Crónica: W7 – Packers at Cardinals

El fin de semana no podría empezar peor para los Packers, a los que una avería mecánica mantuvo su avión en pista durante 5 horas. Tampoco ayudaba el importante número de jugadores lesionados para el encuentro. Lukas Van Ness, Devonte Wyatt, Brandon McManus, Anthony Belton y Donovan Jennings por citar a los más jugadores de mayor impacto. No pintaba mejor el panorama de la enfermería para los Cardinals. Ni Kyler Murray, Emari Demercado, James Conner o Trey Benson se pondrían las protecciones el Domingo. Bajas muy sensibles para Arizona que no solo perdían a su quarterback titular, sino que tampoco podían contar con los corredores titulares. Con un ataque muy mermado, sus opciones pasaban por una buena defensa y por el buen hacer de Jacoby Brissett.

A pesar de su récord negativo, los Cardinals han estado siempre metidos en todos sus partidos. Sus derrotas se han decidido por menos de una anotación de diferencia con el rival, siendo su peor resultado los 4 puntos contra Colts (31 a 27) de la semana pasada. Por parte de los Packers, la impresionante imagen de principios de temporada se ha ido diluyendo con el paso de las semanas. A la dura derrota contra Browns, le siguió un impactante empate a domicilio contra Cowboys, seguimos invictos en el AT&T Stadium, y una victoria muy trabajada contra Bengals en casa. Con todos estos antecedentes, se nos presenta un partido asequible, pero en el que habrá que trabajar hasta el final para alzarse vencedores.

Al contrario que la pasada campaña, en esta no hacemos experimentos con el sorteo inicial. LaFleur postpone su decisión para que los Cardinals inicien las hostilidades en el terreno de juego. Brisset avisa de lo que propondrá para el resto del encuentro cuando conecta un pase corto con Trey McBride, hoy por hoy uno de los mejores jugadores en su posición, escapa de un pocket en descomposición para sumar un par de yardas por tierra y lanza un maravilloso pase de 18 yardas a la espalda de Keisean Nixon que es atrapado por Michael Wilson con una espectacular palomita. Con los cuatro corredores más productivos de la temporada fuera de juego, Bam Knight tenía que asumir el rol de corredor principal. Jugada a jugada el ataque de Cardinals conseguía progresar por el campo con muchas dificultades.  Hasta en tres ocasiones se habían tenido que ir al 3er down, y hasta en tres ocasiones lograban el 1º. Con el ataque instalado en plena zona de peligro rival, comenzaba una serie más para anotar. Una serie donde los Cardinals comprobarían de primera mano lo que la defensa de Green Bay iba a proponer toda la noche. Más concretamente, lo que Micah Parsons iba a buscar con ahínco durante todo el partido. En un primer intento, la carrera de Knight era placada sin compasión por detrás de la línea de scrimmage por nuestro cheese panther ayudado por Nate Hobbs. Un pase incompleto de Brissett daba paso a un tercer down en el que Micah Parsons rompía la línea ofensiva y cazaba al QB rival sin compasión. El tiro a palos posterior, convertido por Ryland, acababa con la racha de primeros cuartos imbatidos de Green Bay. Sin embargo, la sensación era que, a pesar de perder el récord, se había conseguido evitar un mal mayor.

Le tocaba al equipo visitante. a los nuestros, dar la respuesta adecuada para ponerse por delante en el marcador. El ataque iba a castigar la carrera de la defensa rival con continuas acometidas tanto de Josh Jacobs, como de Emanuel Wilson. Sus carreras se verían salteadas con precisos pases a Matthew Golden para extender la posesión en los momentos más críticos. Si al ataque de Arizona le costaba mover cadenas, a Green Bay también. En tres series de jugadas completas, el ataque tuvo que disputar un tercer down y hasta un cuarto down corto. Con el ataque plantado en la yarda 38 rival, se llegaba al segundo 4º intento consecutivo, este de 5 yardas. Sin embargo, lejos de coger los tres puntos del field goal y pasar a otra cosa, LaFleur en un ejercicio de valentía, decidía poner en juego el balón. Un pase hacia el corazón de la zona de anotación rival de Love no pudo ser atrapado por Romeo Doubs, y la primera posesión finalizaba sin beneficio aparente. Se percibía un cambio de actitud en el entrenador, más juguetón en los cuartos downs de lo que nos tiene acostumbrados.

