En la tercera ocasión en la historia de la liga que los Packers se comen el pavo en casa, se presentaba un partido con muchas dudas para ambas aficiones. De un lado, la quesera, con ganas de confirmar que el bache de juego sufrido desde finales de Octubre ha sido finalmente superado, del otro, los bakalaeros, con ganas de seguir soñando con jugar partidos eliminatorios en Enero.
Tras una serie de victorias feas, pero victorias al fin y al cabo y una derrota muy fea contra unos intratables Lions, el equipo pudo redimirse venciendo a unos mermados 49ers. Se identificaron las áreas de mejora, y los jugadores subieron el nivel para lograr una victoria sin paliativos contra un rival al que se le tienen ganitas en el Packerverso. Era el turno de demostrar que la mejora en el rendimiento del equipo no había sido queso fresco de un día ante un equipo en clara trayectoria ascendente. Había que aprovechar la primera Frozen Tundra de la temporada.
Tanto Dolphins, como 49ers y también Packers son equipos cuyas cabezas pensantes son ramas del árbol de entrenadores Mike Shanahan. O quizás deberíamos empezar a decir del arbusto de los Redskins de 2010-2013. Un equipo el de Washington que aglutinó a una cantidad de talento pocas veces vista en distintos puestos dentro de la nómina de entrenadores. Shanahan hijo, Sean McVay, Mike McDaniel, Matt LaFleur, Raheem Morris, todos ellos dirigen equipos NFL en la actualidad. Tanto Shanahan como McDaniel han sido capaces de construir sendas ofensivas que son la envidia de la liga. Ataques muy imaginativos, muy variados, que ofrecen muchas jugadas de engaño a las defensas rivales para martillear el marcador de los rivales. No obstante, estos ataques se basan en un concepto, y a la postre en un jugador que los hace funcionar. Son esquemas que dependen del buen hacer de esa pieza clave que hace que todo funcione. En el caso de los 49ers, su sistema es QB independiente. Da igual si detrás del center se sitúa Garoppolo, Mullens o Purdy, la pieza fundamental no es otro que Cristian McCaffrey. En una era en la que el juego de pase lo es todo, Shanahan ha enseñado al resto de la liga que lo más importante es tener un juego de carrera sólido y eficiente. Si el destino de los 49ers está ligado a CMC, el de los Dolphins depende del estado de forma de Tua Tagovailoa. Al contrario que los Niners de Shanahan, los Dolphins de McDaniel son totalmente QB dependientes. Para que todo fluya a la velocidad a la que nos tiene acostumbrados Miami, el equipo necesita al pasador más rápido de la liga. Sin su capacidad de analizar y ejecutar en apenas un par de segundos el ataque se atasca, no fluye. La ausencia de ambos jugadores ha marcado el devenir de sus equipos esta temporada, que contaban por derrotas sus ausencias.
¿Y qué es lo que han hecho los Packers cuando ha fallado la piedra angular sobre la que gira el proyecto?Ganar. Cierto es que su toma de decisiones pone nervioso a más de uno y más de dos, y que la gestión de los tiempos muertos es mejorable, pero lo que no se puede negar es que Lafleur gestiona el vestuario adaptándose a los recursos de los que dispone en cada momento. Es capaz de involucrar a todo el equipo haciéndoles partícipes de los éxitos y responsables de los fracasos. Busca, con su estilo dialogante, que toda la plantilla esté a muerte tanto con él como con el equipo. Esta es una de las cualidades que pasa más desapercibida por los aficionados del equipo. Así, sin Jordan Love, LaFleur ha conseguido sacar lo máximo de un QB rebotado de Titans, adaptando su plan de juego a las bondades del jugador para contar sus participaciones con victorias. Un poco al estilo Sean McVay, otra de las ramas de Redskins que es capaz de convertir en virtud la necesidad y sacar petróleo de lo que dispone.
