Un baño de realidad

273 yardas por aire, 138 por tierra, 411 yardas totales, 7 yardas por pase, 6 por acarreo, 20 primeros downs, 7 puntos encajados en la segunda mitad y 1 pérdida. Buenos números, ¿Verdad? Pues no lo fueron el domingo pasado cuando los Packers cayeron ante los Lions por 24 a 14 en casa. Los viejos fantasmas volvieron a asomarse por Lambeau Field en uno de los partidos más importantes de lo que llevamos de temporada. Un partido en el que había que demostrar si el equipo es un contender (equipo cuyo techo es pelear por el anillo) o un pretender (equipo cuyo techo es hacer una buena temporada y si se tercia pelear por el título). Un partido en el que las faltas pre-snap, los drops, y las malas decisiones fueron los factores decisivos para ir a remolque todo el partido.

Llegaba Green Bay al encuentro con ilusión. A pesar de que la semana pasada se habían complicado la vida contra He-Man y los Jaguars del Universo, se había sacado el partido adelante dando al equipo la moral suficiente para encarar un duelo divisional contra uno de los equipos más en forma en estos momentos de la competición. Jugar el partido en casa, con previsión de mal tiempo, se presentaba como un factor favorable que invitaba a la heroica. No en vano, los Lions no jugaban en un campo abierto desde hacía casi 10 meses, cuando cayeron contra los 49ers en Santa Clara. Era el único rayo de esperanza dado el nivel de los rivales y las bajas tanto en la secundaria como en el ataque, con un Jordan Love todavía renqueante de su lesión. Los Lions por su parte afrontaban el encuentro con ganas de revancha del pasado partido de Acción de Gracias y con un Amon-Ra motivadísimo por el trato poco «equanime» dado por la franquicia quesera a su hermano.

En la primera posesión, los Packers jugaron como se juega cuando hace mal tiempo, es decir, minimizando riesgos por aire y focalizando el avance por tierra. En una posesión larguísima (7’54»), Josh Jacobs conseguía mover cadenas con soltura, y el equipo encontraba soluciones creativas que descolocaban al rival. En un 4º down corto que invitaba al típico QB sneak, (jugada en la que el QB se lanza sobre la línea ofensiva para alcanzar el primer down) LaFleur colocó al equipo en shotgun (formación de pase donde el QB se encuentra muy alejado del center) para sorprender con un fugaz movimiento de Tucker «Lonchitas de Queso» Kraft dando lugar a un exitoso TE sneak para alegría del público. La grada lo celebraba pero Don Campbell es perro viejo y supo leer la situación. Si Love no era capaz de ejecutar un QB sneak significaba que no estaba recuperado de su lesión, y por tanto el plan de juego se limitaría a jugar con él dentro del pocket. El equipo consiguió llevar el ovoide hasta la zona de peligro (red zone) pero, como viene sucediendo durante toda la temporada, cuando el campo se hace pequeño al equipo le cuesta subir puntos al marcador y se tuvo que realizar un tiro a palos que McManus no falló. Turno para los Lions.

¿Pero que hace este tío ahí debajo? - FOX
¿Pero que hace este tío ahí debajo? - FOX

Comandados por un Ryan Gossling que está jugando al mejor nivel de su carrera (qué importante es el entorno en la NFL) apoyado en todo el tiempo que le compra una de las mejores líneas ofensivas de la liga y en la constante amenaza que suponen Sonic (Gibbs) y Knucles (Montgomery), una de las mejores parejas de running backs de la liga, los Lions avanzaron lenta pero inexorablemente hasta la yarda 7 de los Packers. La defensa quesera fue capaz de detener el avance rival hasta forzar un 4º down, un equipo normal tiraría a palos para empatar el partido, pero estos son los Lions de Campbell, y a los Lions de Campbell les va la marcha. En el peor momento posible se producía la segunda penalización pre-snap del equipo, por un exceso de ímpetu de Slaton que saltó a la línea de scrimmage antes de tiempo. Acto seguido, Amon-Ra consumaba su venganza transformando un touchdown tras un preciso pase de Jared Goff ante el que nada pudo hacer Keisean Nixon

La respuesta de Green Bay ejemplifica algunos de los puntos clave por los que se pierde el partido. En situación de 3º y 3 en la yarda 32 de Detroit, Rhyan se precipita y comete otra falta pre-snap. Se pasa de un 3er intento corto a un 3º largo que obliga renunciar a la carrera para forzar a un mermado Love a jugar un pase. Lejos de realizar un lanzamiento corto para asegurar el 1er down, Love opta por un lanzamiento en largo para un Cristian Watson bajo doble cobertura que lógicamente acaba en pase incompleto. Acto seguido, Matt LaFleur no se muestra confiado en el nuevo kicker y rehúsa intentar un tiro de campo de 47 yardas para optar por un despeje de Daniel Whelan. Falta de disciplina, malas decisiones en el campo, actitud cicatera en la banda… la noche empezaba a complicarse.