Uno de los pocos pasillos que pudo aprovechar Jacobs - packers.com
Uno de los pocos pasillos que pudo aprovechar Jacobs - packers.com

Finalizaba el primer cuarto tras dos potentes carreras de Knight y de Brissett que les dejaban en situación de 1º y 10 en la yarda 42 de Green Bay. Con el cambio de campo, prosiguieron las acometidas por tierra del equipo cardenalicio, pero con muy poca ganancia de yardas. Esta circunstancia obligaba a Jonathan Gannon a hacer entrar en el partido al receptor estrella del equipo, Marvin Harrison Jr, dando como resultado una de las jugadas polémicas de la primera parte. Brissett lanza un pase medio por el lado derecho, Harrison lo captura, da dos pasos, y antes de que pueda dar el tercero, Keisean Nixon mete la mano lanzando el balón al suelo ¡Fumble! Éste es recuperado por Xavier McKinney que corre hasta que es placado en la yarda 50. Volvía una seña de identidad del equipo la pasada campaña, las pérdidas de balón forzadas por la defensa. Sin embargo, la alegría no duraría mucho. Los árbitros de la caseta revisaban la jugada y revertían la decisión. Al parecer, Harrison no tenía el control completo del balón cuando lo pierde, por lo que el pase se consideraba incompleto y el fumble se anulaba. La posesión volvía al equipo local, pero con un cuarto down tan largo, 10 yardas, los Cardinals despejan el balón.

Sea como fuere, era el turno de Packers para volver a tener la iniciativa del partido y comenzar a subir puntos al marcador. Jacobs seguía golpeando por tierra como un martillo pilón ante una defensa incapaz de pararle. El ataque había mostraba un mejor ritmo que en el primer cuarto, y se ponía en plena red zone rival gracias a un precioso pase de Love para un Doubs que se separaba de su defensor ligeramente y atrapaba el balón con total seguridad. Todo un canto del cisne, puesto que ya no se completaría ningún pase más en lo que restaba de posesión. Green Bay buscaba la zona de anotación por la vía aérea con un par de pases, Brooks primero y Wicks después, sin éxito. Esta vez sí, LaFleur optaba por el tiro a palos, y Lucas Havrisik anotaba un sencillo field goal que colocaba el empate a 3 en el marcador.

Puede que el número de pérdidas provocadas no sea el mismo que el año pasado, como tampoco lo es la presión ejercida por nuestros pass rushers este año. Los Cardinals no tardarían en comprobar nuestra mejoría en esta faceta. Beachum primero y Brissett después eran frenados por Wooden y Parsons respectivamente sin compasión. Segundo sack de la noche para Parsons que es finalmente anulado por agarrarse de las caderas del QB. Un par de jugadas después, Brissett era capaz de conectar un pase espectacular de 23 yardas con Marvin Harrison, bajo la supervisión en la distancia de un descolocado Nate Hobbs. Cuando parecía que llegaba el primer touchdown para los locales, Brissett era incapaz de completar dos pases consecutivos con un Trey McBride muy bien defendido, dando al traste con las esperanzas del equipo. Un nuevo field goal anotado por Chad Ryland dejaba el marcador en 3 a 6, favorable para los locales. El partido avanzaba de 3 en 3, claro síntoma de la inoperancia de ambos equipos para rematar sus posesiones en la red zone.

Esta inoperancia, se pudo apreciar en la breve posesión de la que dispondría Green Bay a continuación. Todo un 3 y fuera para una ganancia neta de -7 yardas en tan solo 3 jugadas. La línea ofensiva no podía contener la presión rival, y Jordan Love primero, escapando del pocket haciendo uso de su tren inferior y su agilidad, Emanuel Wilson después, placado dos yardas antes de la línea de scrimmage, y el propio Love finalmente, que encajaba un sack tras un dropback eterno, lo sufrían en sus carnes. Despeje y balón para Cardinals con algo más de 3 minutos de reloj para la finalización del primer tiempo.