Así pues, como comentábamos al principio de la crónica, unos Dolphins con ganas de reivindicarse y de confirmarse como un candidato para los playoffs se presentaba en Lambeau Field con toda la intención de comerse el pavo, NUESTRO pavo, de Acción de Gracias. Les duró el sueño aproximadamente minuto y medio. Ese fue el tiempo que transcurrió desde el inicio del partido hasta que los equipos especiales, si, estás leyendo esto en una web especializada en los Green Bay Packers, lograron hacerse con el balón tras un espectacular despeje, y van… , de Daniel «lapongodondequiero» Whelan en su yarda 13.
El comienzo no había sido esperanzador para el equipo. Un par de pases incompletos, una falta, y recuerdos de Vietnam en forma de pseudo Tuck Rule favorable para nuestros intereses, obligaban al equipo a despejar en su primera posesión en lo que en el argot se conoce como 3 y fuera.
Washington la lía en la recepción del despeje y un atentísimo Robert «Scoota» Rochell atrapa el balón en la yarda 9 de Miami. Momento muy especial para el jugador, que la mañana del partido recibía la noticia de que dos de sus amigos de la infancia habían fallecido en un tiroteo en su ciudad natal, Shreveport. Lejos de eludir sus responsabilidades, hizo frente a la adversidad de la mejor manera posible cuajando un gran partido que comenzó con este momento. Por este motivo, al finalizar el encuentro, LaFleur le entregó uno de los balones del partido, para alegría de unos compañeros que tienen en alta estima al bueno de Scoota. Familia.
El ataque no desaprovecha el esfuerzo de los equipos especiales, y tres jugadas después, primer touchdown del partido para los Packers. Tras tratar de alcanzar la zona de anotación por tierra con JotaJota, un excelente pase de Jordan Love atrapado por Jayden Reed en una jugada de engaño, consigue subir los primeros 6 puntos al marcador local. Un lanzamiento con la fuerza justa en una preciosa diagonal, orientado al hombro exterior del receptor que lo sitúa en clara ventaja sobre el defensor. Así sí Love.
Tras un fulgurante inicio, era el turno de la defensa. El objetivo era claro, presionar a Tua para no darle tiempo a pensar. La responsabilidad caía sobre nuestros edge rushers en una temporada en la que esta faceta del juego está siendo una de las peores del equipo. La ejecución del plan obligaba a subir el nivel para que éste funcionase y vaya si lo hizo. En tan solo 3 jugadas Tua pudo recibir el amor que se prodiga en Wisconsin en forma de clásico abrazo norteño. Primer sack del partido que no subiría al marcador por la otra lacra de esta temporada, las penalizaciones evitables. Sea como fuera, un Miami poco habituado a las bajas temperaturas no fue capaz de entrar en ritmo de partido y la defensa consiguió forzar el despeje de Bailey.
La respuesta de Green Bay tenía que ser contundente. Entre un imperial Tucker Kraft por aire y un Josh Jacobs tirando de galones por tierra consiguen llevar el ovoide a la yarda 28 de Miami. El equipo estaba cerca, pero había que conseguir anotar para alcanzar las dos anotaciones de ventaja. En lugar de jugar a lanzar melones a la espalda de la defensa, LaFleur opta por tierra. Con JotaJota aprovechando los huecos abiertos por la línea ofensiva en carreras por el interior, era el turno de probar a correr por fuera con Emanuel Wilson. 15 yarditas en un complicado 3º y cuatro ponían al equipo al borde de la zona de anotación. Jacobs remata la posesión anotando por el centro en una formación pesada del equipo (personal 12, es decir, 1 running back y 2 tight ends). Otro touchdown para el equipo, que no solo se coloca con dos anotaciones de ventaja, sino que ha conseguido frenar el ataque rival negándole la oportunidad de subir puntos al marcador. La apuesta de LaFleur por tener la posesión del balón en el primer cuarto y marcar el ritmo del partido le había salido redonda. Atrás quedan aquellos partidos en los que al equipo le costaba entrar en ritmo de partido.
