El día antes de que la NFL permite el contacto con los jugadores de manera legal nos llegaban rumores del rutilante fichaje de Josh Jacobs por los Packers. Muchos aficionados paladeábamos un backfield de relumbrón con la doble amenaza que supone tener al mejor running back de 2022 con nuestro eléctrico Jones. Todos dábamos por hecho que, aunque caro, pocos equipos podrían contar con una pareja de corredores tan estelar, y todos dábamos por hecho que los movimientos en la franquicia para encajar a estos dos pedazo de jugadores iban más orientados a alguna reestructuración de Jones y a la no reincorporación de Dillon.
Pero no. 24 horas después, a la afición quesera se le rompía el corazón cuando se anunciaba la salida del equipo de nuestro número 33. NFL, deporte de narrativas y despedidas, que hoy nos toca a nosotros.
Es difícil sintetizar en pocas palabras lo que ha significado Aaron Jones para los Packers en los últimos tiempos. Tanto fuera como dentro del campo.
Baste decir que Aaron Jones es el tercer jugador en la historia de los Packers con mayor número de yardas de carrera, con una media de 5 por acarreo:
# | Jugador | Partidos | Carreras | Yardas | Yardas por carrera | Yardas por partido |
1 | Ahman Green | 104 | 1851 | 8322 | 4,5 | 80,0 |
2 | Jim Taylor | 115 | 1811 | 8207 | 4,5 | 71,4 |
3 | Aaron Jones | 97 | 1177 | 5940 | 5,0 | 61,2 |
4 | John Brockington | 85 | 1293 | 5024 | 3,9 | 59,1 |
5 | Tony Canadeo | 116 | 1025 | 4197 | 4,1 | 36,2 |
6 | Ryan Grant | 67 | 955 | 4143 | 4,3 | 61,8 |
7 | Dorsey Levens | 102 | 1006 | 3937 | 3,9 | 38,6 |
8 | Clarke Hinkle | 113 | 1171 | 3860 | 3,3 | 34,2 |
9 | Gerry Ellis | 103 | 836 | 3826 | 4,6 | 37,1 |
10 | Paul Hornung | 104 | 893 | 3711 | 4,2 | 35,7 |
Se encuentra por delante de leyendas como Tony Canadeo, Clarke Hinkle o Paul Hornung entre otros, que jugaron, además, en una época en la que el juego de carrera tenía mucha más repercusión en el juego. Además, Jones ha sido bastante prolífico a la hora de anotar touchdowns recogiendo pases gracias a su habilidad para escabullirse en la zona de anotación rival y encontrar espacios.
Todas estas yardas y recepciones, han tenido su reflejo en el número de touchdowns logrados durante su carrera con el equipo. Por ejemplo, es el cuarto jugador histórico en touchdowns de carrera:
# | Leyenda | Partidos | TDC |
1 | Jim Taylor | 115 | 81 |
2 | Ahman Green | 104 | 54 |
3 | Paul Hornung | 104 | 50 |
4 | Aaron Jones | 97 | 45 |
5 | Verne Lewellen | 102 | 37 |
Comparte mesa con nada menos que jugadores de la talla de Taylor, Hornung, Green y del legendario punter Lewellen. Si ampliamos la lista para hacer un recuento de los touchdowns totales, tanto de pase, como de recepción o de retorno, para jugadores del backfield, Jones sube un puesto y se sube al podio en tercera posición, gracias a su habilidad para recoger pases en los momentos clave:
# | Leyenda | Partidos | TD | TDC | TDP |
1 | Jim Taylor | 115 | 91 | 81 | 10 |
2 | Ahman Green | 104 | 68 | 54 | 14 |
3 | Aaron Jones | 97 | 63 | 45 | 18 |
4 | Paul Hornung | 104 | 62 | 50 | 12 |
5 | Dorsey Levens | 102 | 44 | 28 | 16 |
6 | Clarke Hinkle | 113 | 44 | 35 | 9 |
7 | Johnny «Blood» McNally | 75 | 38 | 4 | 29 |
8 | Gerry Ellis | 103 | 35 | 25 | 10 |
9 | Elijah Pitts | 126 | 35 | 28 | 6 |
10 | Ted Fritsch | 99 | 35 | 31 | 1 |
Y ampliando la lista un poquito más, teniendo en cuenta a cualquier tipo de jugador y cualquier tipo de touchdown, Aaron resiste el envite manteniéndose dentro de los diez primeros, pero relegado a la séptima plaza por detrás de receptores de leyenda como Sharpe, Nelson o Adams:
# | Leyenda | Partidos | TD | TDC | TDP |
1 | Don Hutson | 116 | 105 | 3 | 99 |
2 | Jim Taylor | 115 | 91 | 81 | 10 |
3 | Davante Adams | 116 | 73 | 0 | 73 |
4 | Jordy Nelson | 136 | 69 | 0 | 69 |
5 | Ahman Green | 104 | 68 | 54 | 14 |
6 | Sterling Sharpe | 112 | 66 | 0 | 65 |
7 | Aaron Jones | 97 | 63 | 45 | 18 |
8 | Donald Driver | 205 | 62 | 1 | 61 |
9 | Paul Hornung | 104 | 62 | 50 | 12 |
10 | Antonio Freeman | 116 | 57 | 0 | 57 |
Números de leyenda que incluyen otros guarismos como por ejemplo las 5,5 yardas por acarreo en la temporada 2018 (el mejor de la liga en ese aspecto y ese año), los 19 TD anotados en la 2019, 16 de carrera y 3 de pase (el mejor de la liga también), la participación en la Pro-Bowl de 2020, sus tres temporadas por encima de las 1000 yardas (2019, 2020 y 2022) o el final de temporada espectacular del año pasado que ayudó a catapultar al equipo en los play-offs.