No comenzaba bien su posesión cuando Trey McBride era penalizado por un agarrón en la primera jugada. Tampoco parecía encarrilada cuando Quay Walker entra como un elefante en una cacharrería atravesando la línea ofensiva para machacar a un sorprendido Bissett. Sin embargo, los Cardinals fueron capaces de revertir un 3º y 23 yardas en su yarda 16 en un 1º y 10 en la 41 rival gracias a un magnífico pase. Green Bay presiona con cuatro, defendiendo el resto del equipo el más que probable pase en cobertura zonal. Zay Jones gana, por mucho, la espalda de Keisean Nixon, y es capaz de bajar del cielo una espiral de 43 yardas a la que por poco no llega Evan Williams. Ni sabiendo la jugada que se les venía encima, la secundaria fue capaz de defenderla. Gannon se aprovecharía de esta debilidad en el siguiente tercer down. Esta vez por el centro, con un pase de 14 yardas completado por Michael Wilson. En el siguiente, y último, tercer down un nervioso Parsons se adelanta a la jugada incurriendo en una penalización que alivia al atascado ataque de Arizona. Con 7 segundos de reloj, en 3º y 4 yardas para anotar, todo el estado de Arizona sabía que la siguiente jugada sería un pase al receptor más seguro del equipo, que no es otro que el tight end Trey McBride. En una desconexión brutal, McBride se encuentra completamente desmarcado para dirigirse sin oposición alguna hacia la esquina derecha de la zona de anotación y recibir plácidamente el pase que cerraba la posesión bajo la atenta mirada en la distancia de Nixon.

Teniendo la posesión inicial del segundo tiempo, lo más habitual en él hubiese sido ordenar a sus jugadores echar rodilla a tierra para analizar el rumbo a seguir en el vestuario. Sin embargo, LaFleur estaba juguetón en el desierto de Arizona. Ya lo vimos antes con el cuarto down del primer cuarto. La línea ofensiva compra el tiempo necesario para que Doubs corra campo abajo, Love lo busque y completen un pase de 22 yardas. LaFleur pide tiempo muerto tan pronto como Doubs es placado por la defensa rival. ¿Situación? 1 segundo en el reloj y 61 yardas hasta la portería. Los Packers jamás, en más de 100 años de historia, han superado la barrera de las 60 yardas anotando un field goal. El anterior récord estaba en posesión de kicker contrastado como Mason Crosby, con 58 yardas en 2011. Parece imposible que un jugador reserva que lleva apenas una semana con el equipo sea capaz de lograrlo. Nunca digas nunca, amigo quesero. Orzech propone, Whelan dispone y Havrisik… ¡Anota sobrado!¡Dicho y hecho! Lucas Havrisik, profesor suplente convertido en kicker suplente, escribe su nombre con letras de oro en los libros de historia de la franquicia tras anotar un tiro a palos desde 61 yardas.

6 a 13. El equipo no solo disminuye la diferencia en el marcador, si no que da un importante mazazo en la moral del rival de cara a un segundo tiempo donde buscará culminar la remontada.

Esta es la cara que se te pone cuando estás a punto de romper un récord histórico - packers.com
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El comienzo del tercer tiempo ofrece la posibilidad a Green Bay de anotar en dos posesiones consecutivas sin posibilidad de respuesta del rival. Y no solo eso. Sobre la mesa estaba también la posibilidad de empatar el partido y comenzar a reconducir la situación. Pero una cosa es lo que se quiere y otra bien distinta es lo que se puede. Y en la NFL, no siempre se puede. Segunda posesión que finaliza con un 3 y fuera, aunque sin ganancia negativa en esta ocasión. Un par de jugadas de corto yardaje seguidas de un pase incompleto obligaban a Daniel Whelan a enseñarnos como hay que despejar un balón.

Tampoco le fue mucho mejor a Arizona en su oportunidad para distanciarse a dos anotaciones. Otro par de jugadas de poca ganancia y un pase incompleto parecían devolver el balón a Green Bay. Oportunidad de oro perdida por los chicos de rojo. Los ataques no tenían su día. Sin embargo, un pañuelo amarillo vuela por el aire. Los árbitros señalan que Evan Williams ha cometido una Interferencia en el pase y lo que era un pase incompleto en 3º y 10 se convierte en una jugada de 21 yardas. Una vez más, las penalizaciones a destiempo castigando el buen hacer de todo el equipo. En la siguiente jugada, Brissett aguanta el balón buscando a un compañero desmarojado al que pasárselo. Centrado en el pase, el QB no ve llegar a Rashan Gary por su derecha. Rashan golpea el balón y este sale despedido. Tres jugadores de los Packers lo rodean como el que observa un billete de 50 euros en el suelo de la calle, pero el más rápido es Williams que anota el fumble en su casillero, desquitándose, de paso, por la acción anterior.

