Segunda victoria en tres partidos para establecer un global de 5-6 que vuelve a meter a nuestros Packers en la lucha por los Playoffs. Pero eso no es lo más importante, pues los Playoffs serían más un premio que un objetivo de esta temporada. Lo más importante de esta última victoria fueron tres cuestiones: a quién se ganó, dónde se ganó y cómo se ganó. Las dos últimas derrotas que habíamos sufrido a manos de los Detroit Lions habían sido muy dolorosas. La victoria en la noche de Thanksgiving en casa de los Lions por 29-22 fue memorable, siendo, sin lugar a duda, el mejor partido del equipo en estas doce semanas de liga. Fue un partido en el que prácticamente todo salió bien, y que deja muy buenas sensaciones de cara al final de temporada y la tranquilidad de que este es un equipo que tiene una muy buena base de crecimiento si se siguen haciendo las cosas bien en los próximos años. Y sí, parece que tenemos quarterback.
El bueno
El elemento bueno de este partido fue, claramente, la actuación global del equipo durante la primera parte. El juego, tanto en ataque como en defensa, fue una orquesta muy bien afinada. Un juego sinfónico a pesar de las numerosas bajas en todas las líneas del equipo (hasta 17 jugadores no se pusieron el casco), y con algunas de las estrellas como Aaron Jones, Campbell o Jaire Alexander viendo el partido desde la grada. En ataque, Jordan Love firmó su mejor partido, ya no solo por los números, sino por las sensaciones y la toma de decisiones. Los WR, tanto Watson, como Reed y Doubs hicieron un partido muy sólido y consistente, sin drops reseñables, corriendo muy bien las rutas, y con buenos bloqueos.
Kraft tomo el relevo de Musgrave y nos mostró que no tenemos sólo un TE de futuro, sino dos. Y hasta el partido de AJ Dillon fue un muy buen partido tanto por tierra como por aire. Y en defensa un nombre por encima del resto, Rashan Gary. Volvía al campo donde se lesionó el año pasado, y jugó un partido de absoluta estrella. Fue el puntal de una defensa que no dejó respirar a Goff, que veía cómo una y otra vez el pash rush de los de Green Bay le ponía constantemente en aprietos. La del jueves pasado fue una defensa que consiguió dos turnovers (más un tercero conseguido por los equipos especiales parando un fake punt). En definitiva, los primeros dos cuartos del partido de la semana 12 fueron dos de los mejores en mucho tiempo. Quizá faltó cerrar definitivamente el partido antes del descanso, pero como comentamos la semana pasada, ese es un elemento que irán ganando con la experiencia.
El feo
La tradición del partido de Thanksgiving televisado por la Fox dicta que el equipo vencedor se come el pavo tras la victoria. O así era hasta el pasado jueves, cuando nuestro QB, Jordan Love, se quedó sin hincar el diente en el verde de Ford Field. Con ello, se rompe una tradición histórica en la NFL, aunque en los otros dos partidos que se jugaron esa misma noche sí que hubo pavo.
El malo
En un partido en el que casi todo salió bastante bien, nuestro kicker rookie, Carlson, volvió a fallar una patada para extra point. Falló también un FG, pero eso es más entendible, pues era una patada bastante lejana. Que se falle un extra point es normal, pero es un poco preocupante que sea la segunda consecutiva, pues en la victoria contra Chargers también falló una. No fue un fallo diferencial en el resultado final, pero es conveniente reducir estos errores, pues vendrán partidos en los que sí que será una cuestión diferencial. Y saber que tenemos un kicker fiable es algo fundamental en este deporte.
GO PACK GO!