Pero amigos, esto es la NFL, una autentica trituradora de carne que no espera a nadie, por muy leyenda que sea. Para comprender los motivos que han llevado a Green Bay a desprenderse de esta manera de una de sus leyendas hay que alejarse de sentimentalismos y analizar algunos factores. El frío dato vamos.
La posición de running back es una de esas posiciones donde la edad del jugador cuenta. Estos jugadores van directos al choque contra todo lo que se le ponga por delante, lo que supone mucho castigo para el cuerpo. Por eso no es habitual que sus carreras sean muy longevas. De hecho, son las que menos:
A medida que pasan los años y se acumulan los acarreos, el rendimiento tiende a bajar drásticamente. No es nada habitual ver a un running back cercano a la treintena que sea diferencial en el juego, siendo sus mejores años entre los 23 y los 27. En el caso de Jones vemos que en los últimos tres años ha sufrido 7 lesiones que le han impedido disputar 8 partidos, 6 de ellos la temporada pasada. La probabilidad de que sufra una lesión y que su rendimiento no sea el esperado en 2024 es muy alta.
Se da la circunstancia de que el impacto del juego de carrera en la NFL actual está disminuyendo cada vez más. Desde la liga se busca favorecer el juego de pase quitando armas a las defensas para que éstas puedan atacar al QB rival o a los receptores de una manera más agresiva. Esto se refleja en el número de jugadas de uno u otro tipo durante la temporada:
Por si fuera poco, ganar yardas por tierra no es algo exclusivo de los running backs. Los nuevos perfiles de QB corredores, o la implementación cada vez mayor de jugadas que implican a los receptores, disminuyen el número de yardas conseguidas por los jugadores que originalmente estaban destinados a correr con el balón.
Esto provoca que su impacto en el juego sea más reducido y por tanto los equipos tiendan a reducir su salario lo máximo posible. Mientras que el resto de posiciones han vivido un incremento similar al del límite salarial, otras han visto como su salario se disparaba. Todo a costa de los running backs, que no solo se han estancado, sino que están en retroceso:
Ahora mismo, un corredor solo cobra de media más que los punters y los long snappers, jugadores ambos de equipos especiales. Incluso los kickers cobran más que ellos. Esta tendencia se ve reflejada también en la etiqueta que las franquicias pueden usar para retenerlos:
Posición | Etiqueta Franquicia | Salario medio |
Quarterback | 32,41M | 4,86M |
Linebacker | 20,92M | 3,78M |
Wide receiver | 19,74M | 2,78M |
Defensive end | 19,72M | 2,99M |
Defensive tackle | 18,93M | 2,49M |
Offensive linemen | 18,24M | 4,74M |
Cornerback | 18,14M | 1,99M |
Safety | 14,46M | 2,19M |
Tight end | 11,34M | 2,05M |
Running back | 10,09M | 1,78M |
Kicker | 5,39M | 2,22M |
Punter | 5,39M | 1,52M |
Hay excepciones, claro, pero la tendencia es clara. Los equipos intentan invertir el menor dinero posible en corredores, ya sean running backs o fullbacks.
Así que, si sumamos su avanzada edad, que cada vez se corre menos, que los running backs tienen menos impacto directo en el juego y que su salario es cada vez menor, nos da como resultado lo que ha sucedido en este mercado con toda una leyenda quesera como Aaron Jones.
El año pasado, con el equipo sumido en problemas de límite salarial, el equipo se vio obligado a reestructurar su contrato. En lugar de espaciarle el contrato en más años o jugar con las primas, lo que se le dijo, directamente, era que tenía que rebajarse la ficha para permanecer en el equipo. Aaron es un jugador muy comprometido con la franquicia, un Packer de corazón, dispuesto a hacer lo que fuese necesario por su equipo. Por eso aceptó rebajarse el sueldo 5M.
Cuando este año, sin tantos problemas con el límite salarial, la franquicia le ha ofrecido una rebaja del 50% de la ficha para continuar en el equipo, se estaba forzando la situación con el jugador. Para seguir jugando el año que viene con la franquicia en la que lleva toda la vida, tendría que aceptar un sueldo de 6M por un año de contrato. El jugador, lógicamente, no se lo ha tomado bien y ha entendido esta oferta como una falta de respeto a su figura. Aunque se le han dado facilidades para buscar un nuevo equipo, una vez más, en Green Bay no se ha manejado del todo bien la salida de sus jugadores veteranos.
Por ello, presumiblemente, Jones ha aceptado una oferta de 7M al año, solo 1M más de lo que le ofrecía la franquicia quesera, para jugar con nuestros morados rivales divisionales, es decir, los Minnesota Vikings. Jones sigue la senda de Za’Darius Smith, Favre, Greg Jennings, Darren Sharper o Ryan Longwell.
Sea como fuere, ha sido un placer verle jugar vestido de verde y oro. La afición quesera tiene un lugar en su corazón para este jugador que tanto nos ha dado tanto dentro como fuera del campo. Seguramente, al igual que Bakhtiari, acabe formando parte del Salón de la Fama situado en el Atrium, y puede que incluso ambos ingresen también en el de Canton. Méritos para ello han hecho.
Y aunque será duro verle vestir de morado, le deseamos la mejor de las suertes en al menos 15 de sus próximas citas para la temporada que viene.
Germán de la Puente
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