Cuando durante la retransmisión del partido sacan comparaciones del juego de pies de tu QB con leyendas como Favre o Rodgers, cuando ves a tu equipo dominar y ganar a los vigentes campeones de la NFL, cuando ves que tu defensa convierte en “humano” a un jugador como Patrick Mahomes, cuando tu equipo entra en una de las 7 plazas de playoffs después de ir con un récord de 2-5 y unas sensaciones de juego bastante malas… En ese momento uno, de forma irremediable, se ilusiona. El Sunday Night Football terminó 19-27, dejando a nuestros Packers con un récord de 6-6, y regalando una victoria a Lambeau Field que llena de optimismo tanto a jugadores, como entrenadores y, por supuesto, seguidores.

Desde el verano sabíamos que esta temporada, más que de números, iba de sensaciones. Lo que se buscaba era saber si aquel QB que fue “drafteado” en 2020 era el mariscal que capitanease este equipo a futuro, si ese equipo que es el más joven de la NFL tenía los mimbres suficientes para convertirse en un contendiente al anillo a medio plazo, si ese entrenador era capaz de desarrollar su propio libreto sin la presencia de un QB legendario. Y de momento, todo apunta a que los Green Bay Packers van por el buen camino. El inicio de temporada hizo surgir muchas dudas por el nivel de juego que desplegaba el equipo, pero esta segunda parte está siendo algo totalmente diferente. Las buenas sensaciones contra los Lions —uno de los mejores equipos de la NFC— se replicaron contra los Chiefs —uno de los mejores de la AFC—.

Quedan 5 partidos, en teoría todos ellos asumibles para un equipo que ha demostrado que le puede competir a cualquiera. Uno de los grandes desafíos va a ser que sigan saliendo al terreno de juego con la humildad necesaria para pelear cada segundo del partido y no darlo por ganado desde el vestuario. Vamos ahora con el elemento bueno, feo y malo del partido del domingo.

 

El bueno

La primera parte del partido. Si bien es cierto que los Packers jugaron a un altísimo nivel durante todo el partido, los primeros 30 minutos destacaron por encima del resto. Me atrevería a decir que vimos los mejores minutos de los Packers de las dos últimas temporadas. Y es mucho decir, porque además fueron ante los campeones y el MVP de la temporada pasada. El partido fue muy bueno en las tres unidades: ataque, defensa y equipos especiales. Aún con bajas importantes (Aaron Jones, Luke Musgrave, Jaire Alexander…), el equipo rozó la perfección.

A los mandos un Jordan Love, que cada semana que pasa es más bueno. Nuevamente cerró un partido con 3TD, 0INT, más de un 70% de pases completados, pases increíbles de más de 20yd, lecturas exquisitas en varias fases del juego, y una tranquilidad dentro del pocket que va camino de ser una de sus señas de identidad. Pero es que en ataque no solo funcionó Love, sino que funcionó todo en su conjunto, los WR, los bloqueos de la OL y su protección del pase, las carreras de AJ Dillon, los movimientos de Kraft. Una maravilla.

Y la defensa también rindió a un nivel espectacular, consiguiendo que Mahomes, actual MVP, estuviera incómodo todo el partido. El pass rush de Green Bay cada día es más temible, con Rashan Gary, Lukas Van Ness y Preston Smith a la cabeza, en otro partidazo de los tres jugadores defensivos. Es destacar la defensa en Redzone, que obligó a patear dos FG en los dos primeros drives a la ofensiva de Chiefs. En cuanto el campo obliga a la defensa de los Packers a juntar líneas, se convierte en una unidad muy sólida que pone las cosas muy difíciles a los ataques contrarios.

 

Keisean Nixon disfrutando de la victoria / apnews.com

Pero hoy quiero hacer mención especial, valga la redundancia, a los equipos especiales. Si hay una unidad que ha dado un salto de calidad impresionante, esos son los equipos especiales. La llegada en la temporada pasada de Rich Bisaccia como coordinador de los equipos especiales ha sido sin duda una bendición. Bisaccia ha convertido a una unidad que cometía muchos errores, en un grupo muy fiable que también ayuda mucho a ganar los partidos. Las incorporaciones de Whelan y Carlson como punter y kicker parece que pueden tener mucho recorrido en el equipo, y la presencia de Nixon como punt returner, se confirma como uno de los grandes aciertos del año pasado. Tener esta seguridad también en esta fase del juego es, sin duda, de suma importancia.

 

El feo

Probablemente hay dos elementos feos del partido. El primero, la lesión, al final del partido de Christian Watson. Esperemos que pueda volver a los terrenos de juego antes del final de temporada, pero es preocupante las continuas lesiones de uno de los playmakers más importantes del roster.

Segundo, y como ya hemos mencionado en esta sección en semanas pasadas, la incapacidad de cerrar partidos. De momento las últimas jornadas se han saldado con tres victorias consecutivas, pero el pasado domingo hubo especialmente dos momentos que el equipo tiene que ir aprendiendo a jugarlos mejor. Por un lado, el último drive de la primera parte, en el que con todo a favor para poder chutar un FG, finalmente termina en punt (eso sí, un punt excelente de Whelan).

Y por otro lado, el sack recibido en el último cuarto, a 6 minutos del final, en un 3&10 que los Packers son incapaces de convertir y que hubiera significado el final del partido. Se convirtió el FG para aumentar la distancia a 8 puntos, pero se le dio la oportunidad a Mahomes de intentar un drive final (y de que los árbitros tuvieran unos 5 últimos minutos de decisiones bochornosas). Es necesario que, poco a poco, este equipo vaya ganando solidez en estos momentos clave del partido, porque son parte de esos detalles que marcan la diferencia entre un buen equipo, y un muy buen equipo.

 

El malo

A pesar del gran partido defensivo contra un ataque que, si bien no está en sus mejores momentos, tiene al mejor jugador de la liga en el puesto de QB, hay un par de elementos que, por no ver casi ninguna evolución, los destaco como el elemento malo del partido. El primero es la defensa contra la carrera. Nuevamente nos enfrentábamos a un RB que ya sorprendió el año pasado, pero Pacheco hizo otro partido de más de 100 yardas por tierra en 18 carreras.

 

Isiah Pacheco / remezcla.com

 

Y el segundo, es la defensa del espacio entre los LB y los S, un área que nuevamente no fue bien defendida y que, con jugadores como Kelce (que tuvo al menos dos recepciones de más de 15 yardas a la espalda de los LB), puede convertirse en un problema contra equipos que explotan mucho esa zona. A pesar de ello, ha sido una defensa que ha conseguido dejar en 22 puntos a los Lions y en 19 a los Chiefs en dos semanas consecutivas, enfrentándose a jugadores como Laporta o Kelce, que se mueven muy bien en esa área de la secundaria. Son dos elementos para los que Barry tiene que encontrar soluciones, porque son cuestiones que van a ser diferenciales si lo que se pretende es que este equipo de un salto de calidad que permita aspirar al anillo a medio plazo.

 

GO PACK GO!

 

Gonzalo Vitón

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