Tras el único sack (placaje al quarterback por detrás de la línea de scrimagge) de la noche obra de Rashan Gary y Arron Mosby, los Packers recuperan la posesión del ovoide. Se iban alternando las jugadas de pase con las de carrera con solidez y el equipo avanzaba firmemente por el campo. En estas estábamos cuando se produce el momento más violento de la noche.

¡A mí me daban dos! - FOX
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Con poco más de 6 minutos para la finalización de la primera mitad, y tras la enésima falta del equipo, Love lanza un pase hacia la banda en dirección a Bo Melton. Cuando se encontraba en el aire, El cornerback Amik Robertson, le realiza un combo de puñetazo al estómago y cabezazo al cuello, y por si fuera poco castigo, el safety Brian Branch le enviste en carrera a la cabeza usando el casco como arma. Jugada fea e innecesaria que acabó con el joven jugador tendido en el suelo con el casco en la mano. En una primera instancia los cebras pitaron innecesary roughness (dureza innecesaria), pero desde el centro de pantallas de New York consideraban que el castigo no era suficiente y determinan que el jugador debe ser expulsado del partido (ejected) para enfado del jugador que se ganó otra penalización (unsportsmanlike conduct) al hacer gestos a la grada mientras abandonaba el campo.

Para todo el Packerverso la decisión es justa, pero fuera para en el resto de la liga hay división de opiniones, incluyendo al propio Tom Brady que se encontraba comentando el partido. Tratando de ser objetivos, la entrada es más aparatosa de lo que parece y puede que la expulsión sea excesiva, pero hay que tener en cuenta el historial de acciones violentas tanto del jugador como del equipo. Sam Darnold, Aaron Donald, Brock Purdy, TJ Hockenson, Tyler Higbee, … etc. son jugadores que han sufrido en sus carnes las malas artes de la defensa Lions. Esta expulsión es un toque de atención de la liga al equipo para que baje un poquito el nivel de agresividad.

Lo que no apreciaron desde New York fue la doble pinza que le aplicaron al tobillo de Jordan Love el linebacker James Houston y el edge rusher Isaiah Thomas (no confundir con el pequeñín que jugaba en los Celtics) cuando este ya había lanzado el pase. En las imágenes se aprecia cómo se lo retuercen obligando al jugador a retorcerse sobre sí mismo tirándose al suelo para evitar una lesión. Muy feo todo esto.

Lo que en un principio suponía una ventaja para los Packers, no llegó a reflejarse en el terreno de juego lo que habla de lo bien entrenado que están los Lions. Tras la expulsión de Branch y las 30 yardas de penalización los Packers fueron incapaces de alcanzar la zona de anotación debido a los continuos drops (recepciones fallidas en las que el receptor es incapaz de retener el balón), llegando hasta la yarda 28. Mc Manus falla el field goal y la posesión se cierra sin puntos en el marcador.

Sus bombas son como las de Navarro, pero con otro resultado - FOX
Sus bombas son como las de Navarro, pero con otro resultado - FOX

La defensa Packer volvió a frenar a los Lions en la yarda 9 y obligó al tercer equipo más anotador de la liga (258 puntos para una media de 32,25 por partido) a tirar a palos para dejar el marcador en 10 a 3 favorable a los visitantes y algo de tiempo aún para agotar el reloj. Los Lions son un equipo que te castiga desde cualquier unidad. A veces es la defensa, a veces son los equipos especiales, pero lo que es seguro es que funcionan como una unidad global con un único objetivo, que no es otro que sumar puntos al marcador. Con apenas 32 segundos Jordan Love recibe en shotgun y Campbell manda un blitz para atacar la más que previsible jugada de pase. La línea colapsa por el lado izquierdo, Onwuzurike supera a Walker mientras que Anzalone aprovecha una ruta cruzada desde el otro lado para penetrar por el hueco dejado por un Morgan mal posicionado. La presión obliga a huir a Jordan Love quien, en un momento de desesperación, trata de buscar a Josh Jacobs con una bombita en lugar de lanzar el balón directamente contra el bidón naranja de Gatorade para evitar el sack. Kerby Joseph agradece el regalo y corre hasta la end zone para anotar un touchdown desde la defensa en lo que supone el segundo pick-6 (pases interceptados que son llevados a la zona de anotación rival en la misma jugada) de la temporada para Jordan Love. Un pase carente de sentido, con una alta probabilidad de fracaso, y con mejores opciones disponibles. Con esta interceptación, Love acumula en lo que llevamos de temporada 10 pases, y al menos 1 en sus últimos 7 partidos disputados, igualando a Brett Favre en 2006. Es el último de la liga en esta estadística, y lo que es peor, el 30 en porcentaje de acierto en pases (61,3%) debido a su insistencia en lanzar hero balls, en lugar de cuidar mejor el balón (el 37,5% de incompletos contra Lions fueron pases profundos).