La vida no suele conceder segundas oportunidades, así que en la NFL cuando esto sucede, hay que aprovecharlo. Aaron Banks no parecía comprender este concepto cuando se adelanta a la jugada provocando retrasar 5 yardas la posición de partida del ataque. No así Jordan Love, que él solito iba a hilvanar una serie de 3 pases para colocar al ataque a 7 yardas de la zona de anotación. En los momentos clave del partido, el romanticismo se apodera del ataque, surge la conexión Love to Romeo y lo que antes era turbio ahora está claro como el agua. Un ataque falto de ritmo y soluciones se torna en un ataque letal por definición. A los pases precisos de Jordan se unen la separación y buenas manos de Doubs. Puro amor. Golden pondría la guinda del pastel atropellando a un agente de la ley, mientras que Josh Jacobs se encargaría de rematar la faena con una gran carrera en diagonal que termina pasado el pilote naranja.

Lamentablemente, el rival también juega, y los Cardinals parecían dispuestos a no ceder el control del partido. De nada sirve que plaques al QB, otra vez Walker para dejar a tu rival en un complicado 3º y 14, si luego tu secundaria es incapaz de defender un pase de 35 yardas. Misma jugada que en la posesión anotadora anterior y mismo resultado. La línea ofensiva compra el tiempo suficiente para que Brissett aguante el balón y nos castigue con un pase profundo buscando a su mejor receptor. Y al igual que en la anterior ocasión, Marvin Harrison Jr. gana la espalda, esta vez por velocidad, de un Nate Hobbs poco favorecido jugando por fuera de los números. Con el aldabonazo que supone volver a lograr una jugada así, Bissett se viene arriba y empieza a buscar y conectar pases con la otra estrella del equipo Terry McBride, ante el que nada pueden hacer los defensores queseros, especialmente Nate Hobbs en la jugada del touchdown. Nunca es buena idea emparejar a un cornerback contra un tight end.

La última posesión del tercer cuarto llevaba impresa los colores de Green Bay. Después de un tímido inicio por tierra, donde el bueno de Wilson no era capaz de avanzar lo suficiente, llegaba el turno de un jugador que había aparecido poco en el partido. Trucker Kraft recibe un pase corto tras la línea de scrimmage y avanza como un tren de carretera sin que ningún rival, literalmente se subiese a su chepa. 22 yardas que aportaban tranquilidad para unos, nerviosismo para otros. La línea no es capaz de soportar la presión y Jordan tiene que escabullirse de los atacantes rivales que le salen al paso. En la primera de sus evasiones, logra avanzar 5 yardas, pero es golpeado de forma violenta por Akeem Davis-Gaither provocando un balón dividido que el mismo Love se encarga de recuperar desde el suelo. En la segunda, con el campo más despejado consigue mantener viva la posesión avanzando 12 yardas. Tras la habitual penalización del equipo por falta de disciplina, Malik Heath en esta ocasión, llegaría otro feo golpe de Dante Stills, que paradójicamente, salvaría la posesión gracias a las 15 yardas de castigo que insuflaban vida al equipo. Con 30 segundos en el reloj, Wilson ejecuta una sencilla carrera que deja el partido en punto muerto a la espera de que todo se decida en el último cuarto.

Tres contra uno... ¡Qué se j****n los Bears! - packers.com
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La primera jugada del último cuarto sirve para finiquitar la posesión anterior con un touchdown. En una interesante jugada de engaño (play action), Love amaga con ceder el balón a Jacobs, pero lo retiene para encontrar a Tucker Kraft en la esquina derecha. Los Packers anotaban, pero seguían a remolque. Empate a 20 a la espera de que la defensa sea capaz de detener a los locales. Y no lo iban a tener fácil.

Los equipos de retorno de Green Bay se están empezando a convertir en un problema serio. Havrisik realiza un saque cuasi perfecto, obligando a Greg Dortch a iniciar su retorno desde su propia yarda 1. Dortch va sorteando rivales y consigue llegar nada menos que hasta la yarda 40. Por si fuera poco, una falta cometida por Arron Mosby regalaba otras 15 yardas adicionales al ataque, que comenzaba la posesión en la yarda 45 de Green Bay. 54 yardas permitidas en una sola jugada. Arizona aprovechaba el regalo, y encadenaba jugada tras jugada, por tierra o por aire sin que la defensa pudiese detenerles. Con el ataque posicionado a solo 8 yardas de la zona de anotación y una serie completa de jugadas, ese fenómeno de la naturaleza llamado Micah Parsons reclama su sitio en el partido. Primero defiende un pase, para en la jugada siguiente dar caza a Brissett. En tres jugadas había perdido 13 yardas y se veía obligado a lanzar a palos desde la yarda 21 de Green Bay. Ryland convierte un tiro fácil y da la ventaja, una vez más a su equipo. 20 a 23 para Arizona.

