El primo del príncipe

Mediados de Marzo, esa época del año en la que los aficionados a la NFL encuentran un pequeño oasis en el desierto que es la post-temporada del football. Con Marzo no solo llegan las primeras floraciones, y las primeras lluvias, sino que también aparecen como florecillas silvestres los rumores de traspasos, fichajes y despidos proyectados para la incipiente apertura del mercado de fichajes. Los periodistas, blogueros y creadores de contenido se afanan en sus quinielas, la rumorología vuela, y el aficionado medio se entretiene y sueña.

Según el actual convenio colectivo, dos días antes de que el mercado de fichajes comience a rodar (12 de Marzo este curso) se permite el contacto entre los agentes de los jugadores, que no los propios jugadores, y los equipos en busca de oportunidades laborales. A esto se le conoce como el período de legal tampering y dio comienzo el pasado 10 de Marzo y casi al instante los anuncios de fichajes de jugadores se sucedían uno tras otro. Sería un poco iluso pensar que los grandes movimientos no estuviesen ya cerrados antes de dicho día y se estuviese esperando unicamente a oficializarlos. En muchos casos es así, en otros sin embargo, las negociaciones se van sucediendo en función de las fichas que van cayendo, o quedando, en este dominó que es la agencia libre.

Como aficionado quesero deberías estar acostumbrado a una larga tradición conservadora que se remonta a los primeros años de Ted Thompson. Una tradición que consiste en no moverse primero, ni moverse a lo grande para completar los huecos de la plantilla. El capital del draft es oro puro, y no suele usarse para reforzar la plantilla. De este modo, mientras otros equipos van fichando o van cerrando acuerdos para hacerse con los mejores jugadores disponibles, en Green Bay tenemos el día de la marmota con anuncios tardíos que no suelen dejar indiferente a nadie.

El año pasado se trajo a Josh Jacobs como reemplazo de un Aaron Jones al que se le vislumbraba una prematura caída de rendimiento y disponibilidad, y a Xavier McKinney para reforzar una secundaria muy necesitada de talento. Ambos fichajes resultaron ser un acierto y fueron decisivos, cada uno en su parcela, en el buen rendimiento del equipo. Con semejante bagaje, el packerverso estaba expectante a la espera de conocer los movimientos que se llevarían a cabo en este período de fichajes. Las necesidades eran claras y había varios jugadores objetivo bastante apetecibles.

Así, tras unas semanas en las que solo se hablaba de DK Metcalf como objetivo o conseguir un buen rusher, todas las piezas que figuraban en no pocas quinielas empezaban a abandonar el tablero. Maxx Crosby, Deebo Samuel, Davante Adams, DK Metcalf, Josh Sweat, Joey Bosa, D.J. Reed o Charvarius Ward iban encontrando acomodo en uno u otro lugar. Los mejores rushers, buenos receptores, algún cornerback de garantías,… etc, mientras desde las oficinas del equipo no se tenía noticia alguna. Con 46M para gastar, la afición observaba, cuando a twitter le daba por funcionar, desesperada como los trenes iban pasando sin que nosotros nos subiesemos a ninguno de ellos. Quietud y calma hasta que llegaron los dos movimientos del equipo. Aaron Banks y Nate Hobbs. Vamos con el primero de ellos.

Seleccionado en la segunda ronda del draft (#48) de 2021 por los San Francisco 49ers, el antiguo alumno de Notre Dame se convierte en el jugador más pesado del equipo con sus 147 kg (y 196 cm) por delante de Sean Rhyan.

A lo largo de su trayectoria universitaria y profesional, Banks a jugado en principalmente en una posición, protector izquierdo (left guard). En raras ocasiones se ha salido de dicha demarcación y aunque con los mineros ha disputado varios snaps en los Equipos Especiales, no es ni mucho menos lo habitual. Se trata de un jugador especialista en una única posición.

Durante sus cuatro años con el equipo de la bahía los números que ha registrado han sido estos:

AñoEdadPartidosSnapsPctSacksPresionesHoldingFalse StartOtras
202124951%/1%00000
2022251697194%/88%135401
2023261583789%/78%036123
2024271377593%/72%125221

Lo primero que salta a la vista es que el número de sacks permitidos bajo su cobertura. 2 en cuatro, tres en realidad, años como profesional. Un número que podría ser espectacular si no fuese por dos circunstancias. La primera es que a su izquierda, Banks contaba con nada menos que Trent Williams en el tackle, lo que le simplifica la labor enormemente. La segunda, la principal vía de entrada para placar a un QB no se produce en el área de influencia de los protectores. Esta cifra tan baja de sacks, no nos da una medida real de su rendimiento en la protección contra la presión.

Si nos fijamos en el número de presiones permitidas, vemos que en las tres temporadas en las que ha sido titular, Banks ha permitido un total de 96 presiones al QB, siendo su peor partido la final de la SuperBowl de 2023, en la que el jugador no mostró su mejor versión culminando unos play-offs en los que permitió 11 presiones en 3 partidos.

Otra de las métricas simples que se pueden usar para evaluar jugadores son las faltas cometidas. En lo relacionado directamente con el juego desarrollado en su posición, Banks es un jugador que comete pocas faltas a lo largo de la temporada. 7 agarrones y 4 salidas falsas en 3 años no está mal pero puede suponer un problema dado el alto nivel de indisciplina mostrado la temporada pasada.

Las comparaciones son odiosas, pero en ocasiones son necesarias. En los últimos tres años de Runyan con la verde y oro, Sean permitió 7 sacks por los 2 de Banks, 60 presiones, por las 96 de Banks y 8 faltas, por las 16 de Banks.