Final del primer tiempo, 17 a 3 a favor de Lions. Una vez más, una primera parte en la que al equipo le cuesta arrancar, pero que en esta ocasión había recibido un castigo excesivo debido a la calidad del equipo que tenía enfrente, pero sobretodo, debido a errores propios. 8 penalizaciones, 4 drops, 1 tiro de campo fallado y un horrible pick-6 para comenzar la segunda mitad 14 abajo y con balón para los Lions.

En su primera posesión, los Lions volvieron a ser los Lions. La defensa Packer consiguió retener al ataque rival obligándoles a jugar un 4º down muy corto en la yarda 15 de Green Bay. Para sorpresa de nadie, Campbell decide ir a por ello y sitúa en el campo al equipo en posición shotgun simulando una jugada de pase. Gibbs el erizo aprovecha la autovía que le abre tanto su línea ofensiva como la mala lectura de Wooden para llegar inmaculado hasta la zona de anotación local. Otra situación de 4 down en la end zone de la que los Lions de Campbell sacan petróleo. Ya no volverían a anotar más, no obstante, 24 a 3 y partido visto para sentencia.

Aún quedaba algo de empuje, no en vano, somos los Packers y jugamos en Lambeu Field. No podíamos irnos al vestuario anotando tan solo 3 puntos y con el apoyo de una Tundra que nunca se rinde, se busca la epopeya. Sin embargo, la realidad no tardaría en darnos otra bofetada. Con un equipo entregado al juego de pase, los Packers mueven cadenas con rapidez gracias al buen oficio de Jayden Reed, plantándose una vez más en la zona de peligro (las últimas 20 yardas) de Lions. Como si de una broma de mal gusto se tratase, Elgton Jenkins empezó a ejecutar malos releases que provocaban sendos fumbles. El primero de ellos es rescatado por Emanuel Wilson para contrarrestar la pérdida de yardas, mientras que el segundo es recuperado por el propio Love. En 4 down y 16 yardas, LaFleur decide no jugársela e ir a por un tiro de campo, que esta vez sí, McManus convertía para dejar el marcador en 24 a 6 con un cuarto por jugar. 3 puntos que se antojaban insuficientes para tratar de remontar el partido y que volvían a sacar a relucir la actitud más conservadora de nuestro entrenador principal.

No me ralles, no me ralles... - FOX
No me ralles, no me ralles... - FOX

En el periodo final los equipos se mostraban incapaces de avanzar con el balón. Los Packers seguían cometiendo penalizaciones, drops y fumbles, dando la sensación de no estaban aclimatados a jugar en condiciones lluviosas en campo abierto. En su primera posesión de este cuarto, el equipo consigue llegar por tercera vez a la red zone (zona de peligro) de Lions. En un primer intento en la yarda 18, una explosiva carrera de Chris Brooks casi consigue alcanzar el banderín naranja, pero se queda a una sola yarda de lograrlo. En 2º y 1, LaFleur buscaba devolverle la jugada a Campbell y ordena una acción de pase para buscar la end zone. La defensa colapsa, obligando a Jordan Love a salir corriendo hacia su derecha en una jugada completamente rota. Consigue evitar el sack un par de veces, y en otro momento de desesperación, vuelve a lanzar un pase que no es interceptado de milagro por la defensa Lions (Joseph). En 3º y 1 se sigue buscando la anotación directa. En esta ocasión, un pase ligeramente atrasado, que Wicks es incapaz de recepcionar completamente, impide que el equipo sume puntos al marcador. En 4º y 1 en la banda se discute el camino a seguir, pero no se dan cuenta de que el reloj para iniciar la jugada sigue corriendo y LaFleur tiene que emplear el primero de los tiempos muertos. Finalmente, se cambia de idea, y en lugar de buscar la anotación directa se apuesta por avanzar la yarda restante por tierra para conseguir otros cuatro intentos. JotaJota lo intenta por el centro, pero la defensa de Lions impide su avance y la posesión de los Packers muere en ese mismo instante sin anotar. Un drop, un pase mal ejecutado y una toma de decisiones cuestionable.

Afortunadamente, en uno de los poquitos regalos de la defensa Lions, Amik Robertson comete una falta (unsportsmanlike conduct) permitiendo a los Packers pasar de un 3º y 4 a un 1º y 10 en la yarda 11. A la cuarta va la vencida y Emanuel Wilson lograba un merecido touchdown que, seguido de una anotación de 2 puntos extra, colocaba el 24 a 14 final en el marcador.