Una nueva penalización de los equipos de retorno retrasaba la posición de inicio 10 yardas al ataque quesero. Un ataque que se mostraba nervioso ante la presión rival y lo ejemplificaba con un fumble cometido por Jordan Love, incapaz de coger con firmeza el balón entregado por Jenkins, que él mismo se encargaba de recuperar para, acto seguido, tener que escapar de un pocket inseguro y lanzar un pase incompleto al suelo evitando de esta manera el sack. Con estos mimbres la posesión estaba abocada al fracaso, y así fue. Un nuevo 3 y fuera con unos 8 minutos de partido por delante. Era difícil, pero había esperanza. Este año tenemos defensa.

Entramos en los momentos críticos del partido. Si Arizona era capaz de mantener la posesión del balón, el partido se quedaría en casa. Una jugada de engaño de 11 yardas entre Brissett y Carter no hacía presagiar nada bueno. Brissett lo probaba de nuevo con Harrison Jr. pero el pase se le quedaba corto. Incompleto y 3º y 9. Lo que comenzaba como una posesión tranquila se había torcido completamente para los intereses de los Cardinals. Brissett enlaza un pase lateral con Wilson, y este corre por la banda hasta que es placado de manera espectacular por Edgerrin Cooper. No obstante, el jugador se queda 1 yarda corto lo que obliga al entrenador de Arizona a jugarse un sencillo, pero importantísimo, 4º y 1. En la clásica batalla que se suele producir en este tipo de situaciones, la masa humana de Green Bay se impuso a la masa humana de Arizona, deteniendo su avance y recuperando tanto el control del balón como del partido.

6 minutos son muchos minutos y partiendo desde la yarda 48 rival, el objetivo de anotar era mucho más asequible. El ataque de Green Bay tenía en sus manos la victoria final. El plan estaba claro, anotar y «quemar» todo el reloj posible. Sin embargo, aunque las ideas estaban claras, el ataque iba a tener que salvar varias bolas de partido en su camino. Después de una carrera de Jacobs que consumía 50 segundos, llegaba un pase incompleto y el primer tercer down de la posesión. Un tercer down largo, 7 yardas. La defensa de Arizona se protege cubriendo a los receptores rivales, pero comete el error de no marcar a Tucker Kraft, que recibe sin oposición en la zona media y avanza, esta vez con oposición pero a Trucker eso le da igual, hasta romper la línea del primer down por poco. Primer escollo solventado. El juego pivota al ataque por tierra, donde Jacobs y compañía se habían mostrado relativamente solventes durante el partido. A una primera carrera de 5 yardas le sigue otra de 4 que dejaba la serie a punto de caramelo para otro primer down. Solo hay que avanzar 1 yarda más para prolongar la posesión. Jacobs lo vuelve a intentar en una jugada de bloqueos por el lado derecho pero la defensa consigue detenerle por detrás de la línea de scrimmage. Thompson acababa ponía el partido muy cuesta arriba para Packers. Havrisik salta al terreno de juego para ejecutar un field goal bastante asequible de 47 yardas que empataría el partido. Fuera de cámaras un sapo bufo que había cruzado la frontera de manera clandestina se acerca peligrosamente a Matt LaFleur impregnándole de su potente veneno. En medio de las alucinaciones, LaFleur cambia de opinión y ordena al equipo de tiro que salga del campo para jugarse el partido al todo o nada. El ataque vuelve a saltar al campo con la misión de convertir ese 4º y 2 en un primer down. Con 2:32 en el reloj, si no lo conseguían el partido se decantaría del lado de Arizona. En esta situación tan relajada y tranquila, Jordan Love se mueve como sapo en el rio. Un dropback comedido, cabeza alta, engaño con la mirada y pase de 15 yardas para Tucker Kraft. La moral de la defensa de Arizona se hunde y de ello se aprovecha Josh Jacobs, que en tres carreras consecutivas consigue anotar el touchdown definitivo atravesando el corazón de la línea defensiva como un bowie empuñado por Doug Marcaida atraviesa un muñeco balístico. 27 a 23. Primera vez en todo el partido que el equipo se colocaba por delante en el marcador.