En la faceta del juego en la que destaca Aaron, es en la de abrir vías de carrera para su corredor. Se vale de su volumen y su fuerza para desplazar a su contraparte, permitiendo a sus compañeros avanzar con facilidad gracias a su trabajo. En 2024, el número de yardas por carrera en su zona directa de influencia fueron nada menos que 5,36, el cuarto mejor de toda la liga. Esta facilidad para abrir huecos podrá ser aprovechada a menudo por Josh Jacobs.

Aunque su paso por San Francisco ha dejado más indiferencia que alegrías, la trayectoria del jugador sigue una tendencia ascendente, viviendo su mejor año como profesional el curso pasado. Según el sistema de rankings de PFF, Banks fue el 36ª mejor guard en eficiencia de bloqueo contra el pase con un 97,1 de puntuación.

General

0,4
50/135

Pase

0,5
77/135

Carrera

0,9
37/135

Sus números no son espectaculares, pero esperamos que mantenga el nivel en las jugadas de carrera, mejore en las de pase y consiga consolidarse en el interior de la línea ofensiva.

Otro dato a tener en cuenta es su disponibilidad para jugar. En sus tres años de experiencia como titular en la liga, nunca ha conseguido completar una temporada completa. Siempre, por algún motivo y otro se ha perdido algún partido. En 2023, se perdió un par por una lesión en los dedos del pie, en 2024, su peor año en este sentido, se perdió algún partido por entrar en el protocolo de conmociones cerebrales y dijo adiós a la temporada de manera prematura con una lesión en el ligamento colateral mediano. Si en su rendimiento hablabamos de una trayectoria ascendente, en este caso es justo al contrario. Banks disputó el 88% de los snaps posibles en 2022, el 78 en 2023 y solo el 72 el 2024. Cuando comience la temporada, el jugador tendrá 28 años recién cumplidos, por lo que esperamos que se pueda mantener lo suficientemente sano como para rentabilizar su tiempo con el equipo.

Banks ha llegado al equipo en un período de fichajes marcado por el aumento del límite salarial hasta los 279,2M por equipo. Con más margen para gastar los equipos tienden a sobrepagar más por los jugadores en los que están interesados y Banks no iba a ser una excepción. Se habla de un contrato de 77M x 4 años, lo que coloca a Banks como el tercer jugador mejor pagado en su posición de toda la liga, solo por detrás, en términos absolutos, de Quenton Nelson (Colts) y Landon Dickerson (Eagles), siendo el sexto guard mejor pagado por detrás de Chris Lindstrom (Falcons), Robert Hunt (Panthers), Will Fires (Vikings), además de los ya mencionados. Una cantidad de recursos financieros importante teniendo en cuenta el rendimiento del jugador. Por comparar con otro movimiento del mercado, el contrato de Banks es bastante similar al que ha llevado a Josh Sweat a los Arizona Cardinals.

Más importante que el montante total de la operación es la estructuración del contrato. Estos son los detalles, según OverTheCap:

Concepto2025202620272028TOTAL
Salario base1.500.0007.700.0005.100.00013.100.00027.400.000
Prima por jugar partidos500000500.000500.000500.0002.000.000
Prima por participar en entrenamientos400.000400.000400.000400.0001.600.000
Prima por formar parte de la plantilla activa095000009.500.000019.000.000
Prima por firma de contrato6.750.0006.750.0006.750.0006.750.00027.000.000
Abonado9.150.00024.850.00022.250.00020.750.00077.000.000
Acumulado9.150.00034.000.00056.250.00077.000.000 
Impacto contra el límite salarial9.150.00024.850.00022.250.00020.750.000 
Pendiente de amortizar27.000.00020.250.00013.500.0006.750.000 
Ganancias (antes del 1 de Junio)-17.850.0004.600.0008.750.00014.000.000 

Como podemos comprobar, Banks a firmado una prima de fichaje de 27M, que es a la postre la única parte garantizada a día de hoy de su contrato, lo que permite cierto margen de maniobra a partir de su segundo año de contrato.

También tenemos dos importantes primas si Banks forma parte de la plantilla el tercer día de la liga tanto en 2026, como en 2027, lo que convierte a esos años en los más elevados de cara al impacto del contrato del jugador contra el límite salarial. El último año se traslada todo a un salario base de 13M con un impacto menor. Como es habitual, el primer año, el salario base es relativamente bajo, lo que reduce enormemente su impacto contra las arcas de la franquicia.

Si en 2025 la situación está bastante contenida, el problema vendrá en 2026, cuando tanto Elgton Jenkins como Aaron Banks copen las primeras posiciones salariales de la liga con sus más de 24,8M de impacto contra el límite salarial el equipo. Un año complicado en el que se tendrán que tomar decisiones difíciles en otros grupos de jugadores.

Se trata, en definitiva, de un movimiento extraño este para lo que nos tiene acostumbrados en los últimos tiempos el bueno de Gute. Hablamos de un jugador especialista que carece de versatilidad, algo muy valorado por la franquicia, que viene a ocupar un puesto de titular cortando la progresión de la primera selección del año pasado, un Jordan Morgan que tendrá que permanecer a su sombra al menos esta temporada. Además, su inclusión en el equipo junto con la baja de Josh Myers, nuestro pivote (center) titular que ha abandonado el equipo tras aceptar una oferta (no igualada por el equipo) de 3,5M con los Jets, obligará a una reconfiguración de la línea ofensiva de cara a la próxima campaña, siendo Elgton Jengkins el que más papeletas tiene para ocupar el puesto de center titular.

Aaron viene para aportar kilos, experiencia, protección contrastada en jugadas de carrera y protección en jugadas de pase. Esperemos que Banks consiga subir el nivel mostrado en los 49ers y se gane cada dóllar invertido en él para que no se nos quede cara de primo.

Germán de la Puente

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