Mal partido del equipo el lunes en el MetLife Stadium contra unos New York Giants que nos derrotaron por 24 a 22. No se jugó bien, se cometieron demasiados errores y no se remató la victoria cuando se tuvo la oportunidad. Veámoslo por partes.
Jordan Love jugó un mal partido. Perdió dos balones. El primero de ellos tras un fumble provocado por una decisión equivocada tras una carrera en la que decide cortar hacia dentro cuando el bloqueo de su compañero le pedía continuar por el exterior. Es placado y en la caída Thibodeaux le roba la pelota antes de contactar con el suelo. La segunda proviene de una interceptación de Pinnock en un pase muy malo tras una lectura horrible que él mismo reconoció tras el partido.
Pero no solo fue eso, es que además tuvo lanzamientos de relativa facilidad a receptores abiertos que ejecutó sin ninguna precisión y sin darles opción de completarlos. Recordó por momentos al Jordan Love de hace un par de meses. Hay que darle también su mérito a la defensa de Giants y a su coordinador defensivo, Don Martindale. Tras su semana de descanso creo paquetes de presión especiales que dificultaron tanto a la línea ofensiva como a nuestro quarterback.
Nos complicó mucho la vida el año pasado en Londres y lo volvió a hacer el lunes. Sin embargo no fue todo un desastre. Hay conclusiones positivas que sacar de su partido y son sobre todo su templanza y fortaleza mental para reponerse a las malas acciones y acabar el partido jugando a muy buen nivel y lanzando algunos pases fabulosos, uno de los cuales significó la primera anotación en la carrera de Malik Heath que nos ponía por delante en el marcador a falta de un minuto y 33 segundos para el final del choque.
Un significativo avance comparado a, por ejemplo, los partidos en Denver o en Las Vegas en los que el drive final, que puedo significar una victoria, acabaron en intercepción. Lo que no acabó nada bien para nuestros intereses fue el último drive del partido. 50 segundos les valieron a los Giants comandados por Tommy Devito para colocarse en nuestra yarda 22 y disponer de un sencillo field goal que les valía para ganar el partido.
Muy decepcionante nuestra unidad defensiva durante todo el partido y especialmente en ese último drive. Con tan solo cuatro pases incluida una big play que dejó retratado a Keisean Nixon, consiguieron recorrer casi todo el campo sin apenas oposición.
La defensa planeada por Barry no funcionó para nada durante el choque. Antes del partido entendíamos cómo esencial controlar su juego de carrera y conseguir presionar a su quarterback. Pues ni una cosa ni la otra. Terminaron haciéndonos 209 yardas terrestres y no es que solo no conseguimos ningún sack, es que apenas incomodamos al bueno de Devito.
Es cierto que durante buena parte del partido ellos no fueron capaces de correr con su running back estrella, Saquon Barkley. Conseguimos limitarle bastante bien hasta el último cuarto. No deja de ser irónico que un error suyo justo cuando consiguió quebrar nuestra línea y hacer su mejor jugada de la noche nos volviera a meter en el partido tras un fumble recuperado por Carrington Valentine.
Lo que no fuimos capaces en absoluto fue parar a su quarterback cuando salía en carrera, ya fuera en jugadas run-pass option específicamente diseñadas para él o en jugadas rotas producto de los huecos que se abrían fruto de la indisciplina de la línea defensiva a la hora de intentar presionarle. Especialmente destacable el mal partido de Rashan Gary en este aspecto. De los peores que le recuerdo en mucho tiempo.
Esas 71 yardas de carrera que consiguió y algunos pases de gran mérito le convirtieron en el héroe de la noche. Para terminar de rematar el mal partido, los equipos especiales también tuvieron penalizaciones que nos costaron yardas, un fumble de Nixon a la hora de recibir la pelota y un field goal fallado por Carlson nos hicieron el partido mucho más complicado. Perder la batalla de los turnovers siempre es una piedra en el camino y esta vez no fue diferente.
Resulta muy frustrante perder un partido de esta manera pero toca aprender de esta derrota. La única cuestión positiva que podemos sacar es que nos sirva de aprendizaje para lo que queda de temporada y que afrontemos el encuentro del próximo domingo ante Tampa Bay de tal forma que nuestros errores se minimicen y retornar a jugar un buen partido que nos permita poder seguir aspirando a competir por entrar en playoffs.