Quedaban en el reloj 1:50 para el final y era el turno de la defensa. Una penalización cometida por Brown en la primera jugada ponía las cosas más fáciles. 1º y 20. El hombre del tiempo anuncia una lluvia de pases en el desierto. Primero uno cortito, para calentar el brazo, de 6 yardas para McBride, segundo, un cohete por el centro de la defensa ante el que nada puede hacer Nate Hobbs. Con un magnífico pase al hueco, Brissett pone el balón en las manos de Zay Jones para 24 yardas de avance. 1 minuto para el final y una nueva serie de jugadas para Cardinals. Brissett trata de buscar sin éxito a Harrison Jr. entonces, con la defensa volcada en defender la zona posterior del campo, consigue conectar un pase corto con Michael Carter, que se encarga de transformar en una jugada de 14 yardas corriendo con el balón. La jugada termina dentro del campo por lo que el reloj sigue corriendo a pesar de que a Cardinals le quedan todavía dos tiempos muertos. La siguiente jugada se inicia con 32 segundos en el reloj, Brissett vuelve a retroceder para ganar terreno, pero un insistente Parsons se deshace tanto de Williams como de Hernández con «facilidad» para llegar hasta el QB. ¡Sack! el tercero del partido en su cuenta personal. Tiempo muerto, ahora sí, de Arizona para detener el reloj con 27 segundos. En la siguiente jugada, más presión, pero esta vez con la defensa muy bien plantada en la secundaria y en la zona media del campo. Sin soluciones a su alcance, Brissett decide correr él mismo con el balón avanzando 8 yardas, pero consumiendo a la vez 8 valiosos segundos de reloj y obligando a Gannon a utilizar su último tiempo muerto. A Arizona solo le valía el touchdown. Había que pararlos como fuese. La defensa no se iba a dejar sorprender y defiende bien un primer intento de pase directo a la zona de anotación. En 4º y 11 desde la yarda 27 y con 13 segundos de reloj, solo un milagro podía cambiar el signo del partido. Brissett retrocede, arma el brazo y lanza un Hail Mary a la desesperada. El balón vuela por el cielo de Arizona, rebota en las manos de McKinney y es atrapado por Zay Jones… fuera de los límites del campo. Los milagros a Lourdes. ¡Partido para Packers!

Un encuentro ganado sobre la bocina, pero ganado al fin y al cabo. Con esta derrota, Arizona prolonga su racha de partidos decididos por menos de 6 puntos de diferencia, aumentando su diferencial negativo de puntos en los últimos cuartos. Tampoco es que a Green Bay se le den mejor estos tramos finales de partido, pero cuando el coordinador defensivo rival deja a un jugador de la talla de Micah Parsons en duelos 1 contra 1, lo normal es que Parsons se imponga. No en vano es el jugador que más dobles marcajes de la liga recibe, y eso es por un motivo. 3 sacks, 5 golpes al QB, 4 placajes para pérdida de yardas y otras tantas presiones varias bien valen una victoria. El juego terrestre muestra signos de clara mejoría. No solo Josh Jacobs continúa anotando touchdowns de manera recurrente, sino que consigue amasar más yardas por carrera que en el tramo inicial de la temporada. Jordan Love jugó un partido muy sólido apoyándose en sus receptores de referencia y evitando pérdidas de balón o sacks innecesarios.

En la parte negativa, el equipo sigue acumulando penalizaciones en los momentos clave de las posesiones, lo que denota una falta de disciplina que no habla muy bien de la labor de los entrenadores. El récord de Havrisik no debe empañar el pésimo desempeño de los equipos especiales, especialmente los encargados de salir al campo en los retornos. Y, por último pero no menos importante, nunca es buena idea colocar a un cornerback de slot como Nate Hobbs a defender al receptor estrella del equipo rival por fuera de los números. Tenemos un problema en esa zona del campo, pero este se ve agravado cuando se realizan este tipo de experimentos.

Próxima estación Pittsburg, donde unos Steelers comandados por una leyenda quesera como Aaron Rodgers esperan con impaciencia para la disputa de un partido muy especial para todos. Rodgers buscará ser el séptimo quarterback en conseguir derrotar al resto de equipos de la liga compartiendo mesa con leyendas de la talla de Tom Brady, Drew Brees, Brett Favre, Peyton Manning, Joe Montana o Fran Tarkenton. En frente, Jordan Love y compañía tratarán de impedirlo y consolidar al equipo al frente de la clasificación de la Conferencia Nacional.

GPG!

Se puede ser feliz y se puede ser Micah Parsons - packers.com
Se puede ser feliz y se puede ser Micah Parsons - packers.com

Germán de la Puente

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