Con el partido casi resuelto, aun los Packers tenían que mostrar otro de los males endémicos de esta temporada, que no es otro que la gestión del reloj y los tiempos muertos en los finales de partido. A falta de 3 segundos para la pausa obligatoria de los dos minutos (two-minute warning), LaFleur malgastaba el segundo de sus tiempos muertos, aunque en esta ocasión ya daba igual puesto que el partido estaba perdido.

Brainstorming en estado puro - packers.com
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Y así, un equipo con tan solo 261 yardas, y una eficiencia en 3os downs del 33,3% consigue llevarse el partido. Y es que no todo consiste en sumar yardas, porque si dichas yardas no se traducen en puntos, se convierten en yardas vacías. Los Lions de Campbell son un equipo muy maduro, con un sistema muy bien asentado, en el que el propio Campbell ha instaurado una cultura ganadora agresiva y kamikaze. Cualquier unidad contribuye al marcador final desde su parcela, su defensa es agresiva y es capaz de secar los ataques rivales, mientras que su ofensiva ofrece el entorno perfecto para que un jugador como Jared Goff exhiba números de MVP (con permiso de ca-Lamar Jackson). En este partido, Jared lanzo para 145 yardas únicamente, pero con una efectividad del 81,8%. Amon-Ra por su parte registró un partido perfecto con un 100% de recepciones para 73 yardas, 1 touchdown y mucho trabajo sucio.

Los Packers sin embargo, actuaron como un equipo nervioso, un poco pasado de revoluciones y poco adaptado al que debería ser su medio natural. Demasiadas penalizaciones (10 en total), muchas de ellas producidas antes incluso del snap, que condicionaron el libro de jugadas en un partido en el que el QB titular decidió jugar lesionado. Libro de jugadas que tuvo que variar para adaptarse a la situación, eliminando la posibilidad de sorprender al rival desde jugadas RPO o play actions. En el 72,6% de los snaps, Jordan Love se colocó en posición de shotgun, por un 20% en pistol, y un paupérrimo 6% bajo center. Así es muy difícil sorprender a nadie, y menos a los Lions. Se abandonó el juego de carrera que tan bien estaba funcionando en la primera mitad (Jotajota registro 10 acarreos para 89 yardas en el primer tiempo y 3 para 6 en el segundo) para centrarse en atacar por vía aérea de manera ineficiente. Casi todos los receptores fallaron a la hora de controlar los balones enviados desde el QB, pero especialmente sangrante es el caso de John Wicks, que fue incapaz de retener ninguno de los 3 pases que le fueron lanzados. Un problema el suyo que se debe a la colocación de las palmas de las manos para intentar atrapar el balón apoyándose en su pecho, en lugar de emplear solo la fuerza de sus manos para asegurar primero el ovoide. Nuestro center suplente, Elgton Jenkins, tampoco estuvo a la altura en momentos decisivos, cometiendo unos releases más propios de un training camp que de un partido a mitad de temporada. Y por último, la toma de decisiones de Matt LaFleur en diferentes tramos del partido, demasiado conservadora en ocasiones y demasiado agresiva en otras, con problemas en la gestión del reloj y los tiempos muertos no fue brillante que digamos. Se podrían señalar más aspectos negativos como la ausencia de talento en nuestro cuerpo de cornerbacks, o la ausencia de presión real sobre el QB rival de nuestra línea defensiva o la cuestionable capa de súper héroe con la que se viste Jordan Love sin venir a cuento.

En este punto de la temporada, los Packers son un equipo con una facilidad pasmosa para mover cadenas (390 por partido de media), ya sea por aire o por tierra pero esa facilidad se ve lastrada a la hora de subir puntos al marcador por el número de drops (20), los cuartos con mayor número de ellos, las penalizaciones pre-snap (30), los segundos que más cometen de la liga, el ratio de conversión en zona de peligro (47,06%), el cuarto peor de la liga y el porcentaje de acierto en tiros de campo (75%), el segundo peor.

Quizás si Willis hubiese sido de la partida, si no hubiésemos tenido tantos drops, sin tantas penalizaciones a lo mejor, … etc. Puro football ficción. Sea como fuere, la sensación que se queda en el aficionado es la de que aún nos quedan un par de escalones que subir para estar al nivel de los mejores de la liga. La parte positiva es que esos escalones se suben puliendo defectos propios. Tiempo tenemos para ello.

Llega la semana de descanso (bye) y es momento de cargar pilas, recuperar lesionados, y afrontar los problemas del equipo. Tenemos por delante un tramo de la temporada que se antoja decisivo para nuestras aspiraciones de esta temporada ante rivales muy complicados, esperemos que el equipo sea capaz de mostrar la mejor versión de sí mismo.

Mucho ánimo para nuestros hermanos valencianos que han perdido todo. No estáis solos.

¡Amunt Valencia!

¡De esta, juntos, salimos! - packers.com
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Germán de la Puente