Segundo cuarto y posesión para unos Dolphins que ya empezaban a intuir que se les estaba escapando el partido y en menor medida, la temporada. En una posesión larga, los Dolphins avanzaron con su estilo habitual de pases rápidos y algún destello por tierra, no serían muchos, de Achane. La defensa se mostraba incapaz de detenerles hasta que se produce el momento Hermanos Marx del partido. Yarda 25 de Green Bay, Miami en 4º y 4, la Campbelización (¿No sabes a qué nos referimos? ¡A qué esperas para apuntarte al grupo de Telegram!) hace acto de presencia en Lambeau Field y McDaniel se la juega (go for it). La tensión es evidente y los jugadores de Miami se congelan a la hora de poner el balón en juego. Delay of the Game (hay un cronómetro que indica el tiempo máximo para poner el ovoide en juego), y 5 yardas de penalización. En 4º y 9, McDaniel hace caso al angelito de su hombro derecho y decide tirar a palos desde 47 yardas. Sanders, Jason, conecta un buen disparo y anota… ¡Pero no vale! Slaton se ha adelantado a la jugada invadiendo la zona neutral y 5 yardas de penalización para Packers. Vooolvemos a la yarda 25 en 4º y 4 para Miami. El diablillo de su hombro izquierdo le dice que se la juegue, y McDaniel se la juega. A la segunda va la vencida, o algo parecido, y Tua consigue conectar una buena espiral a la espalda de nuestros linebackers para meter a los suyos en nuestra zona de peligro. Tocaba dar el do de pecho y tratar de pararles en una de las facetas que no se nos está dando bien este año. La zona de peligro (red zone) ya sea en ataque o en defensa. Primer down, carrera de Achane detenida por Mosby para una pérdida de 6 yardas. Segundo down pase de Tua para Washington para 0 yardas. Tercer intento, pase incompleto por el centro para Mostert. Cuarto intento. ¿Angelito o diablillo? McDaniel es un tipo sensato y elige tiro a palos. Más de 7 minutos consumidos en 12 jugadas para un avance de 55 yardas y lo que es más importante, solo 3 puntos en el marcador. Los Dolphins nos estaban haciendo el trabajo gracias a una defensa solvente en los momentos decisivos.
Los jugadores de ambos equipos ya estaban más calientes, si es que eso es posible cuando juegas a temperaturas bajo cero en el norte de Wisconsin, y eso se notó en un par de posesiones que acabaron en sendos despejes. La posesión del football volvía a manos queseras con poco más de 3 minutos por jugar, era el momento de meter al pececillo en la cesta. El plan de juego seguía apoyándose en el juego de carrera para amenazar por aire a la defensa de Florida. Jordan Love conecta un gran pase con un Christian Watson que buscaba reivindicarse tras las críticas recibidas la semana pasada. Un pase profundo, a la espalda de los laterales y ventajoso para un receptor que ha sabido ganar la separación por velocidad pura. Así si Christian.
Miami intentaba parar el ataque quesero empleando sus tiempos muertos, pero la suerte estaba echada. En tercer intento y dos yardas para lograr el primer down dentro de la zona de peligro de los Dolphins, Love conecta con Jayden Reed, que se revuelve y vuela hacia la zona de anotación para lograr el touchdown. 21 a 3 en el marcador y tan solo 1:36 por jugar.
En otros deportes, quizás, no pueda pasar nada en poco más de minuto y medio, pero amigos, esto es la NFL y aquí en un minuto y medio se pueden decidir partidos e incluso temporadas. Totalmente desesperados por no irse con tres puntos al descanso, fuerzan la máquina a base de pases rápidos de Tua «MachineGun» Tagovailoa. La doble cobertura a Tyreek Hill funciona y a Tua no le queda más remedio que buscar a Jonnu Smith, el mejor receptor de la noche para los delfines. Realizan cuatro electrizantes jugadas en menos de treinta segundos para avanzar hasta la prácticamente el medio del campo. Hafley lee la situación a las mil maravillas e impide el avance de los Dolphins en las siguientes jugadas. Todas de pase, todas bloqueadas de un modo u otro. Con 27 segundos por jugar no hay nada que perder, y el diablillo empuja a McDaniel a jugarse un cuarto down de cinco yardas en la 38 de Green Bay. El pase que buscaba a Achane pero el pase es demasiado fuerte y elevado como para que pueda atraparse. Balón para Green Bay con 22 segundos por jugar.
