensa presiona a Flacco pero este escapa y conecta con Brown dejando el marcador en un preocupante 24 a 18. Una pérdida del balón y se podría echar por la borda el partido.

Con 4 minutos de reloj, los Packers solo necesitan subir tres puntos al marcador llevándose consigo todo el tiempo posible y eso se consigue jugando por tierra. Jacobs y otra vez Love se ajustan al plan, pero un inoportuno sack encajado por un fallo en la protección de lado izquierdo complicaba las cosas. Afortunadamente, Love conectaba un pase de 31 yardas con Golden que posibilitaba un tiro cercano para Havrisik. 27 a 18 y menos de dos minutos. Misión cumplida. A los Bengals aún les quedaban ganas de guerra, pero sus intentos de remontada morían con una serie de pases bien defendidos que obligan a un tiro lejano de 56 yardas que no fue a ninguna parte.

Victoria más sufrida de lo que indica el marcador, pero victoria al fin y al cabo. Podemos sacar conclusiones positivas con un Jordan Love que incorpora los scrambles a su arsenal de armas ofensivas, un Matthew Golden que empieza a encontrar la química necesaria para generar jugadas explosivas, un Jacobs que puede aprovechar un mejor trabajo de la línea y una defensa que es capaz de secar a los ataques rivales durante buena parte del partido. ¿Conclusiones de connotación negativa? Nuestra defensa contra el juego aéreo depende mucho de la presión que el front-7 es capaz de conseguir. Con un jugador diferencial como Micah Parsons, este sistema se sostiene durante más tiempo, pero no conviene «quemar» al jugador. Seguimos buscando la fórmula para los retornos. En este partido hemos probado a Romeo Doubs en los despejes. Un riesgo innecesario para un jugador con problemas de conmociones cerebrales.

Próxima parada Glendale, Arizona, donde esperan unos necesitados Cardinals.

¡Hasta luego Lucas! - packers.com
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Germán de la Puente

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