En otros deportes, quizás, no pueda pasar nada en poco más de 20 segundos, pero amigos, ¿Esto es? ¡la NFL! Y aquí en 20 segundos pueden caer hasta dinastías. Al contrario que otras semanas donde LaFleur ha sido más conservador, en esta ocasión sí que se busca la zona de influencia de Brandon McBuennus, nuestro faralo favorito (pide acceso al telegram, de verdad… ). Con tres tiempos muertos, se podía amenazar a los Dolphins tanto por la banda para parar el reloj como por el centro. Love busca en sendas jugadas a Tucker «queso en finas lonchas» Kraft quien consigue ganar muchas yardas a base de abrirse paso a empujones tras la recepción. Nadie puede pararle, ni a él ni a unos Packers que esta vez sí, creen en si mismos. Tras una carrera de Brooks por el centro, LaFleur emplea su último tiempo muerto para parar el reloj a falta de 3 segundos del final. Faralo anota el tiro de campo de 46 yardas y los Packers se marchan al descanso 24 a 0 gracias a una decisión valiente del entrenador al ir a por el tiro de campo y no conformarse, una gestión correcta de los tiempos muertos y un equipo que cada día que pasa cree más en si mismo.
Y hasta aquí el partido de Acción de Gracias, porque en la segunda mitad los Packers se dedicaron a gestionar el reloj y la ventaja mientras que los Dolphins trataban sin éxito de buscar la remontada.
A destacar de esta segunda parte, una preciosa conexión de 46 yardas entre Jordan Love y Christian Watson que servía para desatascar la primera posesión de los Packers en la segunda mitad, tras una defensa muy sólida que había sido capaz de anular la primera de los Dolphins (3 y fuera). Era un momento de 3er intento y 6 yardas en la número 26 propia que se convirtió gracias a Love y Watson en una 1ª y diez en la 28 de Miami. Buena decisión y mejor pase. Lamentablemente, la posesión no cristalizó del todo acentuando uno de los problemas de esta temporada. La eficiencia en la red zone. Field Goal convertido pero 3 puntos menos que suben al marcador. También a destacar un no pase de Jordan Love ya en el último cuarto. La jugada estaba diseñada para un pase largo, lamentablemente la defensa de Dolphins lee con anticipación la jugada y cubre adecuadamente al receptor. Jordan, en lugar de jugarse el ya clásico hero ball o melón como decimos por aquí, se lo piensa mejor, no sabemos si por los efectos del Toyotathon, y realiza un pase sencillo para Josh Jacobs que asegura la posesión ganando un buen número de yardas y evitando la que posiblemente hubiese sido la interceptación de la noche. Segunda semana consecutiva en la que Jordan está cuidando mucho mejor el ovoide.
Por parte de los Dolphins, no deja de ser curioso que su primer touchdown de la noche llegase en una jugada de pase corto y bloqueos para Achane que anota por tierra abriéndose paso gracias a sus líneas ofensivos. Decimos que es curioso que el touchdown llegase por tierra porque de las 375 yardas que consiguieron los Dolphins solo 39 fueron por tierra. De los 20 primeros downs logrados, solo uno fue por tierra, el resto todo por aire. Parece que no solo trajeron al partido los maravillosos uniformes de los 90, con su delfín con casco, sino que también se trajeron el espíritu de Dan Marino.
Al final, 30 a 17 en el marcador final y la sensación de que el equipo sigue creciendo.
Germán de la Puente